Conmoción

—¡Entonces cuéntale eso a tu madre! —protesté— Pensaba que estabas muerto, ahora que sabe que estas vivo encontrará la manera de venir y será peor porque la estarás arriesgando también a ella.

Este se me quedo viendo por un instante pensativo, pensé que lo había convencido, pero me equivoque pues me paso por un lado, para entrar al edificio. Entonces me atreví y lo agarré del brazo para detenerlo; sin embargo, algo pasó, unas imágenes rápidas llegaron a mi mente.

Vi una especie de asiento cubierto de fuego, el cielo rojizo lloviendo meteoritos, mucha lava alrededor y el pentagrama de una estrella. Aparte mi agarré e inmediatamente las imágenes se disiparon encontrándome con la cara incrédula de Axel.

—¿Qué rayos hiciste? —

—¿De qué? —pregunté.

—Acabáis de voltear los ojos pa' arriba —comentó el ser flacucho.

—¿Hice eso? —cuestione confundida.

Estos dos se carcajearon y siguieron su camino hacia adentro.

—¡Espera Axel! Sé que aunque te supliqué, me ignoraras —dije arriesgando mis últimas palabras— Pero entiende que también tu mundo está en peligro, ambos mundos porque al no tratar de resolver lo que está pasando vendrán consecuencias, no ahora pero si en su debido momento. Hay una bruja que se encuentra con tu mamá, que puede que te ayude.

—Shandu ¿No? —

—Sí, sí... Esa misma —confirmé—La bruja mencionó el Nexus lo que da a entender de que sabe al respecto.

Este hizo una breve reunión con su amigo junto a las escaleras y luego de unos minutos volvió su atención a mi.

—Me tomará cierto tiempo salir de aquí —

—Pero si la otra vez saliste, cuando te vi en la biblioteca —aclare.

—Eso fue solo una proyección ¡Niña tonta! —recalcó— No es lo mismo que salir físicamente.

—Disculpa, soy nueva en esto ¿Pero si podrás? —

Este suspiro y paso su mano sobre su cabellera negra.

—Debéis engañar la barrera y más esta que tiene un leve lapso de fragilidad —sugirió el ser de un ojo.

—Ya que abriste la bocotá, explica completo Pereza —ordenó Axel.

—Por ser un pecado capital, he convivido mucho con Soberbia ella siempre burlaba las barreras de dichas dimensiones con tal solo usar las prendas robadas de un ser exterior —explicó— Lo que debeis hacer Axel, es tener una prenda de la humana y cruzar cuando la barrera se fragmente un poco, capais funcione.

Axel se acercó y lo que hizo me dejó perpleja, agarro mi camisa, la rasgo sin permiso tomando un trozo de la misma para amarrarla al espejo retrovisor de su auto.

—Me llevaré el carro conmigo —dijo esté notando la ruptura que casi llega a mi brasier.

Cerré la chaqueta de Blue jean que cargaba encima y lo mire enojada. Este se subió y yo hice lo mismo, el auto supuestamente ya podía pasar, así que lo único que faltaba era que el tuviera algo para poder hacerlo también.

Entonces me quité el collar de luna que mi difunta madre me había obsequiado.

—Ey —Lo llamé y el me puso atención acercándose para ponérselo.

Mientras lo hacía, nos mirábamos y hubo un momento en que me puse nerviosa, cuando por fin pude cerrar el broche. Axel se acercó demasiado a tal punto que su cuerpo chocó con el mío, trague grueso y escuche un sonido detrás de mí.

—Dejaste la puerta abierta tonta —

Me sentí estúpida, pues pensé que haría otra cosa. Decidí no darle más vuelta al asunto para ya no sentirme ridícula.

—Nos vemos Pereza, no permitas que Gula entre al departamento o te haré dormir de verdad —advirtió al flacucho quien se despidió con cara de asustado.

Llegamos cerca de la barrera, y este dio en reversa.

—Bueno, pa. Esta va por ti —dijo dándole volumen a su equipo de sonido haciendo sonar Black in Black de ACDC.

Me puse el cinturón y Axel piso el acelerador, notando la fragmentación que mis ojos no podían ver. No se detuvo, apreté con fuerza el asiento justo cuando la parte delantera del auto chocó contra la capa transparente de su mundo, de inmediato pasamos al otro lado con mucha velocidad.

Mis gritos de alegría y las de él se volvieron uno solo. ¡No podíamos creerlo! ¡Había funcionado! Él siguió manejando y repasamos a Alex que nos miraba perplejos desde donde estaba.

—¡Espera tu hermano está allá! —le avisé; sin embargo, Axel no me hizo caso— Debes esperarlo el sabe donde está la casa.

—Yo también, puedo oler a mi madre —reveló—No es necesaria tanta cortesía, debo apresurarme.

Sé que había venido aquí únicamente con un propósito, no obstante era muy frío con respecto a su familia.

Aparcamos frente a la casa y lo vi apretar fuertemente el volante, mientras su respiración se hacía pesada ¿Acaso estaba pensando en entrar? ¿O planeaba cómo tratar a su madre?

Bajo y cerró, al mismo tiempo que ponía su brazo tapando su rostro.

—Puto sol —protesto.

Me imaginé el sol le afectaba, por haber vivido tanto en la oscuridad. Camine apresuradamente con la intención de abrirle la puerta; sin embargo, para mi sorpresa Alex lo hizo como si hubiese estado siempre en la casa. Y estos dos se quedaron mirando, note un poco de tensión por parte de ambos, sé que no se conocían pero ¡Joder! Nacieron de la misma mujer y procreados por el mismo hombre.

—Eh... Bueno. Alex ¿Está Shandu? –dije tratando de estos dejarán el debate de miradas.

—Si claro... Adelante —dijo esté permitiéndonos entrar.

En el momento en que llegamos al pie de las escaleras que dan al segundo piso, Sam apareció desde la cocina y soltó los platos que llevaba en sus manos. Estaba a punto de caer por la impresión de ver a su hijo, pero Axel corrió y la agarró.

Esta puso su mano en su rostro y luego recorrió sus dedos por el mechón blanco.

—Eres idéntico a tu padre —dijo con su voz entre cortada— Mi amado Axel.

Y sollozo abrazándolo, lo que me sorprendió es que él no se resistió a ese abrazo, sino que lo aceptó. Ver tal escena hizo que también soltara unas cuantas lágrimas y que Shandu quien hizo presencia me imitara.

—Lo siento, lo siento por haberte dejado, por no haberte buscado —soltó entre cortado—Pero pensé que habías muerto y jamás pude volver a entrar. Eso me desesperaba, lo que llevaba a repetir tu nombre y recordarte a todas horas.

—Lo sé, escuché tu voz —confesó Axel— Cada vez que decías mi nombre escuchaba tu voz entre la oscuridad.

Esto provocó que Sam llorara con más intensidad

—Y está bien, entiendo tus razones tenías otro hijo que cuidar —Soltó secamente alejándose un poco — Pero no te preocupes, papá hizo un buen trabajo me inculcó sabiamente.

—Osea que ¿Mi padre sobrevivió contigo? –preguntó Alex.

—Por supuesto, hasta que cumplí los trece —comentó.

—¿Está muerto? —preguntó Sam con los ojos cristalizados.

—No, pero esta en un lugar inalcanzable —recalcó Axel.

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