Confesión

—¿Acostarnos? ¿Sexo? —pregunté aún perpleja— ¿No crees que es muy apresurado?

Este suspiro y rodeo los ojos.

—Lo siento, es que... Bueno soy un íncubo y me impregné en ti Zoe —comentó—Eres mi única alternativa ahora de obtener energía, pero no importa, tampoco pretendo obligarte.

Se le veía entristecido pero disimulo un poco, sé que para él podría ser fácil; sin embargo, para mí no tanto, aún no me sentía capaz de tener sexo, apenas y lo conocía.

—Me puedes dar tiempo —le pedí—Necesito prepararme para eso.

—¿Tiempo? Si fuera un humano común y corriente te lo daría —recalcó—Eres la única chica que tengo ahora y que quiero tener por el resto de mi existencia. Yo Alex Walas decidí dejar mi fama de puto desde el día en que vi esos hermosos ojos color cafés, por lo tanto, ya no quiero alimentarme de otra mujer que no seas tu.

Entonces yo era la única opción que Alex tenía para mantenerse, no había leído mucho de los íncubos; sin embargo, se le notaba desesperado. Tenía que pasar, así de una vez por todas cambiaría mi destino con su hermano.

—¿Te parece mañana? —pregunté con la esperanza de que aceptará— Es que necesito prepararme físicamente para esto.

La felicidad regresó a su cara y afirmó sonriente.

—Tranquila preciosa, te trataré como la princesa que eres —Aseguró sacando su móvil— Mis ancestros solían aparecer de la nada y violar a las mujeres, pero conmigo ya se rompió ese molde, porque sé que no es fácil para las chicas por eso cuando te sientas lista, llámame y me teletransportare mágicamente.

Reí e intercambiamos números. Luego volvimos a su casa y le comenté a Shandu sobre los objetos y el pentagrama que se hallaba alrededor de este.

—¿Una estrella? ¡Ay no! Entonces no me dejes esas cosas aquí —Exclamó preocupada—Lo mejor será que lo lleves al nexus porque si lo dejas aquí volverán a desaparecer.

—¿Quién se los lleva abue? —preguntó Alex.

—No lo sé, no obstante es más seguro que estén allá —comento— Dile a Axel que los esconda en otro lugar que no sea el instituto.

Suspiré cuando dijo "Axel" otra vez debía lidiar con ese troglodita. No perdí más tiempo, y fui de una vez para terminar con esta encomienda. Ahora que empecé a frecuentar este mundo, la oscuridad siempre prevalecía.

Distinguí las letras del estrambótico edificio y entre, al llegar a su piso me llevé la sorpresa que el pasillo estaba repleto de criaturas horrendas. Traté de no mirarlas mucho para que no se percataran de que también me hallaba ahí.

Toque el timbre apresuradamente; sin embargo, este no salía «Estúpido Axel pensé» de pronto sentí una presencia a un lado que me observa con atención.

—¿A quién buscas? —preguntó con una voz que causó que se me erizara la piel.

—Yo... Em... —Tartamudee al mismo tiempo que la puerta se abría y el arrogante aparecía por fin.

—Ya déjala Envidia, la matarás de un infarto—Ordenó y esa cosa se alejó.

Me permitió pasar cerrando con seguro, ya adentro le entregue el bolso y le explique la situación.

—Perfecto yo lo hago; sin embargo, aquí no está la fotografía —dijo mientras revisaba dentro del bolso.

—Lo sé, está en otro lugar —comenté—Luego la busco.

Este levantó las cejas y me miró con incredulidad.

—¿Luego? Sabes que ustedes tienen el tiempo contado, mientras más te apresures mejor —Aseguró—Deberías aprovechar el toque de queda y mañana mismo buscar la maldita foto.

—Pues no puedo, estaré ocupada —recalque—Lo haré pasado mañana, así que ¡Hasta pronto!

Me disponía a irme; sin embargo, dijo algo que me dejó estupefacta.

—Vas a tener sexo con Alex y necesitas esforzarte para eso —

¿Cómo rayos sabía eso? De todas maneras no era de su incumbencia.

—¡A ti que te importa! —protesté.

—Pues nada —dijo sentando en el sofá encendiendo un cigarrillo— Es que creí que no fueses tan accesible, pero bueno ya se selló en ti.

—Alex me necesita es algo que tu deberías entender —le recordé— Recaerá si no se alimenta

—La verdad, no lo sé, no tengo dicho apetito sexual super desarrollado como él —dijo soltando una bocanada de humo—Solo me queda decirte de forma gratuita que tengas cuidado.

—Se las reglas, tu madre me las contó —contradije— Si crees que por tu labia dejaré de estar con Alex ¡Pues te equivocas!

—¡No es por eso! Bah, ya me aburrí de discutir contigo —dijo con arrogancia—Cuento tres y no te veo Zoe Morgan.

¿Qué más iba a decir? De igual manera no le haría caso. Empezó con el molesto conteo y salí de su departamento cerrando la puerta con fuerza.

—Pará la próxima túmbame la puerta ¡Niña tonta! —protesto desde el interior.

Regrese a casa enfadada, ese idiota sí que me ponía de mal humor. Pará distraerme empecé con alistar lo que me pondría para mañana, hice un pequeño mantenimiento en mi cuerpo mientras me preparaba mentalmente disfrutando el agua de la bañera.

Hace años que no estoy con nadie, la última vez que intente hacer el amor con mi ex novio todo nos salió mal. Recordé como lo golpee dolorosamente en su miembro cuando probó meterse a la fuerza. Desde ese día el no volvió hacer el mismo ni yo tampoco.

Salí de la ducha envolviéndome en la toalla y revisé el teléfono, tenía varios mensajes hermosos de Alex, adjunto a eso, una foto suya acostado en el tejado de su casa.

—¿Qué haces ahí? —pregunte cuando este tomó mi llamada.

—Pensando en ti, veo tu hermosa sonrisa en el cielo estrellado —Halago—Me tienes completamente a tus pies.

—¿Si? —dije sonriendo tumbándome en la cama feliz.

Se escuchó un suspiro y una pausa que el mismo rompió a los pocos minutos.

—Por supuesto, eres el motivo que me hace sentir bien en estos momentos —confesó.

—¿Por qué sucedió algo? —pregunté preocupada.

—Es una cosa tonta, no tiene importancia —

—¡Vamos! ¡Dime! A mi si me importa Alex —Apresure a decir.

—Mi madre añora tanto a Axel que a veces pienso que me cambiaría por él —Confesó—La veo en las noches diciendo ¡Mi niño! ¡Mi pequeño! Y eso me destroza, puede que sean celos porque con sinceridad siento como si tuviese preferencia.

—Es evidente que lo añore, porque tuvieron mucho tiempo alejados —le aclare—Sin embargo, ella los ama por igual.

Pude escuchar como se le quebraba la voz y eso me dolía. Esta mañana se veía tan feliz y ahora parecía demasiado frágil ¡Debía ayudarlo! ¡Calmar aunque sea esa angustia que llevaba por dentro!

—¿Alex? —

—Si —Contestó con poca voz.

—Ven, estoy lista —

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