Capitulo 1

Al caer la noche estaba consciente que pronto acabarían conmigo.

Lo que me acuerdo antes de despertar era....

..."¡Terminaré de una vez por todas este mismo infierno!"...

Entonces... ¿porque?

- (¡Porque estoy aquí!) --trato de movilizarme aunque mis esfuerzos no daban resultados, ¿estaba atada a este especie de jaula?-- Aann Daaa (¿Donde estoy?) --suena balbuceos de mi propia boca

Oigo una voz viniendo a esta habitación tan... espaciosa.

Ahora notaba que mi estatura era diferente, ¿era más pequeña?

- Hija, ya llegó mamá, ya, ya tranquila, mamá está aquí --me sujeta y carga a su regazo

- (¿Que?)

Un momento... ¿soy un bebé?

Me cargaba una señora de hermosos cabalgo rojizos y piel blanca como porcelana que me quedaba fría a su tacto en mi rostro, mientras veía como caían lágrimas de sus verdes ojos mirándome con mucho cariño.

- Ya estará todo mejor, no te preocupes, ¿todo estará bien? --me sonreía a la par de secar sus lágrimas con una mano--. Estoy tan contenta

¿Cómo es posible esto?.... ¡Se supone que iba a morir!

¿Acaso he reencarnado?...

- ¿Mi hermosa hija tiene hambre? --me sonríe y juega conmigo alzandome un poco de arriba a abajo sin soltarme

No puedo evitar emocionarme al sentir su tacto amoroso, inicie a sentir un cosquilleo y una carcajada salía de mi, ¿esto acaso era reír?

- Biuuu...mnnn (¡Es divertido!) 

- Que hermosa mi hija, pronto vendrá tu padre, pero vamos a alimentarte Fhederica. --logra acercarme pegando su frente contra la mia-- Mi hermosa Fhederica

Entonces lo supe.

Y quien soy yo en este cuerpo tan débil. Pues me presento.

Me llamaba Cecilia, era una espía de la mafia Italiana, mi trabajo era asesinar o callar a la gente, era la mejor en ello.

Me especializaba en armas y con una me sentía acompañada, lo fueron durante años. Si, era toda una profesional pero mi vida no comenzó hasta que pasara...ese día.

Mis padres murieron en un accidente cuando yo apenas nací y fui hospedada en un orfanato, hasta mi cumpleaños número dieciocho.

Padecía de una extraña enfermedad en mi época llamada Alexitimia, la rara condición de vivir sin sentir emociones.

Cuando crecí lo hize diferente a otras personas, no simpatizaba o no entendia el complicado de estas.

Por otro lado, hizo que fuera increíble la capacidad de almacenamiento en mi memoria, podía recordar diversas cosas tal cual, me era muy sencillo más el entender a los demás no.

Los científicos pensaron ser causada por la falta de conexión entre partes del cerebro y mejorando otras, lo cual era completamente interesante y gracias a ello sucedieron una serie de eventos terminando ser reclutada en la mafia como agente encubierta.

Ahora soy una bebé, al parecer pude reencarnar en una pequeña llamada Fhederica Coxfrorht, mis padres son muy pegados conmigo, y no estoy acostumbrada a sentir este tipo de tratos.

En el transcurso del tiempo aquí aprendí mucho mirando y observando, era una niña muy buena, siempre me regalaban una sonrisa, me abrazaban, estaban pendientes de mi en casi todo momento. A pesar de su comportamiento extraño para mí, lo encontré agradable y cálido.

Entendí escuchando donde me encontraba, entendía perfectamente a mis padres que venían, al menos tuve la oportunidad de saber a mi corta edad quién era y como era mi nueva vida.

Es...noble y me gusta, sencilla comparada a lo que tenía y la verdad me parece acogedor.

Aquí técnicamente al cumplir los tres años, yo ya estaba escribiendo y ser capaz de leer antes de poder pronunciar, contenía esa dificultad por alguna razón en particular, solo me costaba eso, algo que es raro ya que tuve las libertad de aprender en mi anterior vida 3 lenguas inclusive el castellano, ¿será acaso una dificultad de este cuerpo?

Mi padre llamado Nicolás y mi madre Deborah, jugaban conmigo y me compraban libros, llenando mi biblioteca personal en mi cuarto. Les impresionó querer y pegarme a un libro, por eso me compraron muchos.

Amo leer. El poder despertarse y leer un libro y continuar ese mismo lugar donde pudiste quedar.

Era lo único que me hacía sentir completamente viva antes y ahora....

- ¿Que dice aquí? --Me dice mi tutora

- Desoxi...rribonu...cleico --dije entrecerrados los ojos

- Escucha Fhederica, lo haces bien, sabes escribir de maravilla, ¿esta bien? --me sonríe

- Si maestra, ¿hay más que pueda hacer? --impresionada escuchar mi pregunta, inclina su cabeza hacia la derecha para ver a mi madre mirándonos en un lado de la habitación como sonreía

- La verdad no quería decírtelo antes que tus padres pero estas una clase más avanzada, eres súper inteligente --apila una ediciones de libros, uno tras otro con tapas oscuras de diferentes matices.

Habíamos acabado de estudiar las posibilidades de fármacos y las enfermedades durante el tiempo de este mundo.

- ¿Mamá? ¿Eso es bueno? --dije toda inocente

- Hay mi cielo, ¡claro que sí! --viene hacia mí y me abrazo -- Mi hermosa princesa, estoy muy orgullosa, lo estaré siempre de ti mi cielo --acaricio mis cabellos con suavidad

Descubrí los libros no eran lo único que me hacían sentirme... viva.

Al cabo ya de unos años ya iba a estudiar muy pronto y gracias a ellos, adelanté mis aprendizajes en poco tiempo y así tuve libre leyendo libros en mi dormitorio, la sala, en el taller de mi mamá y algunas veces en un parque con ellos, incluso cuando me quedaba dormida con uno en las tardes sentada en el jardín que estaba adentro de mi casa.

Hoy era un día de esos.

- ¿Señorita?

- ¿Uhm? --bostezo y me sobe los párpados apenas para ver mejor quien me hablaba

- Señorita, le busca su padre, le esta llamando --dice una chica con vestimenta de una sirvienta amablemente

- Entiendo --me levantó estirando un poco el vestido que traía y me voy hacia la dirección donde quedaba la oficina de mi padre-- (Mmm... ¿desde cuando tengo una sirvienta?....) --es a idea me cruzo por la mente pero lo ignoré

No me preocupe y seguí con mi camino.

Estaba algo nerviosa porque ya iba a cumplir dentro de nada mis cinco años y pronto me enviarían a la institución de reforma cognitivo... (para entender mejor sería como una escuela privada para chicos de rango y personas con buenas notas, ellas podían entrar ahí).

Hace años mis padres querían mandarme a una, con.... un nombre muy largo, (¿el pasillo siempre fue así de largo?) sinceramente no me importaría donde, solo quería tener un buen libro conmigo, estoy segura sería mi paraíso.

Toco en una enorme puerta de madera bien tallada con adornos estampados y bañados en plata.

Escucho un "adelante" y entró en aquella enorme sala.

- ¿Hija?

- Papá, ¿me llamaste? --miro a toda la habitación

- No, cielo. --Parecía que no se movía más que su boca, porque estaban lo papeles y su mano quietas desde que entré-- Ven mi vida

- ¿Entonces puedo ir a leer? --dije curiosa viendo su rostro diferente

- Cielo, ¿no quieres estar con tu padre?

- No es que quisiera o no, solo que creo que estás ocupado --me inquietaba su mirada, parecía diferente, distante, unos ojos marrones... ¿no eran grises?

- Tan educada como siempre

- (¿Qué le pasa a mi papá?)...

- Podrías solo acercarte a mi querida --dice sonriendo

- Esta bien papá. --trato de acercarme un poco y sin querer mire más arriba cuando noto un círculo encima de mi padre con un símbolo oscuro, se notaba los hilos tan delgados de él hacia esa espesa niebla apenas vista, pareciendo una especie de marioneta

- Solo un poco más mi amor --dice el con una cara sonriente y difícilmente podría decir que vi un detalle más... mi padre no usa lentes... su cabello es amarillo....

- (Momento.. ¿no es mi padre?, ¿Quien es entonces?) --estaba helada, por alguna extraña razón entre en ver como la silueta estaba cambiando de imagen a una cosa viscosa y aterradora, escalandome los huesos del miedo.

Ahora veía un espectro negruzco con pupilas blancas mirándome y la habitación se rodeada de neblina diriengiéndose hacia a mi directamente a los pies, cubriendo mi cuerpo por completo.

- ¿Qué sucede hija? --dijo aquella sombra con una sonrisa espeluznante

En ese momento me percate de este hecho reaccione asustada y me dispuse a correr de inmediato hacia la puerta, era inútil sentí como alguien me sujetaba como una marioneta.

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