Episodio 14: Refugio

^^^Nina Klein.^^^

—Sorprendente.—Comentó Jack cuando entro a la casa.—Esperaba que fuera un poco..

—¿Esperabas que estuviera sucia y destrozada?.—Pregunté.

–Más o menos.—Aceptó.

—Estaba sucia y destrozada en un inicio, pero la arreglé con el pasar del tiempo y traje los muebles que algunos desecharon para repararlos.—Expliqué.—Me gusta pasar mi tiempo libre aquí, siempre imagine que si no podía escapar de este pueblo, entonces al menos podría quedarme a vivir aquí.

—¿No es un poco solitario?

—Nuestros vecinos me enseñaron que la compañía no siempre es bienvenida y necesaria.—Respondí.—Sé lo necesario para vivir por mi cuenta, pero supongo que ahora sería solitario venir aquí sin ti.—Me encogí de hombros.—Si algún día me necesitas, ya sabrás donde encontrarme.

No puedo simplemente creer que nuestra enfermiza atracción durará una vida, pero al menos me gustaría aprovechar este momento en donde todavía no existe la culpa por desear complacer mis deseos.

...Estás enferma....

Estoy muy enferma, lo sé, lo hace aún más enfermizo y asqueroso porque entiendo perfectamente lo que estamos haciendo y de todos modos no siento arrepentimiento.

...No quiero arrepentirme....

...No lo haría jamás....

Está en manos de Jack el arrepentirse y dar un paso atrás, porque no creo que sea yo quién abra los ojos y descubra que esto es un error.

—Traeré leña para encender la cocina.—Dije con una sonrisa dejando los pensamientos pesimistas atrás.

La cocina que pude conseguir para esta pequeña casa funciona con el calor del fuego, es más a mi gusto que las cocinas eléctricas o a gas.

—Te ayudaré.—Ofreció.

—No es necesario, todavía tengo algo de leña cortada desde la última vez que estuve aquí.—Vi el saco que todavía estaba en sus manos.—Oh.—Lo señalé.—Podrías quitarle la piel al conejo.

...Jack vio el saco....

—No tengo mi cuchilla.

—Puedes encontrar una en los cajones de aquel mueble.—Señalé el mueble que utilizo para guardar los platos, ollas, cubiertos y etc.

—Me tienes totalmente sorprendido, angelito.—Confesó.—Pensé que solo eras una niña malcriada, pero veo que sabes como adaptarte muy bien incluso en medio de la nada.

Por alguna extraña razón mis latidos se aceleraron y la sangre viajó a mis mejillas tiñéndolas de rojo.

—¿Eso fue un cumplido?.—Pregunté y aparte la mirada con timidez cuando él asintió con la cabeza respondiendo mi pregunta.—Jajaja eso es.. vaya, no creí que fueras de los que hacen cumplidos..ya sabes, siempre has actuado tan..

—¿Tan idiota e insensible?.—Preguntó y dio un paso hacia adelante acortando la distancia entre nosotros.

—Un poco, tal vez.—Di un paso hacia atrás.

—¿Un poco?.—Sé acercó aún más.

—Demasiado, muy idiota.—Confesé.—Jodidamente insensible y odiosamente inexpresivo.

—Si, estoy de acuerdo.—Supe que dejó el saco y la escopeta encima de la mesa solo cuando vi que su mano derecha estaba libre para acariciar mi mejilla dulcemente y solo entonces descubrí que me tenía acorralada contra la pared, sin escapatoria y sin deseos de escapar de todas formas.—Debería intentar solucionar esa horrible opinión que tienes de mí.

—Deberías compensar 6 años de malos tratos.—Calculé el tiempo que llevamos ignorando al otro.

Fue cuando tenía 11 años que mencioné sobre los hombres bestias y desde entonces Jack me había dejado de lado por ser una mentirosa.

Una horrible mentirosa que solo desea llamar la atención, esas fueron las palabras de mi hermano mayor cuando intenté buscar ayuda con mis padres porque tenía miedo del bosque.

—Tengo el resto de mi vida para compensarlo.—Respondió y unió sus labios con los míos.

...Dulce....

...Suave....

...Gentil y sin mordidas....

Me molesta que algo de mí deseé al menos una pequeña mordida de su parte. Me siento como una jodida masoquista que no puede disfrutar de un acto gentil sin la presencia del dolor.

—Me encargaré de quitarle la piel.—Susurró en mi boca y di un pequeño suspiro en sus labios.

—Jack.—Mi mano se aferró a su chaqueta.—Quiero otro beso.—Pedí tímidamente.—Quiero un beso de mi idiota sádico.

...Estás perdida....

...Después de Jack, no habrá ningún otro hombre que logre complacer tus necesidades....

...Pero.....

...¿Acaso habrá otro hombre?...

...Solo quiero y necesito a Jack....

...No quiero y no necesito nada más....

—Intento ser gentil contigo, angelito.—Puso sus manos en mi cintura y me atrajo hacia él, haciéndome sentir un bulto de su entrepierna al rozarlo contra mi vientre.—No me lo dejas nada fácil si eres una jodida masoquista.—Besó mi frente.

...Jodida masoquista....

...Lo soy....

No sabia que lo era hasta que Jack me lo demostró y no me podría importar menos, porque si yo soy una jodida masoquista, entonces él sería un idiota sádico.

...Sádico y Masoquista....

...Juntos somos un perfecto desastre....

—¿Puedo...?.—Quiero preguntar, pero la vergüenza no me permite terminar la oración.

Han pasado 10 días desde la última que nos tocamos y eso fue porque no le permití hacerlo debido a mi período y ahora que mi período terminó, me es imposible dar el primer paso.

Desgraciadamente, mi hermano no volvió a intentar poner sus manos sobre mí, al menos no de forma sexual.

...Él debe creer que todavía estoy en mis días....

—¿Qué sucede, angelito?.—Fijó su mirada en la mía.

...Quiero tocarlo....

Deseo satisfacer las necesidades de Jack como él lo hizo conmigo aquella noche en el cuarto de baño.

—¿Puedo..—Trague saliva.—..Tocarte?

Una sonrisa de boca cerrada y un leve asentimiento de cabeza fue su respuesta ante mi petición.

Sentir su bulto contra mi vientre me estaba excitando más de lo que debería, pero antes de satisfacer mis propios deseos, quiero satisfacerlo a él.

Llevé mi mano hacia su entrepierna y cuando mi mano rozó su dureza por encima del pantalón, su respiración cambió a una más entrecortada y pesada.

—Nunca he..—Bajé el cierre de su pantalón lentamente y tímidamente.—Nunca he tocado o visto un...—Levanté la mirada y me encontré con sus ojos oscuros ardiendo de deseo.—No lo haré bien a menos que me enseñes.—Terminé diciendo con la poca valentía que podía reunir.

—Podría enseñarte.—Lamió sus labios.—Pero no quiero que hagas algo que no..

—Quiero hacerlo.—Le interrumpí.—Quiero ser capaz de llevarte al cielo que tú lo hiciste conmigo aquella noche.

—Cariño.—Apoyó su frente en la mía.—No me llevarás al cielo de este modo, me estás llevando directo al infierno y joder, nunca hubiera disfrutado tanto ser quemado por las llamas como lo disfrutaré ahora por haber probado tu jodida calidez.

...Podría decir lo mismo....

...Cielo o Infierno....

...Me da igual lo que ocurra con nosotros si puedo tenerte ahora....

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