Experiencia

¿Su bebé? ¿Qué está pasando? ¿Quiénes eran estas personas? Me levanté de golpe y ella se acercó a mí.

—Tranquila, deja que te expliquemos —

—¡Pero mamá! —protesto Alex—Se supone que es una de nuestras reglas, guardar dicho secreto ¿lo recuerdas?

—Si, pero ella ya se involucró sola —comentó.

—Si por favor explíquenme —pedí.

Entonces Samantha Walas me contó todo desde un principio, la existencia de los íncubos y como tuvo un romance con uno de ellos, un tal Max que es el padre de Alex y Axel. También relato lo que sucedió durante su parto y la guerra con un celestial, todo lo relatado me dejó perpleja.

—Eso quiere decir ¿Qué eres un íncubo? —pregunté mirando a Alex.

Este afirmó, pasándose una mano por el cabello y mirando con cierta vergüenza.

—Por cierto Zoe, de casualidad ¿Axel no te dijo algo sobre Max? —Cuestionó Sam.

—No, el es muy reservado en cuanto a su información personal —comenté—Lo que sí me dijo es que su madre lo abandono para salvar su vida.

Sam se envolvió en un mar de lágrimas incontrolable y Shandu la abrazo.

—Necesito ir por el, necesito que mi hijo sepa lo que en verdad pasó —dijo entre sollozos—De tan solo imaginar cómo sobrevivió en ese mundo, sin que su mamá estuviese presente se me parte el corazón.

—Tranquila Sam, lo importante es que está vivo —La calmo la bruja—Tu hijo tiene la fortaleza de su padre, y ahora es fuerte porque está lidiando con el Nexus. Además...

Guardo silencio y quedo pensativa.

—¿Además, que? —preguntamos los tres al mismo tiempo.

—Se supone que el debería estar muerto, para que se cumpliera la profecía. Ahora todo cambiará—Comentó— Debemos descubrir que cambios provocó este acontecimiento.

—Por eso mismo debo ir a buscarlo —dijo Sam levantándose.

—No mamá, es peligroso sé que estás desesperada; sin embargo, hay que pensar las cosas con calma —propuso Alex—Deja que yo lo busque.

—¡No! —protesto Sam—Ese lugar es peligroso para ti también, puede que te corrompas porque tú fuiste criado en el mundo humano como un niño normal. No permitiré eso Alex.

Y entonces comenzaron hablar entre ellos, aún no podía creer lo que pasaba. Ayer únicamente sabía sobre la existencia de objetos malditos, hoy sobre demonios, brujas y celestiales. Ahora que me encontraba actualizada sobre esta gran historia lo único que podía hacer era tratar de ayudar ¿No?

—Yo buscaré a Axel —dije entre el bullicio que estos hacían.

Lo tres se me quedaron mirando y Shandu habló.

—No creo que puedas volver a entrar al Nexus —comentó—Aunque me parece extraño que pudieras acceder, los humanos no pueden hacerlo. Me permites tu palma derecha.

Afirme y la agarro con cuidado pasando sus dedos por la misma. Su cara de sorpresa me asusto pues algo había descubierto.

—Eres una médium —comentó.

—¿Médium? De esas que hablan con fantasmas —dije incrédula.

—No, eres una Médium capaz de cruzar entre dimensiones y portales —explico—Además, tienes el don de la reencarnación has estado aquí mucho antes que nosotros y has vivido muchas vidas. Es por eso que a pesar de lo que ya te explicamos estás normal sin nada de temor.

—Interesante —dijo Alex—Después que resolvamos esto me interesaría saber más sobre el tema.

Mi corazón se aceleró al ver como este se mordía el labio y guiñaba un ojo.

—Oh… Emmm bueno entonces puedo ir por Axel —

—Si, pero debes de tener cuidado. Puedes atraer muchas cosas, debes ir rápido y salir rápido —propuso la bruja.

Afirme. Sentí el abrazo de Sam y se lo devolví, la verdad la entendía, perder a su hijo y al amor de su vida al mismo tiempo devasta a cualquiera.

Tome un bolso que Sam me cedió y comencé a guardar las cosas preventivas que Shandu me había obsequiado.

—Con razón mis trucos de seducción no sirvieron —dijo Alex de brazos cruzados en el umbral de la puerta de la habitación de su madre— Es que eres una chica muy especial.

—¿Tratabas de seducirme? — pregunté con sarcasmo.

—Si, la verdad te he estado vigilando desde que te vi por primera vez en la biblioteca —confesó acercándose— Me impregne en ti desde ese instante, ahora que sabes toda la verdad acerca de mí y de mi familia loca, no sé lo que haré para conquistarte.

Este se aproximó a tal punto que mi cuerpo dio con la pared y quedamos tan cerca que podía percibir su respiración un poco agitada.

—Aún tienes una prueba que cumplir ¿Lo recuerdas? —

Afirmó y nos besamos, sus manos dieron en mi espalda, luego fueron bajando para empujarme hacia su cuerpo, no obstante se alejó un poco.

—Mierda, si sigo así te tiraré en esa cama y te follaré, así que me detengo —confesó.

—Sí... Yo debo irme — tartamudeé, este me dio un último beso y salí.

Su familia se despidió deseándome buena suerte y Alex me llevó en su moto. Cuando estuvimos en la entrada, me abrazo y dijo:

—Estaré aquí, si algo pasa devuélvete de inmediato —

Afirme y entre rápidamente. El Nexus estaba oscuro y se escuchaban pisadas que retumbaba a lo lejos, me apresure en buscar el edificio donde vivía Axel únicamente recordando como salí despavorida de allí, lo divisé pues las letras fucsias en Neón alumbraban entre los demás edificios. Corrí hacia su piso y toque la puerta pero este no abrió; sin embargo, escuche su voz.

Fui hacia allá y lo vi en el estacionamiento con otro sujeto que dormía encima de su auto, mientras el arreglaba el mismo. Este se me quedó viendo y cerró la cajuela del auto con brusquedad despertando al flacucho de un solo ojo.

—Volviste, pero que agallas tienes —comentó sarcástico.

—Sí, volví por ti —dije suspirando—Tu madre está en el otro lado y quiere verte.

—¿Tenéis madre? Axel —preguntó el individuo.

—¿Pará qué quiere verme? —preguntó ignorando lo que dijo su amigo—No me hizo falta cuando era pequeño, menos ahora.

—¿¡Cómo puedes decir eso!? —protesté—No sabes lo que realmente pasó, ella jamás quiso abandonarte, deseaba con todas sus fuerzas estar contigo. Tienes una familia que te espera, un hermano que te quiere conocer.

Este se carcajeó y su amigo hizo lo mismo.

—Está bien ¡La felicito! Le agradezco por llevarme en su vientre, por tener el valor de tenerme —dijo seriamente—Pero estoy en donde debo estar, este es mi mundo ahora y jamás encajaré allá. Tengo asuntos urgentes que resolver aquí, como para estar perdiendo mi tiempo en un estúpido reencuentro familiar.

—¿Qué asuntos pueden ser más importante que ir con tu madre? Eso suena tan cruel —contradije.

—¡Ay no debisteis decir eso preciosa! —dijo el ser de un solo ojo.

De inmediato Axel se acercó y tragué grueso por el grado de intimidación que este me causaba.

—¡Mi padre se sacrifico por mi! Se sacrifico para que yo estuviese aquí y viviese en su lugar—protesto—Asi que no me vengas con el cuentecito del amor real, y de lo cruel que estoy siendo, porque no sabes lo que realmente está pasando.

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