—Es solo una recomendación, tampoco queremos que hagas que la discordia entre hermanos crezca más —dijo la rubia.
—Estoy con Alex, y me encanta. No tengo ojos para más nadie, así que no te confundas—recalqué.
—¡Buena niña! —exclamó al mismo tiempo en que los chicos volvían hacia nosotras.
—Encontramos el atajo —informó Alex—¡Vamos!
Me levante y camine junto a él sin separarme en lo más mínimo, no quería volver a lidiar con la estúpida rubia. Sentía frío, no solo por el lugar también porque tenía la espalda sucia por el pantano.
Alex lo noto y se quitó la chaqueta para cubrirme.
—¿Mucho mejor? —preguntó cuando cerró el cierre.
Afirme y tome su mano. Llegamos al lago, y lo que nos esperaba era algo aterrador pues los chicos habían hecho un puente con los cuerpos que estaban dentro del agua.
—Caminamos por encima de sus espaldas y podremos cruzar —explico Axel.
—¿Es en serio? —pregunté.
—¡Qué divertido! Seré la primera —exclamó Jessica dándose la importante.
Ella avanzó, seguido de Axel. Parecía que lo habían hecho muchas veces porque ni siquiera tenían necesidad de mantener el equilibrio. Alex tomó mi mano y con torpeza llegué al tercer cuerpo, estos parecían quejarse cada vez que los pisábamos.
Con suerte arribe sin mojarme hacia el otro extremo. En medio de tanto árbol de tortura se hallaba otra puerta e hice lo mío, enseguida se nos mostró un largo pasillo con varias habitaciones de torturas, el infierno era lo más horrible que había visto y eso que únicamente se trataba de algunas partes.
—¡Esperen! –Exclamó Axel— Siento el olor de papá.
—¿Está aquí? —preguntó Alex.
Su hermano comenzó a correr lo que nos llevó hacer lo mismo, cruzamos varios lugares hasta que entramos a un salón gigante y congelado. De la nada caía nieve, convirtiendo el suelo en una gran capa de hielo.
Axel se dejó caer en un punto y con sus manos empezó a limpiar los restos del suelo.
—¡Lo veo! Aquí está ¡Abajo! —Informó él.
—No puede ser, entonces jamás estuvo en el centro de la tierra —dijo Jessica.
—No sé, hay que sacarlo —dijo Axel tratando de partir el hielo con sus garras pero no podía, Alex lo intentó también y fue en vano.
—¿Cómo lo sacamos? Es como si hubiesen modificado el hielo infernal —dijo Alex.
Estos dos se quedaron callados pensando hasta que Axel me miró interrumpiendo el silencio.
—Tengo una idea. Zoe trata de abrir un portal yo liberaré a Zliyat para que me ayude con su poder —
—De acuerdo —dije poniendo las manos sobre el hielo, enseguida una sombra gigante y espectral salió de su cuerpo.
Ante mí contacto la capa fría se volvió un poco fragil, mientras que el siniestro comenzaba a darle fuertes golpes al hielo junto a su portador. Trate de esforzarme, de poner todo mi empeño, y fue ahí que el suelo comenzó a resplandecer.
Entre todos aprovechamos esa ventaja para dar por fin el quiebre de la misma, ya con esto Axel y Alex iniciaron la búsqueda de su padre despojando los pedazos que podían.
Hicieron un agujero, y se lanzaron por el. Luego la rubia los siguió y yo hice lo mismo.
Este otro sitio era muy distinto, se hallaba cubierto de lava y piedras; sin embargo, no había cielo pero si hacía muchísimo calor. Entonces me di cuenta la similitud que tenía con mi visión.
—¿Por qué hace calor? –pregunté.
—Estamos en el centro de la tierra —recalco Jessica— El hielo únicamente era otro portal.
Había una roca gigante y en esta se hallaba alguien encadenado. Cuando estuvimos relativamente cerca pudimos distinguir a Max. Sam tenía razón, él y Axel eran idénticos.
—¡Papá! —exclamó Axel quitándole las cadenas con la ayuda de su hermano.
Este abrió sus ojos y los miró a ambos.
—Hola, yo soy Alex tu hijo —sonrió el castaño.
—Un gusto Alex, me alegra verte —dijo esté con poca voz.
Lo liberaron y ambos se pusieron en cada costado para ayudarlo a caminar.
—Pa, sigues igual —comentó Axel.
—Los híbridos no envejecemos de manera rápida —dijo Max—Te dije que no vinieras por mi, te ordene que te resguardaras con Zliyat.
—Saque tu desobediencia, además Sam quiere verte —le informo el.
—¡Sam! Yo también quiero verla y follarla como la última vez —soltó mientras caminábamos.
—¡Papá! —Exclamó Alex y Axel al unísono.
—Pero si es la verdad, como creen que nacieron ustedes —
Reímos y llegamos al final del camino, ahí otra pared sin salida nos esperaba.
—Debe haber una salida que nos pueda llevar al exterior de una vez —dijo Alex.
—Y la tienen —comentó Max—Percibo a una médium, úsenla junto a la brújula que tiene la rubia.
—No voy a darle mi brújula a esta —dijo ella con arrogancia.
—Esta tiene su nombre —le recalqué—Tampoco pretendo robártela, ni que fuese la gran maravilla.
—Pará mi es un tesoro valioso, fue lo único que mi madre me dejo en mi cuna el día en que desapareció de mi vida —recalcó mirándome con enojo—Así que no vengas a ofender esté preciado artefacto.
—¿Eres hija de Astrid y Dash? —preguntó Max.
Ella afirmó y Max soltó una risa sarcástica.
—Con razón, ¿Te puedo pedir un favor? —
—Si, por supuesto —dijo de inmediato.
—Entrégale la brújula y deja que ella abra el portal, no sabes todo lo que he pasado aquí abajo —Aclaró—Quiero ir junto a mi chica que no he visto desde hace 21 años, darme un baño para quitarme el maldito olor azufre y a zorrillo, tener mucho sexo porque voy a coger como si no hubiese un mañana además de resolver un puto problema que está por armarse. ¿Será que se puede preciosa?
Jessica se inmutó entregándome la brújula la cual tome con cuidado.
—Ahora, usted señorita de ojos bonitos ponga la brújula en la pared e imagine el exterior, pero no el exterior dentro del Nexus, sino más allá de eso —ordenó Max mirándome.
Enseguida hice lo que me pidió, imagine la casa de Alex, su jardín lleno de plantas, la reja que daba la bienvenida lo más detallado posible y funcionó. Todos pasamos por allí, no mas esta se cerró le pase la brújula a la quejona.
—Yo, puedo chicos —dijo Max enderezando su postura—No quiero que Sam me vea débil.
Alex se adelantó abriendo la puerta. Al momento en que Max entró encontrándose con Sam, el corrió hacía ella y la cargo entre sus brazos.
—¡Pensé que no te volvería a ver! –dijo llorando—Mirate, no has envejecido.
—Y tu te ves madurita —dijo besándola–Me encantan las maduras, eres jodidamente perfecta Sam. Te amo.
—Yo también te amo —murmuro besándolo, se les notaba el gran amor que se tenían, un amor que también quería lograr con Alex.
Shandu hizo aparición y este también la abrazo. Agradeciendo todo lo que hizo por ayudar a Sam y a su hijo, ahora la familia estaba reunida, y lo más importante es que Alex se veía muy feliz lo demostró al momento en que su padre lo abrazo.
De pronto una vibracion en la chaqueta que cargaba puesta me sacó de esa tierna vista. Abrí el bolsillo y vi que era el teléfono de Alex el que hacía dicho zumbido. Lo saqué para entregárselo; sin embargo unos cuantos mensajes impidieron que lo hiciera, aunque la pantalla estaba bloqueada se podía leer claramente lo que allí decía.
*Nicol: bb te extraño*
*Sasha: ¿Vas a venir dijiste que si?*
*Andrea: Alex, quiero volver hacerlo. Mis padres no están en casa*
*Gendy: Una follada como la última vez ¿Si?*
*Daniela: Lo decidí, si quiero, estoy lista*
En ese instante, mi mundo se fue de cabeza, todas las cosas lindas y momentos vividos con Alex se fueron al caño. Este me había visto la cara de estúpida ¡Soy una idiota!
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Comments
💖Elismar💋
lo malo fue q le entregaste tu precioso tesoro a él y no Axel
2023-10-21
2
💖Elismar💋
jajaja ese es mi incubo favorito enserio me encanta Max
2023-10-21
1
sonya martz
son incúbos, esa es su naturaleza
2023-07-09
0