capítulo 10: “los celos del emperador"

Entran un guardia con apuro al salón de estrategia...— ¡Su majestad!...

Ryuken se molesta por la llegada del guardia de esa manera— que falta de respeto entrar así, dime tus motivos de esa indulgencia.

— ¡Los bandidos han vuelto!... ¡Están saqueando el pueblo más cercano de este palacio!...

Su majestad chasquea la lengua molesto, ya que esto bandidos son como una plaga que no se exterminar fácilmente.

— prepara un pequeño grupo más mi caballo para salir a combatir.

— yo voy con usted.

— no Saori. Estoy mejor si no tengo nadie a quien cuidar. Volveré rápido, ya me enfrentado a eso bastardos...— se gira al soldado — llama a Yuri...

— Yuri–sama ya preparó todo y lo está esperando afuera, solo falta usted para continuar.

— perfecto.— se levanta y marcha junto con el guardia... Yo también hice lo mismo y le alcé la voz en el medio del pasillo...

— ¡Ryuken–sama!...— se detiene en seco y me mira con los ojos un poco anchos, pues es la primera vez que mencioné su nombre con libertad— por favor, vuelva a mi lado sin una herida...

Él no sabía cómo responder ante esa confesión tan cálida. Solo saca su sonrisa y le da la espalda, sigue caminando y le declara...

— Soy el emperador y si salgo herido por unos simples bandidos mi orgullo quedará en el piso... Además... ¿Quién te dió permiso de pronunciar mi nombre? Prepárate para un castigo está noche... Saori.

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Esperé pacientemente por varias horas sentada en la ventana mirando la luna llena, confíe en su palabra de que volvería rápido, por eso no insistí. Se que era más de la media noche... El sueño me invadía pero cada vez que recordaba a Ryuken se me quitaba lo soñolienta... Sin embargo, perdí contra mis cansados ojos y no se en que momento me quedé dormida. Una criada mueve mis hombros para despertarme...

— Saori–sama... Levántese por favor. Llegó el emperador Ryuken— a tan solo escuchar su nombre me espabile de inmediato...— su majestad me pidió que no le dijera nada a usted, pero tiene que saberlo ya que usted le importa.

— ¿Que pasó?

— después de exterminar a los bandidos exitosamente, su majestad no se percató que quedó uno con vida, se hizo pasar por muerto y lo atacó directamente hacia su pecho con una daga, por suerte, los reflejos de su majestad son muy agudo y en el último instante lo esquivo... Sin embargo, no salió ileso... Un poco más y la herida pudo haber sido mortal.

—¡...!— dios mío, tengo que ir a ver cómo se encuentra. De inmediato le dije a la criada que me llevará hasta la habitación del emperador. Le agradecí por la información y le prometí que hablaré con su majestad para que ella no se involucren en un problema por contarme de ésto.

— ¡Ryuken–sama!...

— Saori...— hablo el con un poco de sorpresa. Pues no sé espeba a que yo fuera hasta él. Tenía mayormente vendado su pecho izquierdo, el se sienta en su cama mientras yo me acercaba a la orilla de ella... Resopla cansado y mira al frente para no verme a mí...— tarde o temprano te ibas a enterar de ésto. Fue algo estúpido de mi parte, no verifique los cuerpos pensando que todo estaban muertos, el sujeto estaba delante de mí y en cuestión de segundos esquive su daga a punto de clavar mi pecho, como podrás ver...— se toca suavemente la herida —... Me llevé un merecido por siempre estar confiado... que forma tan patética se haber caído en esa trampa.

— Ryuken–sama. Usted es un tonto confianzudo... Por eso le declaré que quería ir con usted. Emperador terco...

— te estás pasando de la raya, Saori. No me pasó nada grave.

Fruncí el ceño y cerré los ojos en modo de evitar sollozar, pues sin querer me había imaginado si la daga hubiera atravesando el pecho de su majestad enviándolo a la muerte...

— eres un idiota...— y sin querer se me sale un par de lágrimas.

Ryuken se irrita al seguir escuchando insultos de Saori, pero al verla de ese manera suaviza su mirar... Y para tranquilizar el humo de su doncella el coloca una venda en sus ojos...

— ¿Ryuken–sama?

— le has faltado demasiado respeto a tu emperador... Es hora de tu castigo. Primero, me llamás por mi nombre sin mi consentimiento, segundo me insultaste de varias formas... Por último, me hiciste sentir culpable al verte de esa forma... No te perdonaré eso... Saori.

Mis ojos estaban en completa oscuridad. Sentía el tacto de sus dedos acaricia mis mejillas, a los segundos después, su respiración cerca de mis labios me daban ganas de besarlo, el no pierde el tiempo y lo hace... Se despega y me hace acostar encima de él, aún vendada de los ojos, me habla.

— Saori... Te prometo llevar conmigo la próxima vez. En unos meses, al comienzo del año nuevo, vendrás a mi lado en la nueva conquista del territorio lunar.

— ¿De verdad?

— solo para probarte que soy mejor en batalla, que tú— le golpeé en el pecho jugando, dándole sin querer en la herida...— ¡Auch!... ¡Saori!

— ¡Ups!... ¡Perdóname Ryuken–sama!... Es que estabas muy fanfarrón con ese tema que se me olvidó que te hirieron de forma lamentable...

— ahora veo que ya no te sientes mal por mí... Casi se me olvida tu castigo.

— ¿Eh?...— Ryuken se sube a mi sin problema de su herida. Toma mis labios nuevamente y no es gentil ya que lo muerde tan fuerte que me hace sacar algo de sangre en mi labio inferior... Luego lo lame para limpiarlo. No podía verlo, y sentirlo era como otro nivel. Él baja lo suficiente para aparta mi vestido, me muerde en una de mi entre piernas igual de fuerte... Para no hacer visible los moretones de su mordedura, lo hace en los lugares donde conllevan más cubrimiento de ropa...— Ryuken...sama.

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Me levanté con un dolor entre mis piernas. Debo de admitir que soy masoquista, ya que me gustó el dolor que el me causó. Sentí como se volvió gentil en el momento en el que me vio llorar un poco. Al despertar, el no estaba a mi lado. Sali de la habitación sin querer buscarlo. Suponía que estaría ocupado. En el jardín me encontré a Kaito.

— buenos días, Kaito–sama.

— oh, Saori... Bueno días...— estábamos debajo de un gran árbol de cerezo, toma una hoja en el aire y me la coloca en la mano—... Los sakuras son hermosos... Pero al llegar el otoño, caen dejando el árbol y después el invierno cubriendo sus ramas secas... Muy pronto llegará la nieve.

— pero Kaito–sama... Sí apenas estamos en otoño.

— el tiempo pasa rápido Saori y hay que apreciarlo...— una ráfaga leve de viento pasa sobre ambos, mis cabellos tapa mi rostro, escuché una ligera risa de parte de Kaito, seguido de su mano apartándome la melena...— y quiero apreciarlo los pequeños momentos que tengo contigo...— lo miré con una sonrisa y a la vez con regaño...— está bien... Solo como amigos.

Se van caminando con una charla en el medio. Los ojos del emperador captaron cada detalle de lo ocurrido desde una distancia que no lo podían descubrir, pues también escucho un poco la conversación...

“fue solo una charla común..."

Pensó su majestad que luego recuerda el momento en el su hermano le apartó el mechón de cabello a su concubina. En ese instante, un sentimiento llega a su pecho, a la vez que reconoce que le dio celos ver la sonrisa de Saori con otro hombre, resopla molesto y se va con los pasos pesados...

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Comments

Sandra Martinez

Sandra Martinez

que pena Kaito, Saori está embelesada con el emperador y se concentra solo en él ,no entiendo po qué su insistencia

2023-10-24

4

Massiel Martinez Rosales

Massiel Martinez Rosales

-se le abre ma herida señor.
Déjala que sangre así se cura más rápido. jajajajajja

2023-09-04

3

Y M A 🤔

Y M A 🤔

Yo no estoy celoso hay emperador solo usted se lo cre jajajaja ya perdió la apuesta

2023-02-06

1

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