Meses más tarde, el gran reino de Chapal estaba por celebrar la boda entre Arthur y Bianca, para la cual Louis y Mirey estaban invitados, ella estuvo de acuerdo en asistir a la boda de su cuñado, pero, con la condición de que llevaría su rostro tapado como siempre lo había hecho, ya que se sentía más segura así, Louis obviamente acepto.
De todas maneras, el ir a la boda era prácticamente una obligación, no podían darse el lujo de no acudir, puesto que quedarían mal ante el reino de Chapal, era un compromiso serio que definiría a la próxima Princesa Consorte de Chapal, al cual tanto Mirey como Louis tenían que asistir. Fueron unos días antes de festejarse la boda, para poder descansar del largo viaje y visitar un poco la ciudad, llevaron con ellos a Sebastián, a Nina, y otras dos sirvientas.
Louis y Mirey tuvieron que compartir la misma habitación, ambos se sentían incómodos. Mirey pudo ver la incomodidad en el rostro de Louis, hasta no hace mucho él le temía a su majestad, Mirey tomo una extensa almohada y divido la cama en dos partes.
-de esta forma será mejor, no debes preocuparte tanto-
Louis estaba un poco desconcertado por las acciones de Mirey.
Cuando el momento de cambiar la ropa de viaje a pijama llegó, Louis empezó a sentir la timidez, ambos se dieron vuelta para desvestirse, mientras se daban la espalda, Louis no pudo aguantar el no husmear un poco hacías atrás, mientras dio una corta mirada pudo ver la lisa piel de su majestad, tan avergonzado de lo que vio y de lo que hizo trato de cubrirse rápidamente bajo las finas sábanas que cubrían la amplia cama. Su majestad noto a Louis cubriéndose por completo, se le vino a la mente la figura de una oruga, apenas podía verles sus orejas que estaban roja, ella se acostó del otro lado de la gran muralla de almohada mientras largaba una risita disimulada - pfft-
Tales actos le dieron gracia.
Mientras el ronquido de Luis interrumpía el liviano sueño de su majestad, ella se levantó y salió al exterior para poder respirar aire fresco. La luz de la luna estaba más brillante que nunca, Mirey salió afuera a contemplar el paisaje, llevaba ropas muy finas, su cabello estaba suelto y tenía su cara al descubierto, se acercó hasta un gran árbol que tenía un columpio, se sentó y observo el cielo, mientras suspiraba. Su rostro pensativo era como una obra de arte.
Ella tenía la costumbre de tomar cortos paseos nocturnos, sentir la brisa de la noche sobre su piel, le relajaba y le ayudaba a dormir.
Ya se sentía somnolienta hasta que se percató de algo. Enseguida se dio cuenta de la presencia de alguien más, cuando miró hacia su derecha pudo ver un hombre saliendo de la oscuridad, cada vez que se acercaba sus rasgos faciales se notaban aún más, cuando ese hombre extraño quedó expuesto ante la luz de la luna, Mirey de inmediato se dio cuenta de que era el hermano de Louis, ella se levantó y agacho su cabeza haciendo una reverencia.
- ¿Quién eres tú? -
seriamente, hablo con una voz alta y aguda
-Disculpe, Su Alteza, mi impertinencia de estar aquí a estas horas de la noche, soy la sirvienta de su majestad La reina de Monsanca-
-Levanta tu cara-
Él seguía frunciendo el ceño.
Un poco inquieta, Mirey levantó su hermoso rostro, el cual dejó a Arthur impactado al verlo
-No recuerdo haber visto tu cara-
Arthur enseguida cambió su cara a sorpresa y su voz cambió a más suave
-He estado ocupada sirviendo a Mi Reina-
-Si te hubiera visto, recordaría un hermoso rostro como el tuyo-
"Imbécil"-Me alaga su alteza-
-Puedes regresar, trata de no andar merodeando a tan altas horas de la noche, es peligroso-
-Sí, Su Alteza, muchas gracias-
________
-Lo lamento, no podré acompañarte a la ciudad hoy, tengo que ayudar a madre con unos preparativos de la boda de mi hermano-
-No te preocupes, cuando te desocupes puedes acompañarme-
- ¿Por qué no vas sin mí?, lleva a Sebastián, no quiero que te aburras mientras esperas-
-Está bien, veré que hacer, no te preocupes por eso-
Mirey al retirarse de la habitación le dio un beso en la frente a Louis, se divertía mucho viendo sus facciones sonrosadas y su reacción avergonzada.
Al final se decidió a hacer un recorrido por la gran ciudad con su rostro expuesto, disfrazada como una simple plebeya, se divertía probando las comidas y conociendo a la gente, desde lejos Arthur que pasaba no muy lejos la vio entre una multitud de personas, enseguida pudo reconocerla y sin dudarlo se acercó a saludar.
-Señorita, ¿Vino usted sola a la gran ciudad? -
Mirey sorprendida por el encuentro inesperado, realizó una breve reverencia -Su Alteza, es un gusto ver al sol del imperio en un gran día como este-
-Tranquila, absténgase de ser cordial, por favor, tráteme como a un igual, llámeme por mi nombre, me sería más cómodo conversar así con usted-
-Su Alteza, yo no me atrevería a cometer tales actos-
-La ciudad, aunque se ve tranquila, para una joven solitaria como usted puede ser peligroso, déjeme escoltarla-
-No es necesario, Su Alteza, yo ya estoy de regreso al castillo, mi señora debe estar necesitando de mis servicios- "maldito, ¡vete ya!"
-No sea tan conservadora, por favor, por lo menos déjeme escoltarla hasta el castillo-
-Está bien, le agradezco por su gracia, Su Alteza-
Mirey estaba muy incómoda viajando en el mismo carro que su cuñado Arthur, deseaba poder llegar pronto.
-Dígame, señorita, ¿Cómo se llama? -
- Mi nombre es Lucía- "bueno, en realidad si he usado ese nombre en el pasado, no es como si le estuviera mintiendo"
-Es un lindo nombre, bello como su dueña-
-Muchas gracias, Su Alteza-
mientras Mirey mantenía en su rostro una sonrisa falsa por dentro se remordía de odio, "muérete, maldito"
-y... ¿Usted tiene novio? -
-Oh si... Yo ya estoy felizmente casada~-
-Lamento escuchar eso-
"Maldito perro, estas por casarte y ya tiene los ojos puestos en otra mujer"
El carro por fin había llegado a su destino, Arthur bajo primero y extendió su mano para ayudar la dama, pero ella se negó a tomar su mano y bajó directamente de un brinco agarrando su vestido para evitar que le estorbara.
-Muchas gracias por traerme- "Espero no tener el importuno de verte nuevamente"
-Ha sido todo un placer-
-Oh... Es muy generoso de su parte-"piérdete de una buena vez"
Arthur se sentía totalmente atraída hacia la señorita, no podía sacarle los ojos de encima "Creo que me llevaré los ojos de ese maldito pegados en mi espalda"
Su majestad tras regresar a su habitación escucho unos toques suaves que golpeaban su puerta, ella sabía que era Sebastián por el ritmo creado al golpear la madera.
-adelante-
Sebastián entra y cierra la puerta, extiende su mano con una carta en ellas. Su majestad toma la carta y la observa, ella enseguida sin perder el tiempo trata de leerla.
Sebastián no puede con la curiosidad y rompe el silencio con sus suaves palabras
- ¿su majestad? -
Mirey levanta la mirada que tenía perdida en aquel sobre, de manera seria hace un comentario
-es de mi sobrino, él ya cumplió sus 20 años-
Mirey tenía un hermano mayor el cual por su incompetencia y el estar sumergido en el alcohol lo dejó incapacitado para subir al trono, Mirey se hizo del poder, ya que el rey se lo otorgó porque le pareció mejor opción hasta que uno de sus descendientes de sangre estén aptos, él confiaba mucho en Mirey, ella hizo uso de su imagen aterradora para mantenerse fuerte frente a los cuervos que estaban voraz por comerse las sobras del difunto rey, ella pasó a ser ese espantapájaros que los mantendría lejos, un par de años más tarde el hermano mayor de Mirey falleció, dejando un descendiente por nacer en el camino.
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Comments
Yanela Del Puerto
será que yo siempre fui tan directa que les decía piérdete o te pierdo de una trompada
2024-04-18
0
Yanela Del Puerto
que estrés con ese tipo por favor
2024-04-18
0
Barbarasl73 🇨🇱
es como su abuelo en su juventud, al menos su abuelo aprendió la lección y maduro.
2023-07-14
5