CAPÍTULO 6

Al siguiente día Gloria entra a mi oficina como una loca, llamándome perra, que no era capaz de mantener a un hombre en la cama, por mi posición no podía seguirle el juego. El día no podía ser peor apareció mi jefe que venía a traerme unos documentos, educadamente dice -“ buenos días!, Señorita Gloria por favor retírese”, - sale de la oficina furiosa, unas vez que entra mi jefe a la oficina le pido disculpas con una cara de vergüenza, él me mira y dice - “aquí les dejo estos documentos para que los revise y exponga al cliente, llama Anna ella le pasará la información del cliente y sale, hay dios ahora que pasará, dejó lo que estaba haciendo y me, dispongo al nuevo caso, días después me enteré que disiparon a Gloria, desde del inconveniente en la oficina no supe de ella.

Sumergida en mis recuerdos llegó a la oficina, saludo a mi nueva secretaria llamada Rebeca es una joven de 22 años, extrovertida y encantadora.

Entro a mi oficina, decido llamar a Elba al teléfono de su casa, lo agarro:

Elba: “alooo” - contestó con su inconfundible acento Oriental.

Mariana: con voz tímida le digo “Elba, quiero pedirte disculpas, no quería hablarte así esta mañana".

Mariana: con una cariñosa sonrisa, contestó, “ay mi niña, perdóname tú a mí, ya me conoces y sabes que no me quedo callada, siento haberte recordado al cabron  de Kevin, pero mi amor, yo quiero que seas feliz y me molesta verte siempre sola.

De pronto se escuchó un gran estruendo de cacharro y unos ladridos.

Elba: grito - “Dios  mío”.

Mariana: “¿qué pasa?”, - preguntó preocupada - “Elba, ¿qué ha ocurrido?”

Elba: después de soltar una risa, contestó, - “nuestra amiguita se ha tirado encima una taza con café y  agua que tenía sobre la mesa, nada grave, vieras como quedó empapada" - me produce risa.

Cambiando su tono de voz,  Elba susurro, “hay, cariño ¿por qué no lo piensas y te quedas con Azabache, es tan linda, creo que cuando se acostumbrara a tus horarios no habría problemas, piénsalo, sería una grandísima compañía para ti.

Mariana: ya lo había pensado y, con decisión, le dije - “si me la voy a quedar, cuando salgo de acá voy de compras para nuestra nueva amiguita”.

Elba: “que alegría mi niña, yo te ayudo, me quedo con ellos cuando no estés en la casa, bueno nos vemos más tarde, voy recoger el desastre de nuestra amiguita".

Cuelgo el teléfono, me siento feliz, sabía que había dado un paso hacia delante, pase el día en la oficina alegre, a excepción de cuando me cruzaba con el antisocial del Sr. Escobar, uno de los socios de mi jefe, a quien no podía soportar tener tan cerca, su antipatía era recíproca.

A las cinco de la tarde sali de la oficina, pero antes pase por una tienda de animales, necesitaba comprar comida para perro, una cesta para que durmiera, un collar, una cadena y un montón de cosas que me dijeron en la tienda que necesitaba.

Llegó a casa a las seis de la tarde, allí estaba Elba esperándome en la puerta de mi casa, con la mejor de sus sonrisas, “hola, hermosa, ¿Qué tal tu día en la oficina?”.

Mariana: sonrió al verla, con voz sería le digo - “Pero Elba que hace allí parada, te voy a dar una llave de la casa, para que me esperes dentro, mi día agotador pero feliz, gracias a dios fue ameno, te cuento me asignaron una secretaria encantadora, presiento que nos vamos a llevar de maravilla”.

Elba: ella muy alegre me dice - “ay, mi niña, estaba esperando a que vinieras para darte un fuerte abrazo por la decisión que has tomado, pero ya que has llegado y me has contado la buena noticia del trabajo te felicito, bueno ya que he visto, me voy, hasta mañana, mi cielo".

Mariana: “Hasta mañana, Elba”, me despido con un beso en la mejilla.

Cuando se fue, ella tenía los ojos empañados de lágrimas, quería que su niña comenzara a vivir, y poco a poco lo estaba consiguiendo, quizá la vida había sido dura con Mariana en cuanto al amor, pero todo tiene su fin y ella intuía que algún día aquella mujercita sería feliz con un buen hombre.

Cuando se quedó sola con azabache, la cogí en mis brazos y me senté en el sofá con ella.

“Bueno azabache, ahora vas a formar parte de mi vida, nos vamos hacer compañía, espero que te portes bien, por favor no seas desastrosa, vamos a tratar de ser feliz”, - suelto una carcajada - azabache me empieza a lamer la cara, - “bueno amiguita vamos a comer, vieras las cosas hermosas que te compres”, - la colocó  en el suelo y empieza a mover la cola.

Llegaron las Navidades, y con ello llegó el frío que se te mete por los huesos, Elba se empeñó en comprar adornos navideños, salí con ella de compras, andábamos en mi vehículo vía al centro de la ciudad.

Estacionada esperado el cambio de luz del semáforo, Elba hablaba sin parar como siempre, yo enumeró los regalos que debo comprar, - “Papá, Mamá, para mis hermanos José Manuel, Juan David, mi cuñada Elena, mis dos sobrinos María, y Miguel, también para Elba, Rebeca, Lara, Sofía mi hermosa ahijada.

Empiezo a recordar cuando llegó a esta ciudad y me viene a la mente Lara, la  conozco en la residencia, desde allí empezamos a ser las mejores amiga, no se lleva nada bien con su mamá, las dos nos apoyamos como hermanas, en una de nuestras salidas a un club nocturno, ella conoce a Ronald, se enamoró y en poco tiempo se fue a vivir en él, desde allí cada una siguió su vida, aunque nos comunicamos por mensajes, quien nos volvió a unir fue la pequeña Sofía.

También pienso en mi familia, en el tiempo que tengo sin verlos ya hace un año que viaje a mi pueblo, por el trabajo siempre viejo entre el 27 y 30 de diciembre, este año pienso viajar el 28 de diciembre, me voy por el terminal de autobuses, son aproximadamente 8 horas de viaje por carretera, cambia la luz del semáforo y continúo el recorrido.

Elba preguntó preocupada, - “¿cariño, te ocurre algo?”.

Mariana: “¡no!, Elba la Navidad, que siempre me trae recuerdos” - al ver que ella me miraba, dije - “Cambiando de tema, ¿qué quieres que te regale?”.

Elba: “Dios bendito, te digo lo mismo todos estos los años, el mejor regalo para mí es que seas feliz, pasaras Navidad conmigo verdad?”, - al ver que no contestaba, me miro - "señorita no lo vas a pasar sola, si no vienes a mi casa soy capaz de coger a mi familia y todo para llevártelo a tu casa. ¡Sabes que lo hago!”.

Elba tiene unos familiares que llegan de visita y pasan una noche buena con ella, sus hijos ya le mandaron el pasaje de avión para reencontrarse con ellos en año nuevo.

Mariana: “Bueno, ya hablaremos”, - reí todavía quedan dos semanas, ahora vamos a comprar unos cuantos adornos de esos que tanto te gustan.

Agobiadas con la cantidad de personas que había en el centro, decidimos entrar a un centro comercial, hay encontraras todo lo necesito.

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Comments

Yoleida González

Yoleida González

por lo menos algo bueno paso

2023-01-30

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