Capítulo 17

En la reforma cognitiva se hallaba un cierto ángel impaciente por este día tan especial del eclipse con mucho entusiasmo.

Se había levantado temprano, estaba viendo el hermoso eclipse desde su ventana, conteniendo sus energías y sudando a cántaros mientras se veía a si mismo, con una rosa azúl.

- Y si... y si me dice que no... --dice en el reflejo del espejo-- P-pero uso todo este tiempo la pulsera, no hay duda de que tengo que acercarme o perderé mi oportunidad

Vamos a retroceder hace unos años.

Todo comenzó a partir desde que vio a Cecilia, se enamoró a primera vista de ella y sin importar cuanto tratara de acercarse se volvió muy torpe.

A principios del año cuando se trasladó a la reforma, fue tratado con sus compañeros con burlas e insultos, su estructura era algo frágil y lo confundían con una chica por su cabello largo, no se inmutaba sobre ello, pero paso el tiempo y fue visto como una persona débil por su atributo de bajo mana que abarcaba, le fue difícil trabajarlo, le costó mucho tiempo y esfuerzo.

Si no fuera por aquella vez en que vio como una chica a tan simple vista pudo discapacitar a Reik de un solo movimiento, era fuerte. Ella es increíble.

- ¿Estas bien?

"Oh no, de seguro creyó que soy una chica...se entendería perfectamente, que vergüenza"

- S-soy un chico...

- ¿Eh?. Ya lo se, pero eso no significa que no ayude a alguien a quien lo necesite.

Cuando oí eso mi corazón se detuvo, el tiempo se detuvo por un instante y estaba viendo a alguien inalcanzable pero totalmente diferente al resto de los demonios que había visto desde que llegue.

- Nos vemos

Su sonrisa parecía ser radiante a pesar que se iba con la directora.

A penas pude decir unas palabras salir de mis labios, no podía creerlo, era como un sueño.

El pobre ángel tras esa aquel encuentro cambio mucho con el fin de protegerla, ayudarla, y si es posible quería saber qué hacer con esos sentimientos.

El ver la pulsera puesta desde ya hace mucho, le dieron ánimos para hacerse fuerte.

No se rindió gracias a la esperanza de Cecilia todos los días, era como un premio y una bendición el verla de cerca, con eso en mente, se esforzó siempre y se exigió hasta alcanzar un nivel apropiado para la demostración de energía.

La autodefensa era básico, no se notaba el color, lo más básico para aprendices.

Y el tipo de poder de Shamion es la defensa y curación.

- Tengo... tengo... --se sonrojo mucho y se cubre con sus manos-- Te gustaría ser...

En eso tocan la puerta de su recámara interrumpiendo su mente.

- Mi señor tiene visita --paso un mayordomo con una vestimenta formal y elegante

- ¿Mi hermano por fin vino?

- Si señor, ¿lo dejo que entre?

- Claro... hazlo y dale lo que necesite, mientras más rápido mejor. --sonrió en el espejo aún feliz

- ¿No quisiera verlo?, el solicito...

- Estoy ocupado. Si eso es todo puede irse --se amarraba su corbata sin cambiar su expresión

- Como usted diga mi señor --se va cerrando la puerta

Suspiro-- Solo... --baja un cuadro en un escritorio-- Espero con ansias poder verte Cecilia... Una ves más...

En otra parte de la mansión.

- El señor no puede verlo, el se encuentra ocupado

- Entiendo, gracias por recibirme

- Aquí esta lo acordado --le entrego una bolsa llena de oro y un par de joyas mágicas especiales, también un sobre con un sello importante

- Bien, me voy --sonrie con hostilidad

- .... Que tenga un buen dia, señor Adriano

- Si, si, llámame como gustes, hasta luego

Shamion, fue criado con una familia de alto estatus y renombre en la sede de magos en el Reino.

El era un brillante aprendiz del arte y a los 4 años le interesó eso, sus padres le apoyaban y estaban seguros que podía brotar esa creatividad en su poder.

Todo estaba bien, hasta que una noche, todo cambio cuando se hizo la transferencia de equipos en la sede del reino.

Nunca más aparecieron sus padres, diciendo que habían muerto en una operación encubierta y que hicieron un gran sacrificio que ayudó salvando incontables vidas.

El renombre se mantuvo a su hermano mayor Adriano, un ser que a rastras tuvo que obtener el título del siguiente heredero.

Solo que en cambio de eso, supuestamente en el testamento de sus padres el título le era dirigido a el.

- ¿Como? ¿D-debe ser un error?! --temblaba de miedo a una sombra enorme y furiosa-- H-hermano, porfavor, hermano no lo hagas...

En ese momento, nunca vio el lado oscuro de un ángel, no hasta ese momento.

- Her...ma... ¡¡Ahh!! --grito de dolor

- ¡Dime que haras! Tu nunca debiste nacer, solo debiste morir con ellos

- ¡¡¡Aaaaaaaaaaaaahhh!!! --a minuto que pasa a el dolor se intensificó rompiéndole el brazo derecho

- Si, aguanta este dolor como yo Hehehe --rie maliciosamente-- Haber cuanto logras resistir

La risa de mi hermano aún resonaban en mis oídos... lo mejor...

Era mejor estar separados.

- Señor, esta todo listo

- ¡Bien! ¿Como me veo? ¿N-no crees que es demasiado pretencioso? --empieza a acomodarse de nuevo su corbata-- ¿Y si elijo otro color? ¿Debo cambiar mi peinado? ¿Esta raro? D-debería...

- Amo Shamion. --lo interrumpió con una sonrisa

- D-dime

- Se ve totalmente maravilloso, parece todo un príncipe, estoy segura que apreciará verlo señor

- ¿U-un príncipe? --se mira en el espejo-- Una... (Cecilia una princesa...) --sonrie ruborizado

- Estoy seguro que le irá bien señor

- ¡T-tienes razón! --armándose de valor por fin dejo de pensar de más-- Estoy listo William

- Que le vaya bien amo Shamion --se despidió haciendo una reverencia y tras eso verlo de espaldas entrar en su carruaje

Y así partió nuestro inquieto y honesto ángel, nervioso y sintiendo la ganas de ver a una hermosa princesa revelando su poder.

Estaba seguro el que sería igual de increíble que ella.

Estaba decidido a confesarle por fin lo que sentía y lo tenía pensando desde que la vio muy emocionada por aquel evento.

Pobre de el que no sabía que Cecilia estaba preocupada y no emocionada. Armando planes de escape o buscando sobre todo lo referido a ello.

No se percató de eso Shamion y siguió con su pensamientos volaran durante todo la mañana.

Al llegar la tarde algo no parecia bien, no veía a Cecilia por ningún lado, la busco durante horas cuando tuvieron el tiempo de entrega de las insignias de desempeño o el banquete de la tarde.

Se puso a pensar que de seguro faltó y ya con eso se fue a un espacio del jardín a reflexionar unos minutos cuando ve a alguien lastimado.

- Justo ahora, Arg... --de oían quejidos desde los arbustos sorprendiendo a Shamion-- Me lo merezco, siempre....

Al ir donde aquella voz hace un crujido entre los arbustos

- ¡Quien!, ¡quien anda ahí!

- ¡¡Wuuuaaaa!! S-soy... --me acerco temeroso-- Soy yo, ¿este eres Reik no es así?

- Oh, ¿a que viene tu presencia?

- Vi que estas lastimado, te puedo ayudar? Tengo magia de curación nivel 5

- ¿Que quieres a cambio? --me miro como una animal en alerta

- No quiero nada, perdón si me preocupe y te hize sentir así... --preocupado baje la cabeza ligeramente

Me vio un breve periodo y atrajo su brazos hacia mi para verlos-- Si intentas algo más te mataré

- S-si.... --me siento al lado suyo, coloco mis manos con precisión y empiezo el hechizo, haciéndose mas intenso cuando noto el profundo de sus heridas-- (¡¿Son marcadoras muy fuertes?!, ¡¿Q-que le habrá pasado?!)

Al notar la expresión de pánico en el pobre ángel concentrado, el hablo-- ¿Y bien? ¿Que haz hecho durante estos años?

- Y-yo... bueno... ---sostiene firmemente el brazo de Reik-- Me empeñe a que la gente ya no se burle de mi

-Ho... Pues veo que ya no pareces una chica

- ¿G-gracias? --parecia que ese comentario le atravesó pero rápidamente sonrió agusto-- La verdad, si no fuera por ti, creo que nunca hubiera conocido a alguien muy especial para mí, así que te agradezco Reik en cierta parte...

- Esta... Esta bien --dice volteando su rostro hacia otra dirección

- (Jajaja parece que aún no te agrado, pero igualmente estoy bien... espero que tu estés bien Cecilia...) --lo suelto-- Termine

- Oh... --toca sus brazos donde antes habían marcas-- La verdad eres muy bueno, te estoy agradecido

Sonreí alegre de su comentario-- Para eso están los amigos

- ....

- ¡¡A-ah!! b-bueno... no es que no, esto

- Me parece bien

- Eh... --sonrió tranquilo-- S-si, a mi también

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