Leopold y Nastia hacen su aparición en la habitación de ella. Nastia bastante asustada por la experiencia y bajo los efectos del alcohol, mira los ojos grises de Leopold que la observan lascivos, sus pupilas están muy dilatadas, una sombra oscura se apodera de él.
Leopold desbordante de deseos, exige a Nastia entre cada beso que haga presente sus ojos celeste, necesita una mujer apasionada que le lleve el ritmo de la locura, Zenya se hace presente.
Él la empuja a la cama arrojándose sobre ella, desgarra su vestido de un tirón, entrelaza fuertemente a los lados ambas manos con las suyas, besándola sin respiro, sus lenguas se devoran sin tregua. Él besa cada centímetro de su piel, provocando que ella se estremezca una y otra vez.
Ver y sentir ese cuerpo tan firme y de reacciones sensuales, lo obliga a desprenderse de su ropa con desesperación. El dolor que siente en su firme virilidad, por efecto de la droga, es insoportable, necesita desahogarse con prontitud. Sin poder evitarlo, esos imparables deseos se apoderan de él, y sin pedir permiso, se profundiza en su interior, sediento de ella, la besa con ansiedad. Sus cuerpos se hunden en uno solo con fiereza, sus labios están secos por la sensación que experimenta, después de 40 minutos de alocadas arremetidas, alcanzan el máximo éxtasis.
Caen rendidos, bañados en sudor, sus cuerpos permanecen acalorados, encima de ella, le susurra:
-¡Nastia te amo con locura, me duele mi corazón de tanto amor!- sin dejar de besarla profundamente, luego tiernamente besa sus ojos celestes.
- Lo siento, por la manera en que te traté, no pude evitar la rudeza-, mirando aquel vestido hecho trizas,
-Estaba poseído por una poción afrodisíaca desenfrenable- Él la sigue besando, la disfrutó por completo, suspira y reflexiona echándose a su lado:
-Katherine me volvió a drogar, tal vez piensa que podrá convencerme
para que permanezca a su lado; sin embargo, no habrá droga que pueda cambiar el inmenso amor que siento por ti- dice Leopold con un delirio febril, sin saber que todavía continúa hechizado por la droga...
Ella observa que Leopold todavía tiene muy dilatadas sus pupilas y dice:
- Ahora entiendo tu loca reacción, desaparecer de la fiesta con magia, traerme hasta aquí... ¿Qué pensarán todos, se habrán dado cuenta? ¿Cuánto durará ese efecto? Tus ojos aún están muy dilatados- comenta Zenya preocupada.
-No te preocupes, después de 3 semanas de vacaciones, nadie recordará lo sucedido esta noche- trata de tranquilizarla. Leopold la mira y dice con emoción desbordada:
-Aprovechemos cada minuto de esta noche, ya que mañana nos tendremos que separar por las vacaciones-
-¡No sé cómo voy a soportar vivir sin ti estas 3 semanas!- la abraza, apretándola contra su cuerpo, bajo el hechizo nigromante del amor sobredimensionado.
Ella se da cuenta de que él actúa muy diferente, esa droga, peligrosamente ha magnificado sus sentimientos de manera exponencial, desinhibiendo las expresiones de sus sentimientos.
Nastia en sus pensamientos dice: "Espero que el efecto de esa droga sea transitorio..."
Después de toda una noche de batalla, al final el cansancio los venció... A las 6:00 h Leopold se despierta, y se queda un rato observando a su amada embelezado, ella duerme sobre su pecho. Le susurra con dulzura, apartando con sutileza un mechón de cabello que cae en su rostro:
- ¡Te amo tanto, que duele!, ¿Cómo voy a soportar estar alejado de ti 3 semanas?- la besa con un roce en la frente. Se levanta sigilosamente para no despertarla, se viste, le escribe una nota de despedida que deja dentro de una agenda que estaba encima de su escritorio, la deja muy a la orilla, pero por un descuido, se cae al piso haciendo ruido, ella se despierta:
-¿Te marchas sin despedirte?- Nastia se sienta sobresaltada.
Él se acerca, se sienta a su lado, toma su rostro entre sus manos, y le dice a modo de disculpa:
-Amor, solo quería dejarte descansar, te escribía una nota; yo lo que más deseo es permanecer a tu lado todo el día, pero hoy debemos marcharnos a nuestros hogares, mi transporte llega a las 10:00 h, por la magia del transportador llegaré en 6 horas a casa, de irme por tierra sería 1 semana de viaje, con muchas paradas, el Castillo del Este está a mucha distancia de aquí- se acerca a sus labios y le da un tierno beso, pero ella lo atrae de nuevo observa que aún permanecen sus pupilas dilatadas:
- ¿Te sientes bien?- pregunta preocupada
-¡Estoy más que bien, estoy inmensamente feliz, te amo más que a mi propia vida!- exclama abrazándola con efusividad, de pronto su rostro se entristece de manera anormal:
-Pero, al mismo tiempo me duele mucho aquí- señala su corazón, -No quiero distanciarme de ti 3 largas semanas, mi corazón sufre mucho por esta sombría separación-
- Yo también voy a extrañarte mucho- Nastia lo abraza, él muerde suavemente su labio inferior y la abraza con fuerza como si la despedida fuera para siempre.
-¿Me escribirás?- pregunta Nastia, inmediatamente él saca de su paltó un pequeño espejo mágico, ovalado, con un marco de hermosos arabescos cobrizos.
-Este es mi regalo de navidad, no tuve tiempo de envolverlo, lo recibí hoy- le confieza Leopold:
-Esto será mejor que escribirnos, nos veremos mientras hablaremos todas las noches a las 21:00h, yo tengo otro igual- sonrie tontamente.
"Leopold, realmente esa poción de amor te ha atrapado profundamente" piensa con preocupación Nastia.
Él solamente la miraba de esa manera cuando tenía los ojos azules de Zenya, a ella como Nastia, jamás la había mirado con ese amor tan apasionado.
Ella, sale de sus pensamientos y responde:
-Lo voy a atesorar con todo mi corazón, yo no te preparé ningún regalo-coloca en el escritorio el pequeño espejo.
-Pero, por favor acepta este colgante, posee un cristal mágico de sanación, me lo obsequió mi abuela Leticia cuando tenía 7 años, prométeme que lo mantendrás siempre puesto, nunca te lo quites- suelta el broche de la cadena y se lo coloca a él, era un colgante en forma de flecha, con un cristal mezcla de amatista con jade. Leopold emocionado contesta:
- ¡Te prometo que jamás me separaré de tu obsequio!, me gusta mucho llevarme algo tuyo y mantenerte cerca de mi corazón- lo sostiene en sus manos con firmeza.
Él le coloca a ella un anillo que tiene en su meñique, para que también lo recuerde diariamente.
Ella observa que sus pupilas estan menos dilatadas, desde el momento en que se colocó el colgante sanador, sospecha que está siendo envenenado, pero borra esos pensamientos, más bien cree que es efecto de la pócima ingerida en la noche...
-Recuerda el consejo de mi tío Noel, desconfía de lo que te den de comer y beber, especialmente cuídate de Katherine- él le da tiernos besos en el rostro para disipar sus miedos, ella lo atrae y lo besa más profundo, él corresponde, hasta que ella lo separa suavemente:
-¡Ya vete!- lo aleja dándole un golpecito en el pecho. Ten un buen viaje. Él sonríe,
-Tú también ten un buen viaje, amor recuerda nuestra cita de todas las noches para vernos y conversar- ella asiente con la cabeza.
Salen al balcón, él recita su hechizo de transportación, aparece en el balcón de su habitación, se dicen adiós con la mano y se lanzan en el aire un último beso de despedida.
En el interior de su habitación, Nastia se sienta al borde de su cama, mira el anillo de oro en su dedo obsequiado por Leopold, siente un gran
nudo en la garganta, un frío recorre su cuerpo, una extraña sensación de pesar la acongoja, tiene un mal presentimiento.
Corre angustiada nuevamente al balcón, pero él ya no está allí, siente que sus ojos se empañan, las lágrimas caen sin poder evitarlo... llora con profundo dolor, no puede explicar ese desasosiego y tristeza en su corazón, con todo su ser presiente que nunca jamás se volverán a encontrar...
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