capítulo 6: “bajo mi poder"

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Ryuken entra al dormitorio de su concubina Saori, molesto y disgustado se encontraba, pues su doncella lo rechazó eh ignoró por completo.... Ella se hallaba sentada en su cama dándole la espalda a él.

— eres una concubina rebelde, ¿Como te atreves a tratar así a tu emperador?

— mi emperador me prometió que me traería algo insignificante ante mis manos...— ella no se voltea, más cada vez Ryuken se acercaba a la espalda de su doncella, se sienta y le habla detrás de su nuca.

— si, lo sé. Pensé que sería fácil por ser un libro, algo que puedes conseguir en cualquier parte de estas tierras. Sin embargo, no del género que tú quieres...— no le responde, el suspiro y toma a Saori de los hombros, en un momento para otro la tenía bajo su poder, a casi de acostarla en la cama. El la observa y habla con un poco de compasión...

— Saori. No logré entregarte ese objeto que me pediste, en cambio, mañana, te concederé un enfrentamiento conmigo... ¿Te parece?

— de acuerdo... Espero que cumplas con tu palabra.

_ ¿Por quién me tomas?... Tengo la agenda ocupada ya que en unos meses atacare al imperio lunar... Y hago un pequeño espacio para tí, agradece por eso...

Saori disimulo su sorpresa, ya que al escuchar que el tiene ideado ir a tomar ese Imperio la pone en prisas, resultado ser que en esa batalla por conquistar ese territorio, el emperador conocerá a su última concubina y futura emperatriz, Mizuki...

Se que quedan meses aún, pero tengo que hacer todo lo posible para que Ryuken sea mío solamente... Sonreí ante su respuesta.

— por supuesto que se lo agradeceré, su majestad...— el emperador se deja llevar por mis manos y ahora estaba debajo de su concubina, yo sentada en su abdomen con las manos masajeando su pecho, que lentamente iban subiendo a su rostro para yo besarlo después... De ahí, le fuí quitando a medias las prendas de vestir dejándome el tacto de sus músculos, deslicé ambas mano en todo su cuerpo superior, me baje un poco más y podía notar algo diferentes entre su majestad. Al parecer él ya estába deseándome mucho antes de que le besara... Solo le quite el lazo que sostiene su pantalón, sacando así su miembro y lentamente lo metí a mi boca junto con los movimientos que conllevan para darle ese placentero sentimientos... Su gemir era algo tan satisfactorio que me daba motivo de seguir...

— Saori... Sigue así.— dijo él en susurros porqué cada vez sacaba las palabras salía con jadeos...

No sólo me quede ahí, muchas cosas le llegué hacer hasta que el quedara rendido por completo... Descansaba dormida en su brazo, ambos con nuestra desnudez debajo de una sábana, mi pierna encima de las de el y mi brazo cubriendo su pecho, y aunque me encontrara en pleno descanso, podía sentir como su mano pasaba por mi cabeza bajando a mis largos cabellos, sus caricias son cálidas...

----- en la mañana siguiente.

El emperador despertó de buen humor, cabe destacar que hay muchas razones del porque su carácter estar de ese modo en el comienzo de la mañana, y él solo lo describe con un nombre que sale de su boca...

— Saori...— mira al lado donde se suponía estar su doncella. No la encuentra y a los segundos después una sirvienta llama a la puerta.

— su majestad, le eh traído el desayuno...— entra y coloca la bandeja de desayuno en la mesa. Hace una reverencia y se marcha, antes de salir completamente, el pregunta— ¿Quién lo preparo? no parece la comida del cocinero?

— la concubina Saori...

Al ver que la criada se fue por completo, probó un bocado de la comida... Se llevó una agradable sorpresa de lo bien que sabía, el no lo podía creer que ella supiera de la cocina al nivel profesional, ya que no cualquiera puedo impresionar al emperador en ese tema y por eso sólo tiene un chef únicamente para él. Además, el no era el único que Saori le envío la comida, a Kaito y Sayuri por igual. A él hermano menor del emperador por su amabilidad en como la trato ayer, Saori le envío el desayuno como muestra de agradecimiento y pués a Sayuri le tenía algo muy reservado para esa doncella... En su comida tenía algo que no se ve ni con la mejor vista... Un veneno sutil que nadie se dará de cuenta. Sayuri al terminar el plató por completo mando sus agradecimientos al quién preparo la comida con la criada...

— el desayuno estuvo exquisito... Podría decirme el nombre de la persona quién lo hizo, quiero mandarle mis felicitaciones.

— la concubina Saori...— dijo la criada que recogía los platos de la mesa... En ese momento, Sayuri quería vomitar.... Igual que el emperador, quedo anonadada pero con mal gusto... Y cabe mencionar que para nada sabía del veneno oculto en su comida... Quedándose sola en su habitación golpea fuertemente la mesa.

— maldita zorra... Sí me envió la comida a mi, también lo hizo con su majestad. Lastima que el té no haya funcionado, pero aún tengo varios intentos en eso...

El emperador Ryuken caminaba buscando a su concubina, una sirvienta le explica que aún seguía en la cocina... El entra a dicha habitación y mira a Saori aún cocinando, luego su vista se desvía al cocinero, un hombre de mediana edad que se encontraba dormido en una silla... Su majestad hace una mueca al ver a su chef de esa forma tan perezosa... Da paso hasta la espalda de Saori, ella no lo había notado aún, o eso es lo que él creé...

— su majestad... ¿Podría pasarme el jengibre molido, por favor?...— ella le señala el lugar donde se encontraba el frasco con el condimento... Ryuken no tiene problema en pasárselo. Una vez usado ella se lo devuelve, sin embargo, el ve que su mano se hallaba muy cerca del sartén caliente y para evitar que se quemara, su majestad coloca su mano debajo de la de ella...

— ten cuidado Saori, te podrías quemar...

— ya casi termino... Solo me falta preparar los bollos.

— ¿Como es que tú estás cocinando y ese viejo holganzan no?...

— aah, te refieres a Daiki–sama... Pues al principio no le pareció buena idea de que yo entrara en su cocina sin permiso, pero ya iba adelantada con la comida, él probó un poco y me dejó que siguiera... Hasta se echó una siesta— termina ahí, se quita el delantal y se va a preparar la masa de los bollos, pregunta con un poco de preocupación—... ¿Acaso no le gusto el desayuno, su majestad?

— todo lo contrario. No sabía que era tan espectacular cocinera...— dulcemente toca la nariz de Saori con la punta de su dedo...

— si no fuera mi concubina, te haría mi chef de inmediato, y despediría a Daiki...— al parecer el chef escucho eso ya que abre un ojo y ve directamente hacia el emperador...— te esperó en media hora en la sala del entrenamiento, cumpliré mi palabra y me enfrentare a ti. No llegues tarde, no tolero a los impuntuales...

Gracias por leer 😊 una historia original de Afrodita 💓

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