Capítulo 9

Le di la mano para levantarnos del suelo y ella se notaba sonriente.

- Podemos por favor ser... ¿amigas? --pidio María

- Amigas... --solté mi mano de su agarre, alejándome un milímetro más cada segundo, tomando cautela

Me miró expectante y jugueteaba con sus dedos pulgares.

- Bueno... --dude en responder-- ( No tengo un buen recuerdo de llamada "amistad" y esto sería sencillo si estarían ellos con vida, ¿debería negarme por ahora? ) --suspire hondo de nuevo tratando de pensarlo detenidamente pero fui interrumpida por ella

- ¡Que bien!

- ¿Ah?

Su cara mostró un repentino ánimo-- ¡Me alegra mucho saber que no me odias! --jugueteo sus dedos y me miraba al decir lo siguiente-- Eres... diferente a los demonios de aquí

- ¿Disculpa? --me cruze de brazos mirándola fijamente

Se excuso moviendo la manos-- No lo digo con mala intención. Es solo... siento haberte conocido antes

Me tape la boca al sentir mis labios a punto de botar una carcajada. Sentía un cosquilleo... estaba enloqueciendo, ¿esto es demasiado gracioso?.

Ya era muy tarde, estaba riéndome, intente taparme nuevamente para parar.

- Suena tonto, ya se y estoy consciente

Movi la cabeza en negación y trate de volver a respirar-- Hagamos una cosa

- ¿Mmm?

- Yo... acepto con una condición

- ¿Cual es? --brillaban sus ojos de la emoción

- Mándame... información de ti...

- ¿Eh? --su cara estaba sorprendida

- Así es, ¿no? .... --dije en voz alta sin querer pensativa-- Oh bueno, como es esto... (No tengo un plan exacto y entablar una conversación no cordial es diferente a lo que estoy acostumbrada, me siento muy incómoda)

- A por la diosa misma... Por supuesto, eso hacen las amigas --sujeto mis manos fuertemente y luego se dio cuenta mi incomodidad así que se aparto.

Miraba un punto fijo y entre dos segundos me observaba diferente-- Bueno, me tengo que ir, hasta luego Frederica --dijo y se retiró de la habitación

Di un vistazo en la misma dirección y no había absolutamente nada por ahí más que un espejo.

Fue muy raro el asunto, más solo quedé rendida en la cama con ganas de salir del castillo lo más pronto posible.

Para mí sorpresa cuando quise salir de la habitación una repentina aparición de una tormenta estaba presente por el cielo mostrandose en aquellos ventanales del pasadizo.

Para mí buena suerte un puñado de sirvientas tocó las puertas de aquellas habitaciones, mientras que una estaba parada enfrente de mi y dijo-- El desayuno está servido en la mesa, la reina la solicita, vendrán también las demás

- Entiendo, gracias --conteste

En la mesa, estábamos las tres niñas y yo jugando un juego de miradas entre nosotras al parecer, me daba impresión observarlas de cerca, dándome cuenta su atuendo era más diferente del mío.

Tenían unos vestidos de color amarillo con negro mientras que yo seguía con el mismo que traía de ayer, no estaba sucia, me dieron un jabón con que bañarme, agradecía almenos, aún así, de igual forma entendía mi posición, traerme aquí no significa ser atendida cordialmente.

Mis padres tienen "crímenes", más yo, como soy su descendencia me tratarán de una manera injusta o no igualitaria. Aunque sea falso o no ya solo me queda aceptar y prepararme para lo que vendrá.

Es más, cuando me explico la reina recuerdo su molestia, no quisiera ser un reporte más.

Aunque, viendo bien a las tres, una está con los ojos llorosos... ¿le habrá sucedido algo?...Un momento, es la niña quien me tomaba de la mano en la mañana. Su cabello parece haberse lo cortado, le queda bien, sus ojos son platinados, tiene un hermosa piel bronceada... es linda.

Me pregunto porque está temblando..

Mi narración fue interrumpida por la voz de la reina al decir las palabras "Espero agradarle la cortesía brindada"

- (Bueno, me permito objetar, no me siento bienvenida, igual agradezco la atención y la comida) --tomo un bocado-- Oh sí, esta deliciosa... --me doy cuenta lo que dije en voz alta-- La comí...da

- Me alegra que te guste, como decía

- (Dios que vergüenza... madre mía)

- Espero puedan comprender y dejó a cargo a mi esposo con lo demás para trasladarlas mañana por la tarde. No se preocupen.

- Disculpe su alteza --hable con seguridad-- Me daria la disponibilidad de leer --el se sorprendió con mi pedido y miro a la contraria de pronto para buscar su aprobación.

Las demás se me quedaron mirando atentas a la reina, entonces dio un sorbo de su taza, movió la cabeza en signo de aceptación-- No veo por qué no

- Muchas gracias

- ¿Alguna otra cosa más? --pregunto a las niñas quienes no se molestaron en contestar-- Bien, si necesitan algo más, mi esposo de encargará, ¿no es así querido? --dijo sonriendo a su contrario

- Si mi reina.

La tensión se veían en la sirvientas paradas mirándome con unas dagas hechas por ojos, daban señal a no darles alguna forma de gracia por mi parte.

Después del desayuno.

Estaba consciente correr el riesgo de menospreciar mi petición, considerablemente accedió con la condición de estar vigilada, me concedió un pase a la biblioteca oculta y le ordenó a un escolta mostrar el camino.

Me fue suficiente y le agradecí por su gentileza, dejo de funcionar aquella extraña cosa flotante y daba en signo de error todo el tiempo.

Al entrar estuve sorprendida y fascinada con la amplia gama de libros, era enorme, bella y majestuosa.

Después encontré varios retratos y pinturas plasmadas en libros, estatuas gigantescas, era una antigua y amplia colección de libros que había podido presenciar, al mirarlo me quedé deambulanda, aunque poco después reaccione y me puse en marcha a inspeccionar.

Más tarde.

Suspire cansada al leer sin parar por más 8 horas, parecía que la vista ya no me daba, entonces retome un pequeño descanso mientras iba y venía apilando lo próximo por ver.

Nadie había venido aquí, efecto por el cambio de guardias. Estuve demasiado concentrada, las horas se iban en páginas.

Tuve dificultades en algunos relatos, ya resaltadas algunas páginas se encontraban en un peculiar libro, imágenes de joyas se encontraban ubicado con prescripciones técnicas, incluso yo tuve saltarme páginas, parecía un idioma peculiar y antiguo.

Era el libro de las piedras sagradas, la misma esencia vital que alimenta nuestros poderes y fuerza.

El comienzo de este mundo se remonta en una leyenda, se discrepa en los dos reinos, ya sea por imagen seguían con la disputa por tener versiones desiguales.

Mostraban cada una con una prescripciones inentendibles más solo habían unas especies de imágenes pintadas en blanco y negro.

Trate de pensar una estrategia de comunicación social de la época de aquel siglo pero no daba con la respuesta, luego de masajear mi cuello rendida de saber cuál es la definición de las partes, siento un cosquilleo por mi espina dorsal, captando malestar.

- ( Ag... mañana sera el último día, debo aprovechar la información contenida aquí ) --pensaba mientras pasaba las páginas, me di con la sorpresa ver la última página haber sido arrancada de un libro llamado "El ángel caído del cielo"

- ¿Señorita? --apareció alguien en la puerta y me sorprendió

- Es usted --dije con una sonrisa cálida cerrando aquel libro

- Me pidieron buscarla aquí --saludo el guardia que me vigilaba con cautela-- Buenas noches.

El guardia solo hizo un gesto

- Buenas noches --dije levantándose de mi asiento y acercarme a ella

- Impresionante.... esta leyendo a tan temprana edad

- Sabes que me encantaría quedarme aquí y leer todo el tiempo. Aquí hay historia y me fascina poder aprender nuevas cosas.

- Impresionante. Para ser una señorita tan pequeña, ¿como es capaz de leer tan bien los textos difíciles?

- Adelante mis cursos a los 3 años en vez de estudiar recién a los 5 hasta los 7 como normalmente lo hacen los demás.

- Increíble, ¡es sorprendente!

- Se lo agradezco, disculpe pero... porque está aquí?

- Oh la estaba buscando, me dijeron que se encontraba por esta parte del castillo, me perdí dos veces antes de encontrar este lugar --dio un suspiro largo-- Pero me alegra verla

- El sentimiento es mutuo, entonces, ¿para que me buscaba?

- ¡Ah si! --me muestra un papel doblado, entregándome-- Aquí tenga, es una invitación señorita

- ¿De que se trata? --agarre el papel y lo desdoble

- Mmmm por lo que me dijeron que es una fiesta de despedida sorpresa..... Ah lo dije --se sonrojo de la vergüenza-- Como lo siento

Sonrió un poco mientras leo las palabras y letra-- Descuida no me gustan las sorpresas, créame

- Oh... entonces, ¿vendrá?

- Lo tomare en consideración, muchas gracias

- En serio es increíble --me mira sonriente, parecía complacida conmigo al escucharme y salió de su trance nerviosa-- Eh... me voy, perdone por la interrupción señorita --se despide y sale

......................

...◼Reparación ◼◼◻◻ Poder notarial ◻FALLANDO◼...

......................

- .... (Mmmm de seguro supo de mi) --suspire

Era la única sirvienta pareció verme diferente o no se callaba al verme, daba señal en ser auténtica, me agradó eso, aún así debería enfocarme en seguir buscando.

Me estire, notando la presencia de esa rara pantalla-- (Notarial ... Creo haber visto algo así en un libro por aquí...)

- Señorita, ya es hora de que vuelva a su recámara, mañana podrá continuar hasta el atardecer. Le aconsejo que descanse debidamente.

- Ou... Muy bien. (Que oportuno. No hay problema, mañana estaré pendiente lo demás)

Hice caso al pedido, y apenas cerré la puerta de la habitación, me sentí mareada, un dolor fuerte me abrazaba hasta estremecerme, perdiendo la conciencia en el acto.

Cai rendida en el suelo.

Una silueta salía de la oscuridad y acarició los cabellos de Frederica.

- Perdoname... --sonreía destapando la capucha cubrida por ella, y saco de uno de esos bolsillos unas tijeras-- Necesitare esto antes de que te vayas "Querida amiga"

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