capítulo 11

Esa fue mi decisión, pero estando aquí postrado en la cama creo que fui un poco egoísta eligiendo una vida, que no sé si tú querrías vivir, solo ahora quiero decirte que sigas a tu corazón y hagas lo que tú quieras hacer, espero que cuando leas esta carta no sea demasiado tarde.

-Abuelo... Eres un tonto-

las palabras temblorosas de Louis salieron mientras se aferraba fuertemente a las últimas palabras de su abuelo desbordando en ellas un mar de lágrimas.

Mirey estaba caminando un poco triste por el patio, contemplando las flores de su jardín, las cuales ya no brillaban como antes. Ya no llevaba su máscara puesta, desde el día que se fue Louis ella no la uso más, tenía una mirada vacía, de repente Sebastián apareció muy alarmado tras ella.

-Su Majestad, la iglesia está haciendo movimientos sospechosos en las sombras nuevamente, deme su orden y me desharé de todos ellos por usted-

-Ni lo pienses, ellos son más peligroso de lo que aparentan, es una organización grande, no hay que tomarlos a la ligera, supongo que ya me tienen marcada como su enemigo-

- Su Majestad\, sabe que yo sigo todas sus palabras\, pero no puedo quedarme tranquilamente viendo como ellos se mueven contra usted\, además la última vez usted me prohibió intervenir\, las cosas se salieron un poco de control-

- Lo sé\, pero esta vez vamos a tener que ser más sensatos...-

- Sí\, Su Majestad-

Sebastián se sentía imponente y desilusionado porque su majestad le prohibía intervenir en los sucesos entre ella y la iglesia,

- ¿Estás plantas son nuevas?\, ¿Desde cuándo están aquí?

- Una extraña planta\, que parecía un rosal común\, en la cual florecían unas rosas azules normales para la vista\, pero se notaba su peculiaridad en sus hojas verdes con bodes negros\, esto llamo la atención de su majestad\, ella jamás había visto esa variedad de plantas\, eran tan extrañas\, mientras repasaba en su mente lo que sabía de herbolaria\, se dio cuenta de no podía reconocerlas.

-Lo siento, pero, yo no recuerdo haber plantado ese tipo de planta...-

Su majestad se alertó al ver la planta, de repente empezó a sentirse mareada Unas manos salieron por detrás de la reina, tomándola por la espalda y empujándola hacia atrás, Mirey extendió su mano hacia donde estaba Sebastián, él trató de tomar su mano, pero, sus piernas sé debilitaron, no pudo agarrarla, sus ojos se llenaron de preocupación y gritaron su nombre, ¡Mirey!, mientras caía inconsciente en el suelo, Mirey no entendía lo que estaba sucediendo, su entorno se puso oscuro, y cayó en un profundo abismo "he sido secuestrada de nuevo" no concebía cómo es posible.

Cuando Mirey por fin logró abrir los ojos, intento mover las manos, pero estaba firmemente atada en un gran poste, no tenía mucha movilidad, la soga le rasgaba la piel, estaba sobre lo que parecía una hoguera, rodeada de sacerdotes.

- ¿Qué creen que están haciendo? -

-Nuestro trabajo, querida santa, se supone que debes servir a la iglesia, no volverte contra ella, esto solo es el pago por tus acciones-

Cuando los sacerdotes con sus propias palabras mencionaron a Mirey como la santa, ella se impresionó, creía que su identidad se había mantenido bien oculta y que atreves de los años se había quedado como una simple leyenda.

-Ustedes son tan despreciables, nunca trabajaría para gente como ustedes solo les importa el poder y el dominio-

-Exacto... pero querida santa, si tú no eres nuestra, no serás de nadie más, intervienes en nuestros negocios, tal vez si te escondieras en un lugar tranquilo y no hicieras tanto ruido te hubiéramos dejado vivir o al menos si te hubieras dejado usar, pero, no fue el caso-

- ¿Ustedes fueron quiénes plantaron esas plantas extrañas en mi jardín? -

- Sí\, se llama la rosa somnolienta\, se dice que aquel que respira esporas producidas por ella caerá en un sueño profundo\, es muy difícil de encontrar\, es un espécimen tan raro que ni en libros aparece\, pero no es difícil para nosotros conseguir un ejemplar\, ya que tenemos grandes contactos dentro del mercado negro\, ahora te quemaremos como la bruja que aparentas ser-

El mana de Mirey se veía afectado por alguna razón, "ellos debieron haber tomado preocupaciones jugando uno de sus trucos sucios"

La gran hoguera fue encendida a los pies de Mirey, ella suspiró "supongo que este es el patético final que ellos planearon para mí"

La situación era tensa, pero su majestad mostraba una cara tranquila mientras largaba una risa burlona sobre los sacerdotes, Ellos se sentían un poco incómodo de ver a la bruja rodeada por fuego, pero su espíritu inquebrantable estaba mirando sobre ellos. De repente, desde un alto, saltó Louis empuñando su espada, corrió velozmente hacia la hoguera y empezó a desatar las manos de Mirey, sin perder mucho tiempo, Louis la tomó por la cintura, mientras escondía una sonrisa.

-Tal parece que te has acostumbrado a que te salve cada vez que estás en problemas-

Mirey estaba un poco sorprendida de verlo -Supongo que a partir de ahora dependo de ti-

Louis contestó con un gesto alegre - si-

Tras Louis apareció Sebastián abriendo paso con una fuerza abrumadora entre los sacerdotes, la sangre corría tras cada movimiento de su espada, el sacerdote de alto rango se arrodilló de miedo por ver tal bestia, sus piernas no podían parar de temblar, Louis tanto Sebastián con su gran destreza demostró lo capaz que ellos eran, Sebastián estaba muy enojado y lleno de ira, su mirada estaba siega por tantas emociones, se para frente al sacerdote que encabezaba toda esta obra y manipulación. Él movió su espada fuertemente mientras con una voz aterradora decía - No permitiré que toques nuevamente a su majestad -

con su mirada fría y sin parpadear, decapito a aquel sacerdote corrupto, Louis vaciló al ver a Sebastián actuar de tal manera, él nunca había visto esa parte de él,

tras poner a salvo a Mirey, la regresaron a su castillo, Louis la llevó cargada hasta su habitación, Mirey aún estaba bajos los efectos de la flor, se sentía somnolienta y cansada, para ella era terriblemente duro mantener los ojos abiertos. Louis la dejó reposando en su habitación, sobre la cómoda cama, mientras se retiraba del cuarto de su majestad, escucho las palabras que salían sin fuerza de ella.

-Gracias por regresar y salvarme -

Louis le sonrió mientras exclamaba; -No es nada, Mirey-

Mientras Louis salía de la habitación de la reina, choco mirada con Sebastián.

-gracias por lo de hoy-

Sebastián seriamente y con esfuerzo agradece

-no es nada, de igual manera tú hiciste la mayor parte del trabajo- "es la primera vez que me habla, supongo que me ha aceptado"

Pero Sebastián nuevamente cambió su mirada y levantó su retaguardia, solo se había puesto amigable por milésimas de segundos, Louis se dio cuenta de su cambio espontáneo, suspiro mientras aceptaba la realidad, "supongo que debo retirar lo pensado"

-su majestad está bajo las esporas de la flor, mientras que yo solo respire un poco, ella fue la que respiro la mayor cantidad, era la que estaba más cerca, mi sangre de lobo puede desintoxicar cualquier toxina extraña rápidamente, pero a ella le costará un poco más su recuperación, supongo que mañana estará mejor-

-me alegro oír eso-

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