Rebeca: “bueno amigas a divertirnos, vamos por pedir bebidas”, - nos dirigimos a la barra, - “que van a pedir”.
Karina: “FRUIT PUNCH amiga”.
Rebeca: con voz picara comentó mirándola - “¿y tú Mariana?”.
Mariana: no estoy acostumbrada a la bebida y no sé qué pedir, a menos que sea una cerveza, pero será mal vista en este lugar, solo se me ocurre decir - “hay no sé qué pedir, no estoy acostumbrada a este tipo de lugares”.
Karina ve a Rebeca y con voz cálida dice - “amiga pide tú por todas, vamos tomar lo mismo, sí, tienes buen gusto”.
Mariana: "gracias".
Estábamos entre risas y conversación, cuando de repente llega un hombre como de unos 30 y algo de años, ojos color verde, rubio, alto, muy guapo, le llega saluda a todas y con un beso a Karina, ella me lo presenta como su novio Sander, mi educado y se ponen a conversar; la música es muy animada, ya me he tomado dos tragos y me empiezo a moverme.
Karina: “Sander tienen una mesa reservada con unos amigos, me indico que cuando quisiéramos nos podemos acercar, si desean podemos ir más tardes” - dice después de que su novio se fue.
De repente Rebeca se le lavanda y nos jala hacia la pista - “vamos chicas a mover ese cuerpo que la pista nos espera esa canción me encanta”.
Empezamos a bailar sensualmente, los tragos como que ya me están haciendo efecto, una hora después, mientras disfruto divertida de mi bebida, con una sonrisa miró a Rebeca bailar, con un rubio que llevaba toda la noche mirándola; Karina me invito a la mesa donde está su novio, decline con la excusa de que iba a esperar a Rebeca, aquí me siento más cómoda, no quería dejarme sola pero la convencí de que fuera donde estaba su pareja, al estar sentada, varios hombres me animan a bailar, pero con una sonrisa, los rechazó.
Desde la barra recorro con la mirada todo el local, la gente estaba como loca bailando y divirtiéndose, había de todo tipo de personas, gente bailona, otros disfrutando en las mesas con sus bebidas, algunos borrachos, me fijó en la entrada del local, entran unas personas y de pronto distingo a Darío.
Mariana: hay nooo…. ¿tantos lugares en la ciudad, por qué me lo tengo que cruzar otra vez y aquí?, - pensé al verlo, lo seguí disimuladamente con la mirada y se dirigía a la zona donde se encontraba Karina.
Desde donde está no creo que me vea; no puedo dejar de mirarlo.
Estaba realmente guapo con un pantalón negro y una camisa manga larga azul cielo tallada a su cuerpo fornido, pero llamó mi atención una rubia que había a su lado y que lo tocaba con demasiada familiaridad.
Resoplo en silencio, ¡que tonta soy!, porque me tengo que poner celosa, si apenas lo conozco, será su esposa o su novia, pienso mientras fruncía el ceño y me tomo otra copa de vino.
Rebeca: estaba bailando cuando de repente veo a Mariana con una mirada perdida, me despido de mi acompañante de baile y me le acercó, - “Mariana, ¿qué pasa?”, - preguntó mirando a mi alrededor.
Mariana: que soy una tonta, porque me siento así, será el alcohol que me pone melancólica, “nada el vino que me está comenzando hacer efecto”.
Rebeca: “¿quieres que nos vayamos a casa?”.
Mariana: la miró y haciéndola reír respondo, - “¡pero qué dices!, irnos ahora, con la buena música que están poniendo, vente vamos a bailar”.
Con gesto divertido empezamos a mover nuestras caderas al compás de la música, metidas en el medio de las personas, necesitaba pasarla bien y especialmente olvidarme de que aquel tipo estaba allí, bailamos merengue, reggaetón, hip-hop, sin saber por qué, me fui enfadando cada vez que miraba hacia donde estaba Darío y lo veía rodeado de esas personas, riendo y con la rubia tocándole el cabello, de pronto cambió la música y se dio paso al romanticismo, unos jóvenes nos sacaron a bailar y los focos del local se atenuaron propiciando un ambiente más íntimo, pero de pronto me pongo nerviosa al ver a Darío bailando con la rubia, y me preocupa que me vaya a reconocer.
Mariana: le digo al joven - “estoy un poco mareada, ¿te importaría si me voy a sentar?”
El joven me sacó de la pista y me acompañó a la barra, de repente llega Rebeca y me dice.
Rebeca: Algo le pasa a mi amiga pareciera que viera a un fantasma o alguien la incómoda, - “¿te sientes mal?”
Mariana: “no, tranquila”, - cuchicheó medio escondiéndome, - “mejor me voy a casa”.
Rebeca: “no señorita, llegamos juntas y nos vamos juntas, ya vengo, voy avisarle a Karina que nos vamos”.
Mariana: “¡dale! te espero en la salida, así agarro aire fresco, ¿de acuerdo?”.
Rebeca: asintió con la cabeza y me dirigió a las mesas donde se encuentra Karina con un grupo de personas.
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Comments
Adoración del Carmen Martinez sonni
espero q si se vean 🙄🙄🙄
2024-04-18
4