CAPÍTULO 5

En el gran campo de entrenamiento mientras Sebastián y Wilson que gozaba de su juventud compartían movimientos con sus espadas, Sebastián nota las grandes heridas en el esbelto cuerpo de Wilson, la mayoría se localizaba en su espalda

- ¿Por que no le pides a la reina que cure tus heridas? -

-Por qué no es necesario, mi vida no estará en juego por estos simples raspones. -

-Pero sabes que eso te dejará terribles cicatrices si no la tratas-

-Las cicatrices no son tan malas, me dejan recuerdos dignos, mi piel es como un libro marcada con muchas historias de grandes batallas-

-Tu libro es terrorífico amigo-

-Cada cicatriz tiene una historia de tras, mañana es el cumpleaños de mi querida hija, ¿tu podrías cubrirme?-

-¿Su majestad estará de acuerdo? -

-Ella me dio el día libre, me dijo que no abría problemas sobre mi ausencia, pero no quiero que ella esté desprotegida de noche solo por mis caprichos, si tu estas allí yo estaré más tranquilo -

-No te preocupes, tomaré tu puesto-

-Te lo agradezco-

La noche estaba más clara que nunca, la luna estaba en la cima, la frescura de este anochecer de verano, solo masificaba a la belleza con un hermoso cabello largo que se paseaba por los alrededores Sebastián estaba haciendo guardia cerca de ahí, cuando vio a la desconocida, por la integridad de su majestad, él no permitiría que nadie sospechoso se arrimara a sus aposentos, sin pensarlo ni un minuto, blandió su espada en el cuello de esa belleza. La belleza se ríe alegremente, mientras ve a los ojos de Sebastián

- ¿Qué pasa\, Sebastián? -

Sebastián la reconoció como la voz de su majestad y de inmediato soltó la espada que tenía en la mano, arrodillándose de inmediato mientras sus manos temblaban.

-Lo lamento Su Majestad, he hecho algo imperdonable, no la había reconocido, pensé que era alguien sospechoso y no dude en blandir mi espada ante usted, merezco la muerte-

Su majestad extendió su mano y con un gesto calmado exclamó - Tranquilo, no puedo culparte por esto, en sí es culpa mía por andar merodeando en la noche, y no tengo mi máscara puesta tú nunca había visto mi rostro es normal que te alarmes e intentes atacarme-

-Su Majestad, es mi culpa, si yo llegara a hacerle daño no podría perdonarme-

- ¡Oh vamos! No es necesario que te disculpes-

Lágrimas caían sobre las manos de su majestad, Sebastián estaba hecho un lío, su piel sedosa y clara, no demostraba para nada el paso de los años. Habían pasado unos 30 años desde entonces, pero Sebastián se veía como un chico de 20 años, la genética de los hombres lobos los hizo más longevos y poco propensos al envejecimiento.

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Los días que habían pasado habían cambiado la actitud de Louis, hacia la bruja.

Cada vez más, su majestad y Louis se hicieron más cercanos, entrenaban juntos, comían juntos y estudiaban juntos, Louis empezó a entregarle toda su confianza a su majestad, y ella seleccionaba personalmente libros útiles para que Louis leyera.

-Deberías de estudiar agronomía-

-Ya estoy en ello, los estudios aquí son más profundo de lo que me imaginaba-

-Hay mucho material que debes de estudiar, aún requieres ser pulido en algunos temas complejos-

Luego de estudiar en la biblioteca pasaban al campo de entrenamiento, su majestad no era tan robusta como Wilson, pero eso la hacía más ágil y peligrosa que él, si tus reflejos no eran buenos estabas en grave problemas al enfrentarla.

Las prendas que usaba su majestad para entrenar eran flexibles y pegada al cuerpo, resaltando sutilmente las características de sus buenas proporciones. Louis observando su delicada figura se perdió en su pensamiento por un momento "si no fuera por su rostro magullado sería una fuente propensa a recibir pretendientes, tal vez eso me pondría un poco celoso"

El extenso suelo estaba teñido de un color miel por el atardecer y el clima estaba muy agradable, en ese ambiente se sentía el retumbar de ambas espadas cuando chocaban.

-Eres más estricta que Wilson, por favor, déjame descansar un instante-

- Los enemigos nunca se compadecen\, no es hora de descansar\, vamos a seguir entrenando\, hay que fortalecerte aún más- Su majestad estaba muy satisfecha con los resultados "este chico tiene potencial\, en un futuro no dudaría de que me superara\, si fuera mi enemigo me preocuparía\, creo que he forjado a un lobo sediento de sangre"

- ¡Bien!\, ve a bañarte... Es suficiente por hoy-

- ¡Gracias a dios! Pensé que no terminaríamos jamás- Su majestad empezaba a tener mucha simpatía\, por el comportamiento de Louis "parece un niño tamaño grande"

Al finalizar el entrenamiento Sebastián no pierde el tiempo en auxiliar a su majestad con una toalla, se ofrece a limpiar el resto de sudor que corría por su piel flexible, él ve de mala gana a Louis mientras se retiraba, su majestad se percata de la mirada afilada de Sebastián

-si no dejas de fruncir el ceño se te hará un hueco en la cara-

-lo siento, es que me siento algo celoso, usted pasa más tiempo con el que conmigo-

-tus celos me alagan, pero recuerda el motivo de todo mis movimientos-

su majestad le da unas palmaditas a Sebastián en la cabeza, a causa de eso él se llena de nostalgia

-si-

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