CAPÍTULO 11

Darío: caminábamos no muy lejos de ellos, mi mamá bromeaba con Fabiana, yo aproveché que estaban entretenidos y disimuladamente sacó mi teléfono y anotó la matrícula del carro de Mariana.

Gina: de camino a casa, intentó sacarle el tema de conversación de los chicos de la estación de pasajeros a Darío, pero iba pensativo, yo conozco esa mirada de mi hijo, ¡estará pensando en esa jovencita!, a simple vista se ve buena persona y trato con cariño a mi nieta, ella me ha caído bien, siempre rezo a dios para que llegue una buena mujer en la vida de mi hijo y sea buena madre para Fabiana.

Los días junto con Juan David eran muy divertidos, mi hermano a sus 25 años es un muchacho muy juguetón y extrovertido, es muy guapo, moreno, alto, delgado, cabello negro, nos parecemos en apariencia, pero en carácter yo soy más seria y él es más alegre siempre con una sonrisa que contagia a los que se encuentran a su alrededor, tiene aire aventurero, hablaba con todo el mundo, no sé si lo veo así por amor de hermana, lo cierto es que Juan David tenía mucho éxito con las chicas, cuando salimos a pasear todas las jovencitas querían hablar con él, y eso es algunas que en ocasiones me abruma.

Elba con voz alegre nos insiste para que acudiéramos a su casa y cenamos con su familia en nochebuena, pero nosotros declinamos, decidimos cenar fuera de la casa en un lugar tranquilo, conversar de lo más cómodo y sobre todo yo escuchar las aventuras de Juan David, que siempre tenía más temas de conversación.

La noche del 24 de diciembre, como en muchos hogares, Santa Claus llegó, esa noche, baje a oscuras para dejar los regalos de Juan David y Elba bajo el árbol de Navidad, sonrió al ver que mi hermano se me había adelantado y veo un regalo para mí, con curiosidad me siento en el suelo y agarró el paquete que tenía mi nombre, lo tocó, intentó adivinar que era por el tacto, pero es imposible, como una niña chiquita, disfrutó el momento sin darme cuenta de que mi hermano estaba parado en la ventana fumando un cigarro.

Juan David: veo a mi hermana bajar las escaleras y con una sonrisa empieza a mover el regalo que deje en el árbol, que yo recuerde siempre ha sido así de impulsiva - “no lo acertarás por mucho que lo toques“.

Mariana: estoy concentrada cuando escucho una voz varonil, del susto di un pequeño salto, sorprendida que mi hermano esté despierto, le digo, - “qué susto me has dado, ¿cómo es que todavía estás despierto?”.

Juan David: la miraba divertido y con una sonrisa contagiosa, digo, - “¿y tú?”, no me digas que sentiste a Santa Claus en su trineo, que entraba por la chimenea con su inmensa bolsa de regalos y te levantaste corriendo para entregarle leche y galletas”.

Mariana: con una sonrisa de oreja a oreja le digo, “quizás este año se acordó de mí y me dejo un regalo, baje de la cama corriendo a buscarlo”, observó a Juan David que apaga el cigarrillo que tenía en la mano, se acerca dónde estoy y se sentó en el suelo a mi lado.

Juan David: “¿te has portado bien este año?, ya sabes que si has sido mala te puede castigar y no traerte lo que tanto deseabas.

Mariana: “qué tonto eres, a ti menos te lo va a traer”, - rio a carcajadas.

Hablamos de cosas triviales y a las ocho de la mañana abrimos los regalos, yo abrí el mío primero, con cara de emoción empiezo a romper el papel que envolvía mi regalo y eran un monedero de cuero grande color negro, también un porta tarjetas, grito de alegría.

Mariana: “gracias, gracias, gracias”, - susurró emocionada, - “¡esta todo precioso, lo necesitaba! ahora tienes que abrir el mío”.

Juan David cogió el regalo e imitó los movimientos que hice horas antes, lo tocó, lo movió, me estaba imitando muy bien.

Mariana: con voz alborozada le dije “ábrelo ya, tonto que estas esperando un serfin”, - Juan David no dudo en abrir el paquete, y dio un fuerte silbido al ver la chaqueta de cuero negra.

Juan David: con una sonrisa de oreja a oreja - “dios mío es preciosa, viste que me porte bien, Santa Claus me trajo lo que yo quería” - rápidamente se la puso - “¿qué tal me queda?,”.

Mariana: “hecha para ti, ahora si vas a parecer un hombre serio”- me burlo, - “creo que hemos sido muy buenos los dos este año”.

Juan David: “gracias hermanita siempre consintiéndome, es perfecta”, - ríe poniendo voz de niño.

Agarre un cojín y se lance a la cabeza, pero me la esquivó, comenzamos a reírnos como locos, luego sentimos que la puerta se abre, es Elba que viene con una bolsa en la mano, nos mira y con voz mimosa nos dice - “buenos días mis niños feliz navidad” - nos levantamos de donde estábamos sentados, ella se acerca y nos abraza, mientras ella se dirige a la cocina deja la bolsa, yo salgo corriendo para el árbol de Navidad.

Mariana: con mi cara de felicidad le digo “mira Elba lo que te dejo Santa Claus aquí”.

Elba agarro la caja de regalo, empieza a romper el papel, primero ve un suéter de botones color negro, sonriendo dijo - “hay mi niña es hermoso se parece a mí perfecto para el viaje”, - luego ve la cajita, la abre y como lo había previsto, se escandalizó cuando vio los pendientes que le había comprado, se lleva la mano a cara, y luego nuestra una sonrisa encantadora, me abrazo y me comió a besos.

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Comments

Adoración del Carmen Martinez sonni

Adoración del Carmen Martinez sonni

q lindo ❤️❤️❤️❤️❤️

2024-04-18

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