Los Hermanos Záitsev: Arseni

Los Hermanos Záitsev: Arseni

Capítulo 1.

Observo por la ventanilla del avión las nubes, son tan blancas, gruesas y se ven suaves. Parecen algodón de azúcar.

Sin duda es un paisaje hermoso.

—Pasajeros, favor de abrochar sus cinturones en breve comenzaremos el descenso hacía la pista. — El piloto informa por los parlantes. Al instante todos atacamos su orden.

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Después de diez años vuelvo a mí hogar, no será lo mismo sin mis padres. Ellos fallecieron en un accidente automovilístico, fue muy duro para mí. Solo tenía ocho años.

Cuando fallecieron, mí abuela rosa me cuido, me ayudó a salir adelante y después de tres años me dejó con mi tía Ana, la hermana de mi mama.

Puede que hayan pasado diez años, pero el dolor sigue ahí como una huella en el corazón.

Lo que más me dolió también es alejarme de mi hermano Sebastián, a los once me mude a Estados Unidos con mi tía ya que ella es mi tutora. Mi hermano se quedó con mi tío Federico en Neardl ya que él es su tutor y sé que preguntaran ¿Por qué estamos separados? Es simple, mi hermano tiene toda su vida Allá y yo no podía respirar en el mismo lugar en que se fueron mis padres.

Todavía no lo supero y no se algún día podré superar sus partidas.

Fue difícil mirarme a un espejo, soy la copia de mí madre. Ojos marrones, cabello negro y largo. El rostro es casi idéntico, solo que mis labios son gruesos como los de mi padre y Sebastián tiene varias características de mi padre, bueno hace mucho no lo veo. Quizás cambio.

Me considero una persona muy extrovertida y soy muy curiosa, esos son mis defectos.

No puedo evitar meterme en un problema por simplemente curiosa.

El mes pasado estuve presa unas horas solo por ver cómo cocinaban en un restaurante muy importante el sushi.

Me dio curiosidad, en YouTube parece muy difícil. Como decía me encerraron por estar en un lugar privado, lo más loco es que todos se preguntaron ¿Como entre? Si hay mucha seguridad. Yo solo me reí y maldecí porque después me venía el regaño de Ana.

Malditos sushis.

Es su culpa por ser tan deliciosos.

Estoy volviendo a mí pueblo porque mi tío me llamó diciendo que tiene algo importante que decirme, él siempre fue mí favorito y por un lado me alegra que sea él quien cuide de mí ahora. Aunque sea mayor de edad, me gusta sentirme protegida de alguna forma.

Mi tía y él se separaron hace dos años, muchas veces la escuche llorar y me dolía no poder ayudarla. ¿Cómo podía ayudarla si yo estaba muriéndome por dentro?

—¿Cómo te fue en el video de Ayer? — Me pregunta mi tía mirándome de reojo.

Me olvidé de contarles que hago covers en Musictube es una plataforma donde todos los artistas o intentos, suben sus canciones.

—Muy bien, tengo más de seiscientas visitas — le contestó emocionada.

Ayer antes de preparar mi valija e hice un cover de Olivia rodrigo "Drivers license"

Amo esa canción.

Nadie en mí familia además de mí papá sabía que amo tocar el piano y cantar. Nunca tuve el valor, siempre cantaba a escondidas o cuando los demás no estaban.

Él siempre creía que sería una estrella.

Sonrío triste.

Me hacen falta sus abrazos, sus enseñanzas y tocar con el.

Pero finalmente me arriesgué y fue la mejor decisión que tomé, hoy en día tengo 560k seguidores que aman mis covers y me dan su apoyo.

El avión aterrizó, cuando dieron la orden me levanté de mi asiento con mi tía, saqué mi maleta del compartimiento superior. Las azafatas comenzaban a dar órdenes para salir del avión.

Una vez que salimos al exterior, fuimos a buscar mis otras maletas y después esperamos un taxi para que nos lleve a mi casa.

—Hasta aquí — anuncia el chofer deteniendo el auto.

—Esta no es la dirección que le di.

Asomo la cabeza por la ventana y veo un cartel grande con el título de "rent-a-car"

¿Para qué quiero rentar un auto?

—Lo sé señora... — mi tía lo interrumpe.

—Señorita.

—Señorita — se corrige el conductor — ve allá — señala con su dedo otro cartel que dice "Prohibido taxis, solo autos rentados"

—Qué estupidez. — suelta un bufido —. ¿Qué diablos pasó aquí? Eso no estaba antes.

—No lo sé señorita, muchos no se quieren acercar al pueblo — le comenta el hombre mirando a los alrededores.

Muerdo mi labio.

—Jade. — miro a mi tía con el ceño fruncido —. Baja y saca nuestras maletas, mientras le pagó al chofer — asiento y abro la puerta — ¿Cuánto....?

Cierro la puerta, el viento roza mi cara haciendo que mi cabello se mueva de un lado a otro.

No recuerdo que en Neardl haga frío.

Me acerco a la parte trasera del auto y levantó la tapa.

Tomo mi maleta negra y con cuidado la colocó en el suelo, hago lo mismo con las otras tres.

Tengo mucha ropa.

Cierro el capot y llevo mis manos a mi nuca donde hago un leve masaje, dormí muy mal en el avión. Igual es culpa mía me olvide mi almohada de estrella en mi cuarto.

Observo mi entorno, miro el cielo y está por llover. Amo la lluvia, es satisfactorio escuchar el agua caer y asomarte por tu ventana para mirar a los rayos, es una imagen preciosa.

—Gracias. Que frío.

Estoy de acuerdo.

—No confíen en nadie — nos advierte, el conductor asomando la cabeza por la ventanilla de su lado.

Antes de que pueda preguntarle a que se refiere arranca rápidamente alejándose de nosotros.

—No le des importancia — me dice mi tía tomando sus dos valijas — vamos —me hace una seña con la cabeza hacia la pequeña tienda de autos.

Con mi mano izquierda tomó una valija y con la otra la segunda valija.

Gracias a dios tienen ruedita.

Arrastro las valijas mientras nos acercamos a la tienda.

—¿Hola? ¿Hay alguien? — mi tía golpea con su puño la ventana — ¿Hola...?

—¿Sí? — Doy un salto y llevó mi mano a mi corazón.

Me asuste, lentamente me doy vuelta.

Una mujer rubia está parada frente nuestro sonriendo. Es alta, sus ojos son azules y tiene el cuerpo de una modelo.

—Lo siento — se disculpa, al vernos quietas — no era mi intención asustarlas.

—No hay problema, ¿Tienes un auto?

—¿Son de por aquí? — pregunta mirándonos seria.

—Si. Puedes darnos un auto, quiero llegar a mi casa y descansar.

Su mirada parece perdida, paso mi mano por su rostro de arriba a abajo.

—¿Estas? —chasqueó los dedos frente a su rostro.

—Si tengo. — pasa por al lado nuestro —. Esperen aquí.

—Es rara — susurra mi tía mirando por donde se fue la extraña.

...(....)...

Me acomodo mejor en el asiento y muevo mi cabeza al ritmo de la música, En la radio está sonando "Monster" de Justin Bieber y Shawn Mendes.

— I had a chip on my shoulder, had to let it go

'Cause unforgiveness keeps them in control

I came in with good intentions then I let it go

And now I really wanna know — canto en voz baja.

—Me encanta como cantas.

Siento mis mejillas calientes.

—Gracias tía. — sonrió.

—¿Qué..? ¿Qué es eso? — lentamente dirijo la vista a donde está observando confundida.

Frente nuestro hay muchos hombres vestidos de traje rodeando la puerta hacia al pueblo.

Es raro.

Mi tía detiene el auto lentamente y baja la ventanilla.

—Señoritas, ¿Son de por aquí? — inquiere un hombre, es muy pálido. Tiene el cabello castaño y tiene unos anteojos negros, a decir los demás también los tienen.

—¿Por qué usa anteojos si no hay sol?

Me observa y ríe.

—Jade — me regaña mi tía, ruedo los ojos. Solo hice una pregunta — Si somos de aquí, no entiendo ¿Sucedió algo?

—Muchas cosas. — les hace una seña a sus compañeros y abren las rejas —. Que tengan una linda noche — sonríe y un escalofrío me recorre.

¿Soy yo o eso sonó más una burla?

Mi tía rápidamente arranca el auto, echó una mirada hacia atrás viendo la mirada del joven puesta en nosotras o más bien en el auto.

—Eso fue extraño.

—Lo fue, ¿Viste el cartel?

—¿Cartel? ¿El del pueblo?

—Si, lo cambiaron. Decía "VamLood"

—¿VamLood? — hago una mueca — Que nombre más feo.

Asiente de acuerdo, miro por la ventana.

Arrugo mi frente, todo se ve...Oscuro.

No hay niños corriendo, no hay adolescentes perdiendo su tiempo, no hay madres observando a sus hijos.

No hay nadie.

Mi tía estaciona el auto frente a mí casa, miro mi hogar.

Siento un dolor en el pecho.

La casa donde vivía con mis padres.

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Suspiro.

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Hace unos minutos llegué a mí casa, no había absolutamente nadie. Seguramente mí tío esté trabajando y Sebastián esté por ahí. Como pude subí mis maletas a mí cuarto, muchas ganas de vaciarlas no tengo. Quizás mañana lo haga.

Pero lo primero que voy hacer es visitar a mi mejor amiga.

Alana es mi vecina desde hace muchos años, nacimos el mismo día. Ese día mi madre y la suya se volvieron amigas.

Nunca me separé de ella, hasta el día del accidente.

Todo este tiempo estuve en contacto con ella, pero no era lo mismo que en persona.

Golpeó la puerta y doy un paso atrás, escuchó pasos aproximarse.

—Hola, ¿En qué puedo ayudarte? — quiere saber Alana mirando su celular y después me observa.

—Que gran recibimiento. ¿Ya te olvidaste de mí?

—¿Jade? — asiento con la cabeza sonriendo — ¡No puedo creerlo! — chilla feliz — Estás aquí, te extrañe — me abraza fuerte y correspondo su abrazo sonriendo.

—También te extrañe.

Alana es rubia, tiene unos hermosos ojos azules iguales a los de su madre y es más alta que yo. Es muy carismática, directa y muy sensible. Una vez lloró porque su lápiz se perdió, lo más gracioso fue que lo tenía en la mano.

—Tenemos mucho de qué hablar. Ven entra. — ingreso a la casa y miro todo alrededor, está todo igual —. mis padres no están y el tonto de Scott tampoco.

Scott es el hermano mayor de Alana, mi amor platónico. Nunca tuve el valor de decirle lo que sentía o siento por él.

Es el mejor amigo de mi hermano.

Muy cliché.

Tiene los ojos marrones, el cabello castaño y una sonrisa tan perfecta. Es un poco serio, no habla mucho y es muy guapo.

Lo sé porque lo sigo en Instagram.

—¿Sigue trabajando en el garaje? — le pregunto, aunque sé la respuesta.

—¡Si! Es su nido — reímos, suspira y ambas nos sentamos en el sillón — ¿Hablaste con Sebastián?

—No.

—¿Lo viste?

—Tampoco, ¿Qué le sucedió al pueblo?

Se remueve incomoda.

—Nada — ríe nerviosa tocándose el cabello — está todo igual.

—Pues es mentira, hasta cambiaron el nombre... — muerde su labio y mira hacia todos lados — anda, dime que está sucediendo.

—Yo... tengo mucha tarea que hacer — se pone de pie y toma mi mano arrastrándome hacia la salida. Casi me caigo — lo mejor será que descanses... ¿Sí?

—Pero... — me interrumpe tomándome de los hombros.

—Las cosas ya no son como antes, solo...Cuídate. — cierra la puerta en mi rostro.

¿Cuidarme? ¿De qué?

Me abrazo a mi misma al sentir un escalofrío recorrer todo mí cuerpo. 

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Comments

₩Ɇ₦

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2023-03-10

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Raquel💜

Raquel💜

Empezando y me atrapo.

2023-03-09

0

Andre

Andre

Interesante inicio de la historia me tiene a la espectativa 😁😁😁

2022-10-14

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