Capitulo 14

En la entrada se podían escuchar algunos disturbios afuera del palacio, se podían notar periodistas, algunos hombres y mujeres de distintas vestimentas y varios guardias reteniéndolos.

¿Que me he perdido?

Con mucha gente alrededor no sabíamos como entraríamos, hasta que una sombra llegó, era María encapuchada, tocando en la ventanilla, destapándose el rostro y dándonos una sonrisa.

Al final entramos con un poco de dificultad y al pasar nos recibieron varios sirvientes y vi más niñas junto con ellas.

Nosotras teníamos preguntas. Sobre todo yo, que no entendía que pasaba en este momento, ¿fue lo que nos dijo la directora?

''Ustedes no son las únicas niñas"

María se fue con la directora, llevándosela a otro lugar, nos pidieron unas sirvientas que tendríamos que entrar solas y eso hicimos.

- Bienvenidas --vino de las sombras la reina, agito sus manos conjurando algo y se cerraron las puertas de un solo golpe.

Nos mezclaron en la multitud, habían chicas y chicos de distintas edades cercanas a las nuestras, rápidamente perdí de vista a Urade y Dania, solo estaba a mi lado Romina temblando sin quitar sus manos en mi vestido aferrándose.

- Cecilia... ¿Q-que hacemos?

- No te preocupes, estaré a tu lado, pronto las hallaremos

- S-si --se aferra más a mi

Suspire largamente agarrando de la mano a Romina para calmarla, desde que vivimos estos 5 años juntas las he visto a ellas como unas hermanas, suena muy raro por parte mía pero jamás esperaron nada a cambio de mi, no como mi anterior vida.

Los sirvientes nos pusieron en filas para ingresar a una capilla donde estaban personas mayores, ¿básicamente sería este el trámites de adopción?, ¿no que era mañana?

Observaba detenidamente, parecía que había tinta ahi y se untaban ambas partes, los que parecían los tutores, y el niño.

- Disculpe --yo trate de preguntar a un sirviente parado cerca de nosotras-- ¿La tinta para que es?

- Contratos --cortante respondió

- Me podria explicar más porfavor

Suspiro-- Los contratos se hacen a partir de que ambas partes cumplan con requisitos, el mayor tendrá que tener la responsabilidad absoluta y si no la cumple el morirá

- ¿Y el menor? --lo miro dudosamente

- El menor también tiene requisitos, no levantar la mano o pegarle a su tutor, no insultar y por último...

- ¡Siguiente! --exclamó un guardia, parecía malhumorado y su mirada era feroz-- Usted es la siguiente

- Siga usted señorita --dijo aquel sirviente retirándose de ese lugar

- Ven aquí, separate --agarro de Romina de la muñeca para que dejara de estar apegada a mi

- ¡No! Cecilia, no me abandones

- Descuida, solo será un momento, pronto te veré, te lo prometo

- Camina que te esperan

Entre con algo de nervios, me sentí inquieta y al caminar me pare justo donde me ordenaron, estaba una mesa en medio y la tinta negra la miraba fijamente.

- Bien, que pasen los tutores

Hubo un silencio en toda la capilla, se miraron las caras viéndose unos tras otros.

- Cecilia es una niña huérfana desde los 4 años, porfavor pasen los padres adoptivos --el señor con lente leia mi documento de identidad y estaba firmando algo en otros papeles

Y es cuando lo vi, al bibliotecario de mi reforma cognitiva....

El parecía tener una mirada feroz que los demás lo miraron asustados, mis ojos por alguna razón se alumbraron al verlo.

- Bien, ¿usted está dispuesto a criar a esta niña en nombre de los reinos?

El me miro fijamente y después hablo-- Si juro por la reina, por el reino y por mi vida.

- Entonces por el poder de los gemas de la tierra sagrada --con un pincel colocó un poco de tinta dibujando un símbolo en su brazo-- Desde ahora es un padre de ley ante los dos reinos.

- ¿Señorita esta conforme?

No se si pude identificar su mirada, daba miedo en muchos aspectos, sentí un nudo en la garganta

- ¿Señorita?

No, no debo de hacer un alboroto, al final es solo un peón en la tabla de juegos, el siguiente paso es, avanzar, no debo dudar

- ¿Señorita?

- Si, si lo estoy --sonrió ante el señor de lentes y me pinta en la muñeca con un símbolo

- Entonces por el poder de los gemas de la tierra sagrada. Desde ahora es Cecilia Vans de ley ante los dos reinos.

- ¿Que? --aturdida respondí

- ¿Algún problema? --dice el señor levantando una ceja

- (¿Como me dijo?)... N-no, ninguno

- Bien, Frederick Vans y Cecilia Vans pueden retirarse.

Un par de sirvientes vinieron-- Por aquí señor y señorita

Mantuve la calma y obedientemente camine con el a un lugar cerca en el jardín, habían toldos que nos cubrían de los rayos del sol y estaba sentada al lado de él.

No decía nada, solo me miraba de vez en cuando y eso me ponía muy incómoda, mi expresión a estas alturas era fria, debía de entender esto. Respirando profundidamente por fin pregunte.

- Tu apellido

- ¿,Uhm?

- Tu apellido... ¿es Vans?

- Así es

- Que irónico --empiezo a sonreír un poco

- ¿No estas enojada conmigo?

- ¿Debería papá?

Su mirada era sin emociones pero sonrió-- No puedo creer que te estés burlandote así de mi

- Pensé que estabas enojado en la tarde, y... aunque suena mal... --suspiro--. Tenerte a ti como padre es tranquilizador

- ¿Enserio? --responde sorprendido

- Igual no se manejar esto --miro hacia bajo, no sabía cómo encarar a un nuevo par de padres y no quiero olvidarlos tampoco

- Ni yo

¿Me estará consolando?, no responde mucho y es seco para entablar una conversación, entonces...

- Entonces... ¿porque? --pregunté inquieta

No contesto y se quedo callado durante un buen tiempo.

- Es hora de irnos --dijo de repente

- Si.

- Y descuida, no tienes que decir en la reforma que eres mi hija, no quiero que tengan mala idea de ti.

- ( ¿Acaso sabes que con un golpe los dejo en suelo sin necesidad de magia?, Oh bueno, no importa, tampoco es que me dé alguna clase de vergüenza )

No respondo y lo seguí, las chicas y yo no nos vimos en todo el día, no supe si volvieron o no.

Salimos y vimos los carruajes irse una tras otro, tome de la mano de el y no dijo palabra alguna.

Vio que analizaba todo el lugar desde donde estaba parada-- ¿Buscas a alguien?

- Mis compañeras

- Ah ya veo, bueno, debemos irnos y creo que tengo que decirte qu-

Un sirviente com una vestimenta diferente a los que he visto lo interrumpió-- Señor, el carruaje esta listo

- Gracias, ahora voy

- Si señor

- Cecilia... --se agarra del cuello, mirándome nervioso y suspiró-- Nada, solo ve, nos vemos en la reforma

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