Capítulo 19 Solsticio de Invierno

Llegó el día de la fiesta del solsticio de invierno, donde la celebración sería para todos los estudiantes en general. Al Gran Salón Central van llegando los estudiantes elegantemente vestidos, música moderna, mesas de postres y entremeses dispuestos alrededor del salón, acompañados de bebidas de diferentes sabores, cervezas y cocteles sin alcohol se servían por doquier.

Leopold y Enzo, muy guapos, elegantemente vestidos con trajes azul oscuro y gris, respectivamente, estaban rodeados de hermosas chicas queriendo coquetear y bailar con ellos, Leopold las rechazaba a todas, Enzo no lo puede creer, no había motivos para rechazarlas.

-Leopold, ¿Por qué las rechazas?, saca un clavo con otro clavo. ¡Diviértete!- dice Enzo.

-¿Qué quieres decir?- Leopold, distraído contesta, mirando hacia la entrada, buscando insistentemente sin disimulo por todas partes.

-¿Y se puede saber a quién buscas con tanta insistencia? Ya me di cuenta de que no apartas la mirada de la entrada- Enzo con desaprobación por su actitud.

- ¡Hola amigos!- saluda acercándose alegremente Garrix.

- Vamos a agregar sabor a esta fiesta aburrida- y le agrega alcohol a las bebidas, cervezas y cocteles que tienen cerca, con la mirada divertida de Enzo y la desaprobación de Leopold.

-¡Estás loco!- con preocupación trata de detenerlo Leopold, sin lograrlo.

-Jajajaja Esta noche promete diversión- Enzo celebra lo sucedido.

- ¡Alejémonos de la escena del crimen!- los agarra rodeándolos por los hombros en un abrazo a los dos al mismo tiempo, Garrix con una sonrisa triunfante. Se alejan evitando que llegue algún profesor vigilante.

Garrix se los lleva para acercarse donde está Katherine, Pamela y Hanna, compañeras de curso.

Garrix le propone bailar a Katherine, no la había podido contactar antes para darle el encargo prometido.

- Leopold: ¿No te molesta que baile con tu prometida? ¿Verdad?- Garrix sin esperar respuesta toma la mano de Katherine, quien lo acepta sin dudarlo, ella esperaba aquel encargo con ansiedad...

Enzo aprovecha inclinándose para bailar con Pamela. Ella acepta con desgano, estaba buscando a William, pero a lo lejos lo observa bailando con la pelirroja Laila, desde la excursión al Castillo de Hielo, ellos habían tenido varios encuentros.

Hanna coquetea con Leopold sin lograr su atención. De pronto Nastia entra en el salón, todas las miradas de asombro se dirigen hacia ella, la chica estaba muy hermosa, elegante, con un vestido largo, color vino, sin mangas, ceñido a su esbelta figura, dejaba una pierna libre de forma sexi, y un escote en V que resaltaban sus firmes atributos, unos zapatos blancos, tacón 10, completan el atuendo.

Leopold, a zancadas llega hasta ella, tomándola de la mano, primero que otros chicos que pretendían acercarse para proponerle bailar, ella sonríe tímidamente tomando la mano de Leopold. Ambos con un brillo en los ojos, se acercan a la pista de baile.

- ¡Eres la chica más hermosa de este salón!- la halaga Leopold.

- ¡Me encanta todo lo que traes puesto!- Sin disimulo Leopold, mordiendo su labio inferior, lascivo, baja su mirada hacia su escote, se evidenciaba levemente unos encajes rojos alrededor de sus bien torneados senos.

- Creo que no estás disimulando tu lujuria, un verdadero caballero no debe fijar su mirada en los senos de una dama- Zenya susurra en su oido con picardía, acercándose para alcanzar su oído, apretando sus senos contra el pecho de Leopold, quien se pone firme ante su gesto. Agregando seductora - Y eso que no has visto toda mi lencería- Zenya sonríe divertida. Él observa el destello celeste de sus ojos.

- ¡Eres cruel!, no debemos permanecer mucho tiempo en esta fiesta, ¡quiero verlo todo!, no me prives de ese placer- Leopold la atrae más a su cuerpo, rozando su mejilla y su firmeza, ella sonríe. Su estatura es similar a la de él.

A lo lejos Garrix, le llama la atención a Katherine:

- ¡Vamos concéntrate en lo que te estoy diciendo, ya quítale los ojos de encima a Leopold!- le explica:

- Aquí tienes lo que pediste, coloca esta píldora blanca en su bebida, debes asegurarte de que tú seas la primera persona que él vea cuando lo tome e inmediatamente llévatelo de aquí, las otras dos marrones guárdalas-

- Explícame más, ¿cuánto dura el efecto? ¿será efectivo para enamorarlo?- pregunta con ansiedad Katherine.

-Digamos que su efecto es bastante explosivo en sus pantalones- sonríe maliciosamente Garrix.

- Va a necesitar una damisela que se sacrifique como tributo por él toda la noche- jejeje ríe bajito Garrix.

- Pero el efecto ¿será duradero, podrá enamorarse de mí?- insiste con inseguridad Katherine.

- Después de esta dosis, necesitarás 2 más, esas marrones, que debes darle la próxima en las vacaciones de invierno y la última en un mes más. Con eso olvidará a la princesita deliciosa con quien está acaramelado bailando- con seguridad, expresa Garrix.

-Para que el efecto sea recíproco tú debes tomarte estas 3 también- Garrix da la estocada final, convenciendo con facilidad a una Katherine celosa, ya que esa era una especial petición hecha por William.

- Entiendo, aunque no sé si esto realmente funcione para que se enamore de mí, pero me conformo con que olvide a esa intrusa desabrida- Katherine guarda en su pequeño bolso las píldoras e introduce, disimuladamente, una de ellas entre sus labios para tragarla en el acto.

Termina la pieza musical, Nastia y Leopold van a tomar unas bebidas, Katherine aprovecha acercándose junto con Garrix, de espalda toma dos copas a una agrega la píldora blanca sin ser vista y rápidamente delante de ellos, llena las copas, ofrece una a Nastia y otra con la droga a Leopold.

- Vamos a celebrar esta despedida de clases, sin rencores- con una sonrisa fingida acerca las dos copas una a Nastia y otra a Leopold.

- ¡No gracias!- rechaza Leopold, pero Nastia se apresura en tomar la suya.

- Gracias y salud- sonríe cortésmente Nastia, acepta la copa para evitar discusiones, lo cual obliga a Leopold a que también acepte su bebida con desgano. Garrix llena 2 copas más, una para él y otra para Katherine.

-¡Salud!- chocan las 4 copas que contienen alcohol.

Garrix trata de distraer a Nastia, para que Katherine se lleve a Leopold. Sin embargo, Leopold empieza a tener un déjà vu, con las mismas sensaciones obtenidas hace un año, siente que Kateherine lo volvió a drogar, su cuerpo reacciona de forma anormal, tiene calor y palpitaciones, cierra sus ojos (conoce los efectos de esa droga), se desprende del brazo de Katherine con brusquedad, camina tambaleándose, mira todo el tiempo hacia el piso hasta conseguir, guiado por la voz, el vestido y zapatillas de Nastia, con rapidez, la atrae hacia sí, pega su frente a la de ella, la abraza con fuerza, recita un hechizo de transportación y desaparecen ante las miradas desconcertadas de Katherine y Garrix.

Katherine está furiosa, no esperaba que eso pudiera suceder, golpea a Garrix

-¿Por qué no te llevaste a esa zorra?- le golpea con los puños en el pecho, Garrix atrapa y sostiene sus manos con fuerza, para evitar siga con la descarga.

- No tengo la culpa de que seas una inútil, no tienes la más mínima capacidad para atraer a ese hombre ni un poquito- le recrimina Garrix, luego continúa con cinismo:

- La damisela que se ofrecerá como tributo de sacrificio esta noche, será la princesita deliciosa, ¿quién lo diría? ¡Qué suerte tiene ese maldito Leopold! Trabajamos tanto para su diversión jajajaja-

Katherine no le ve la gracia. Tiene mucha rabia contenida.

- No te preocupes Katty, todavía te quedan las dos píldoras de mantenimiento con efecto de olvido hacia la princesita, pero será difícil que la olvide después de lo que le haga esta noche, jajaja- Garrix disfruta el triunfo, al fin logró dar la 2a dosis, los efectos objetivos van enmascarados con el afrodisíaco.

Agrega rápidamente, ya que él también quiere divertirse:

- No olvides que estoy esperando mi pago esta noche- Para Katherine no representa ningún sacrificio ese pago, Garrix es también muy guapo. Ella asiente, suspira y acepta resignada. Tomándose de las manos se alejan a la habitación de él, para hundirse en un mar de pasiones prohibidas. William los observa desde lejos, se queda con Laila.

Todos se percataron de las bebidas con alcohol, nadie dijo nada, Laila y William disfrutaron apasionadamente esa noche. Enzo y Daría también, se hundieron en pasiones desenfrenadas.

Pamela, al quedar sola, se acercó al atractivo profesor Lucrecio, el vampiro rubio, tratando de coquetearle, no sabiendo en el peligro que se metía, él con su apariencia de 21 años, tiene 400 años de experiencia, sediento de sangre fresca, cansado de las bolsas de sangre que el RIMANK le ofrece como dieta 2 veces por semana. La hipnotiza fácilmente, involucrándose en un amorío con una adolescente de 17 años, con graves consecuencias dadas por el beso del vampiro en el solsticio de invierno, llevándola a una transformación eterna.

[Para la imaginación]

El Vestido de Nastia

Lucrecio el Vampiro

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