CAPÍTULO 19

Mariana: suelto una carcajada - "Gracias, Rebeca", - tomó impulso para seguir hacia el ascensor.

Mientras subía al piso presidencial, notó que las rodillas me temblaban, voy con un manojo de nervios.

Cuando se abrieron las puertas del ascensor veo a Anna, una chica muy guapa, según las malas lenguas ella había ascendido en poco tiempo de recepcionista de piso a secretaria del jefe Grau, gracias a lo bien que se mueve entre las sábanas.

Anna: “Señorita Díaz” - me saluda con profesionalidad y continua, - “la están esperando en la sala de reuniones, sígame, si es tan amable".

Mientras me dirigían hacia la sala de reuniones, empezó a sentir náuseas, las manos me tiemblan tenía que controlarme, cuando llegamos frente a la puerta Anna se voltea, se me acerca y comenta bajito.

Anna: con una sonrisa de ánimo, - "ve por ellos, que tú puedes".

Mariana: aquello me renovó las fuerzas, le sonrió, Anna tocó la puerta con los nudillos, luego la abrió.

Mariana: entro con una sonrisa, - “buenos días, señores”.

Sr. Grau: “Señorita Díaz, pase y siéntese” - saludó mi jefe con amabilidad.

Mariana: “Gracias, señor Grau”, - sonrió agradecida, luego, mirando al resto de los hombres.

Sr Grau: mirándonos a todos, hablo con voz rígida - “creo que hace una semana más o menos les pedimos el informe general de este año pasado, los cuales llevamos todo los año a la convención de Colombia".

Escobar estaba inquieto en su sillón y no paraba de moverse, miraba fijamente a Luis, quien a su vez intentaba evitarlo con la mirada, ya que era el responsable del informe general.

Me sudaban las manos, había un silencio incómodo y se esperaba que alguien comenzara a hablar, se me comenzó a resecar la boca, necesitaba un trago de agua, miró y vio que había varias botellitas de agua y vasos en una bandeja, estiró la mano para coger una botella, un vaso, y se sirvió agua.

Me percaté, por el rabillo del ojo, que Escobar me miraba con sus ojos de lince  como si me quisiera desaparecer con la vista, pero también me di cuenta que delante de Sr. Grau, se comportaba como un caballero, cuando termine de  beber agua, miró los papeles que estaban encima de la mesa.

Mariana: con voz inquieta, tratando de no mirar a los ojos a las personas que se encuentran en la sala - "yo he traído los informes y las estadísticas que he ido realizando a nivel personal en estos últimos años,  aquí está el del año pasado".

Me levantó y le doy una copia a cada uno de ellos sin excepción, cada uno a su manera le echaron una rápida ojeada a los papeles que les entregué, y al cabo de unos minutos, que me parecieron una eternidad, Grau me miró y me preguntó.

Sr, Grau: "Señorita Díaz, ¿está invitada a la convención de Colombia, desearía usted acompañarme junto a los consejeros?".

Mariana: sin pensarlo le respondí con voz emocionada - “¡sí, sí, sí!”, - no puedo creer que fuera con ellos en calidad de abogado.

Sr, Grau: "muy bien, tiene dos semanas para sacar el informe general definitivo y las estadísticas anuales que se llevará a la convención, también nos interesaría tener un posible proyecto con estadísticas de los movimientos que se puede alcanzar este año".

Sr. Escoba: “un momento” - habló mientras se levantaba,  “creo haber entendido que irán a Colombia usted, los consejeros y la señorita Díaz, ¿Solamente ustedes? ¿Por qué me excluyen?, sabes que estaba pendiente de los inconvenientes de la empresa".

Todos lo miraron directamente, yo estaba atenta.

Sr. Grau: con voz tranquila le dice, - “Aníbal, tengo que disculparme, en ningún momento he intentado excluirte del grupo, siento que interpretaste mal, simplemente hablaba con la señorita Díaz y creí oportuno invitarla a que nos acompañase, pero sin ánimo de ofenderte, querido amigo, doy por hecho tu asistencia, sabes que eres parte de este equipo, pero al igual que contamos contigo, también tengo que decir”,  - mira fijamente a Luis – “que en este viaje no contaremos con su presencia, Sr. Carson; creo que sobra decir que sabemos que para Aníbal, usted es el número uno, pero para ser el número uno en una empresa competitiva como esta, hay que demostrarlo día a día, y más cuando se trabaja al nivel que se trabaja aquí, le hemos dado un cargo de responsabilidad, creo que puedo y debo decirle que nos ha decepcionado, no solamente por no tener preparadas los informes anuales de ese año, también por los múltiples escándalos de faldas con los que se le ha relacionado, quiero decirle que sus  encuentros amorosos no nos interesan, pero el interés de nuestra empresa si, por lo tanto, tenemos que comunicarle que su contrato quedará cancelado a partir del último día de este mes".

Boquiabierto, Luis miró a Aníbal, para pedirle ayuda, pero este desvió la mirada hacia otro lugar, sabía que tenían razón, pero nunca imaginó que Aníbal, fuera a reaccionar así, conocía muchas cosas que podrían perjudicarlo y lo podía decir en cualquier momento, me estaban despidiendo, incrédulo, veía cómo Aníbal  no hacía nada por ayudarme, pero no estoy dispuesto a irse así, si decir nada.

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