capítulo 18: “ sufrimiento en el alma"

Ryuken no fue el único en salir a buscar a Saori en medio de la tormenta. Kaito pudo arreglarsela para salir de palacio... Está vez, los vientos arrasaban más que antes, el frío penetrante que pasaba de la piel hasta lo huesos... Kaito sigue el camino contra las ráfagas potente. Mira la sobra de alguien arrodillado con la espalda encorvada hacia la vista de la caída, el frunce el ceño al ver la silueta conocida. Cada vez que se acercaba se le iban la dudas de quién era. Hasta tenerlo en frente y mirar que era Ryuken sollozar, más sin embargo, el frío era tan letal que las lágrimas se convirtieron en hielo granizado...

— Ryuken... ¿Que pasó con Saori?— su voz era de miedo pues también pensaba lo peor... Luego capta que el emperador no dejaba de ver al vacío... Ahí fue donde Kaito decide mirar por igual... Sus ojos quedaron en blanco a la vez que pierde las fuerzas de su pierna cayendo sentado a piso de nieve...— Saori... — pronunció el con dolor profundo mientras que las lágrimas de cristal salían... Luego comprende que solo alguien tenía la culpa y se llena de ira en cuestiones de segundos... Y de inmediato golpea a Ryuken en toda la mejilla, se sube a él y le grita— ¡Ella está muerta por tu culpa!...¡Todo por tu maldita avaricia de poder!... ¡Tu debiste haber muerto no ella!...— luego rompe en más llanto— ella debió amarme a mi...¡No a tí!... Ella siempre te amó hasta el final...

“si pudiera tenerla de nuevo... Haría las cosas bien esta vez. Pero... Jamás regresará a mí lado. Saori, perdoname"

Pensó Ryuken. Él ya no tenía esperanzas en su ojos, su alma se sentía vacía, y sin Saori a su lado, ya no desea ese poder, ya no desea esa avaricia... Pues sin su amada comprendió que todo esos bienes materiales no le traería la felicidad que alguna vez tuvo con su doncella...

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— listo... Ahora ya no me vas a romper más la espalda — golpeé a Yuri en la cabeza mientras que me ponia las nuevas sandalias.

— gracias...— miraba el alrededor del pequeño pueblo —... Es muy bonito... La nieve ya no ocupa el clima aquí... Ver la primavera llegar es tan cálido...

— ¿No has venido para acá?

Me reí dulcemente al recordar algo —... No, creo que Ryuken y yo teníamos planeado en...— mis voz se aflige...— en visitarlo...

Yuri mira con un poco de tristeza...— vamos Saori... Sígueme...— toma mi mano y me guía por el pueblo, ya no estamos en el imperio de la dinastía del dragón, pues al lado hay otro reino muy cerca que se pude cruza a pié... Es muy colorido y alegre... Pasaba por las tiendas del mercado con Yuri, olvidándome algo de mi tristeza...

Nos detuvimos para comer algo...

— Yuri... Prueba esto...— alcé el bocadillo para que el lo tomara, pero me sorprendió cuando su mano toma mi codo y así yo darle la comida directa a la boca...

— Saori... Te llevaré a una casa que nadie va por años, ahí nadie te podrá molestar. No sé cuáles son tu razones para no volver al palacio pero ahí me podrás contar lo ocurrido...

— no hace falta llegar hasta allá para decirte... Ya que necesito hablarlo con alguien... De cómo me siento al respecto con Ryuken, de lo contrario, mi corazón dolerá aún más... El consiguió una nueva concubina...— de ahí le conté todo desde el principio, por supuesto que se molestó, luego suaviza su mirar...

— ¿Como te has sentido?

— fatal... Quiero estar con el. Pero Ryuken ama más a su trono que a mí. No siento envidia por Mizuki, ya que ella es solo un puente para el deseo de él... Lo que más me hiere es que después de todos estos meses juntos, el no me haya valorado...

— Saori... ¿Lo perdonarías si el dejará todo por tí?

— tendría que verlo con mis propios ojos... Por ahora no quiero ir. Quiero tener mis ideas claras para no equivocarme está vez.

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Ryuken regreso obligado por su hermano. Él no podía dejarlo ahí, puesto a que es su familia y lo aprecia sin importar que el sea un imbécil... Kaito andaba en el caballo y miraba hacia atrás. Notaba que el emperador no había cambiado su cara de lamento mientras que el caballo caminaba, vuelve a mirar hacia delante igualmente de dolido por la supuesta muerte de Saori. Faltaba muy poco para llegar al palacio, sin embargo, la tormenta ya había tocado ese castillo...

— ¡Regresó su majestad junto a Kaito–sama!— exclamó uno de los guardias para abrir la gran entrada. Ellas se abren a par junto con las ráfagas de invierno entrando al lugar...

Ambos se bajan de sus caballos, Kaito ve que su hermano camina a la puerta principal del palacio... Él se marcha a guardar su caballo por su mano en el establo, amarra el corsel y se sienta pesadamente en la paja, susurrando el nombre de Saori volviendo a salir la tristeza de sus ojos....

El emperador no se va a su recámara, se va a la de su antigua doncella... Mira con melancolía la habitación donde hubo calor entre ambos y ahora se encuentra un frío desconsolador abrazando el ambiente... Mira el collar de perlas que le regaló un día antes de que todo se cayera... La toma y lo apreta con fuerza, vuelve a caer de rodillas sollozando con la tortura en su corazón por todo los errores que cometió...

— Saori....

Murmuró el nombre con suplicio, el sufrimiento reflejado en sus ojos y el arrepentimiento en su alma...

“daría todo por volverte a ver...."

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