Capítulo 8

Al irme la pantalla que al parecer me perseguía y no se quedaba quieta. Estaba de nuevo fallando, ya que era ilegible el contenido de ella.

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Igualmente no iba a entender, me inquiete un momento y estuve pensando un poco sobre la manera anormal de las secuencias de este mismo día.

Trate de analizarlo lo más calmada posible pero no funcionaba.

- ( Primero me encuentro con la heroína de esta historia. Sumemos a mis padres con crímenes y archivos expiatorios (claramente falsos) y por último ni menos importante me encontré con al San Judas Tadeo llamado Arald, y para rematar, es...) --poso mis manos juntas y las entrelazo colocándolas en la nuca, de paso me sobaba las cienes con mucho enojo-- ( Tengo una pantalla frente a mi... es, es acaso posible, estar con una mezcla de emociones envueltas, ¡¿a cada 2 y 3 malditas horas?!)

Empeze a inhalar dirigiendo mi atención hacia la calma, tratar de apaciguar mi irá que está no iba más que creciendo, después de un buen rato estuve más tranquila y ya al fin de tratar de reponer mi postura acabe por sentir mi estómago gruñir.

- ( No he comido nada...) --vi la pantalla no mostrar ningún signo de palabra entendible aún y mire a mi alrededor-- (Bueno, preguntaré aunque dudo que me atiendan) --recorde la sirvienta anterior quien me busco y vistió con una amable sonrisa-- Tal vez... no todos son asi...

Decidida me fui a buscar la cocina, cuando por fin encontre el comedor, pase por un corredor y continuaba en un pasadizo enorme llevándome hasta una puerta grande, de dos compuertas.

No tenía seguridad rodando, es más, no había visto a nadie rondar desde que volví a entrar al castillo, vi la escena del cántico de Arald, a lo mejor se distraían con cualquier cosa... la verdad, ya a este punto, no estoy segura si me gustaría escapa, teniendo en cuenta la protección de encantamiento.

Di una hojeada a los pasillos antes de pasar adentro de la cocina y entré cerrando la puerta con cautela.

- Haber... ¿donde están? --rebusque en los cajones de los chefs

Buscaba un cuchillo aunque sea de mantequilla, para la defensa, es buena y noquea a tu objetivo haciendo daño aunque no le corte, solo quería una arma que pudiera hacer algo aunque sea bajo de rendimiento sería efectivo por las circunstancias de protección de María, ya no me fío de su entendimiento hacia mi persona.

..."Que crueldad"...

Aún podía escucharlo... la parte salida y no vista de María había salido a la luz y por un momento sentí... miedo.

Entre tantas verduras frescas y puestas en orden, se veía la luz de la luna verse alumbrar el lugar en la ventanilla de arriba, encontré canastas con manzanas, zanahorias y duraznos en una parte de la zona oeste, más allí debían de estar otros implementación de cocina.

Revise y me quedé pensativa mirando arriba donde estaba la ventanilla, y las ventanas alumbrandome con la luna llena, resplandeciendo, diferente a mi mundo pero creo que es igual de hermosa.

Quizá yo solo, esperaba vivir en paz, planeaba ser y estudiar en un reforma, pensé que si no me encontraba con la heroína saldría bien, quería cambiarlo todo de una manera feliz para mi.

No puedo soportar tener que estar observándola a partir de aquí, ¡destrozo mi vida ese intento de héroe!.

Una leve roce de la misma esencia lunar se posaba en aquella cocina mostrando la melancolía y perfilandola.

¡Buscaré la forma de acabar con ella!, aun dicho eso, no se su debilidad, nunca la dijeron en la novela, fue por eso mismo el porque termina muriendo la villana, lo más lógico sería tener la mente fría y ser su amiga.... es chocante percibir y palparlo en vivo todo aquello que condicie alguna vez entender.

Yo no puedo....

A partir de aquí tendría que estar cerca de ella y no se si podría soportar la ganas de aplastar su cara contra el suelo. Manejar las ansias y amargura que me pesa, es demasiado.

Tomé una manzana de entre tantas que estaba servida en una canastilla y le di un mordisco.

La parte más dura es tener con llave mi dolor, cerraré mi corazón, ¡ya nadie me lastimara!, así tendré que esperar hasta el momento preciso...

Mientras una lágrima logra rebasar mi mejilla, termino por tener cansancio de pronto.

El dolor nos enseña que debemos madurar de alguna forma u otra, así que hací sea hoy o mañana, me encargaré de ella, sufrirá, rogara y pedirá clemencia ante mis pies, esta sensación de odio...

◻◼◼◼◼◼◼◻◼◻◼Aferrarme al pasado es lo que me da aliento para seguir◼◼◻

En eso se posa en mi visión encontrando por fin un cuchillo pequeño, suficiente eficaz con algo de filo, bueno para sostenerlo, lo tome y volví a mi habitación viendo que todas las chicas aún seguían hay, estaban apiladas durmiendo sobre unos futones.

"Una pijamada.." Espero que lo hallan pasado bien, yo por mi parte creo que me mantendré alejada de toda cosa que me vaya a dar un apego.

María se encontraba en la pila de chicas, durmiendo, plácidamente durmiendo....

La mire fijamente por un breve periodo de tiempo y entonces después me recosté en la cama, sentía los ojos volverse a humedecerse...

No, no puedo pensar más en cosas triviales, es por eso que mi corazón se está inquietando, si tengo que apagar mis emociones y hacer otras en su lugar.

El sueño me invadía de a poco.

Dormir iba a ser mejor, no faltaba nada para irnos de este castillo, investigaría mejor mañana cuando nos vallamos de aquí.

Guarde el cuchillo en mi almohada gigante que tenía y cerré los ojos cayendo en un profundo sueño.

En ella, voces de mi anterior vida me atormentaban al pasar por los infinidad de pasillos, se oían quejidos, estaba compuesto de lamentos, de familias pidiendo y rogando no ser asesinados, rogando piedad, sangre esparcida en cada pasadizo y rincón vista, susurros de conversaciones y órdenes hacia mi y mi trabajo.

¿Acaso era mi infierno?

Llegue a notar tener por fin un final llegando a una puerta muy familiar.

Note una puerta parecida a la de mi hogar con adornos plateados, apenas reconocí eso esa inmensa puerta se abrió, y en algo pensé "Papá y sus gustos por la plata", sonreí, la abrí y empieza un recuerdo de mi... mi casa

Parecía ser mi habitación, busque en todos lados la presencia que me faltaba y atormentaba mi corazón.

Me sentía relajada, mis propios sentidos se habían convertido en un sensación agradable en un momento a otro, era el único lugar al que llamaría "hogar" y escucho a lo lejos.

- No te preocupes, estoy aquí

Me voltee-- ¡Mamá!

Una barrera vidriosa nos obligaba a estar separada de ella.

- Hay cariño... Lo siento mucho --sonrió con tristeza.

Ella estaba llorando desde la distancia, apareció una sombra junto a ella y reconozco quien era.

- ¡Papá!

- ¿Has estado comiendo bien cielo? --me dedica una sonrisa también mezclada con tristeza

- ¡Papá!... ¡Mamá!... --me apoye en aquel cristal que nos dividía-- ¡Mama! ¡Papá! ¡Perdóname! ¡Perdóname!

Poso su mano derecha en aquella barrera mi madre-- ¿Porque hija?

Mi padre continuó-- Solo recuerda que te amamos mucho. No tienes nada de culpa en esto

- No pude, no pude hacer nada.... --nunca antes nadie me dio tanto cariño, amor, cuidados, siempre estuve sola, nunca dependiendo de nadie y ahora ¿como puedo hacer para que vuelvan a mi?-- ¡Porfavor, perdóname! ¡Los quiero aquí conmigo! ¡Ustedes son todo para mí! ¡No es justificación para estar separados!

Mi pecho se comprimia, mi garganta sentía quebrarse dejándome sin aliento.

Todo el tiempo que pase en soledad y por fin hubo personas a mi lado, que me amaron de verdad.

- ¡No quiero estar sin ustedes! ¡No quiero! quería romper aquella barrera, entonces la golpeé, varias veces lo intento y el resultado fue ineficaz, terminando con una enorme frustración en mi mirar, cayendo rendida y sin algún pizca de esperanza.

Las inseguridades venían y se acumulaban

Sentir esta agonía era insoportable, ¿que iba a suceder más adelante?, si cambio la historia, entonces, ¿puede ser que no salga viva de esto? y si no lo hago, ¿entonces habría un futuro para mi?

- Escúchame, que se quede así Fhederica, recuerda amor --presiono su pecho señalándose mi madre -- Te llevaremos aquí, seremos parte de ti a donde vayas

Ahora tengo tanto miedo a fracasar...

Mi destino pensé el escribirlo, en un mundo extraño, aunque ahogue toda esperanza en este mundo miserable◻

- Ya se que parece poco, pero te amamos hija, estaremos juntos a pesar de todo-- se arrodilló el

- Algún dia nos volveremos a ver --ella se apega al vidrio arrodillarse junto conmigo-- Te amo hija, ¿como no seguir amándote Fhederica?

- Mamá...--con lágrimas en las mejillas me costó bastante tiempo entenderlo bien, aun así-- ¡Yo también los amo! ¡Gracias por enseñarme el amor! y lo siento.... ◻◻◻◻◻◻

- Vive mi hermosa princesa

La barrera se rompió y fragmentó.

Y sentí por última vez un tierno y cálido abrazo...

¡◻◻ ◼◼◼◼◼◼◼◼◼! ¡◻◻!

Todo se fue borrando poco a poco hasta que la realidad se hace presente.

Despertando con lágrimas en los ojos, vi una silueta estar aferrada a mi mano, estaba dormida en una parte de la cama, era una de las niñas supuestamente "liberadas", sin querer la desperté también y me soltó diciendo "P-perdon", tras eso se levantó de aquella silla y se iba a marchar, empezó a dudar y apenas pude escuchar su voz temblando.

- S... S-soy.... bueno...amm...yo

La puerta fue tocada y ella salió de pronto con mucha rapidez, haciendo pasar a María, confundida esta siguió a pasar.

Y yo, secando mi tristeza que daba señal en mi pequeño rostro.

- ¿Como te encuentras Fhederica?

- Oh... pues... --desvío la mirada-- No lo sé...

Hubo un breve momento de incómodidad, penetrando la atmósfera, parecía asfixiar a María y se notaba bajarle una gota de sudor.

Parecía sofocarse demasiado así que pensé tal vez mejor arreglar las cosas, un nuevo día había comenzado y lo pintaba en las paredes.

Corte el silencio-- Escucha, recién entiendo y reflexione sobre....

- ¡En serio perdóname! --exclamó ella aterrada y se inclino de pronto

- ¿Eh? --me desconcertó su repentina disculpa de ese modo, María, la más ególatra y narcisista protagonista, ¿me estaba pidiendo disculpas?-- Oye, ¿que haces?

- ¡Yo enserio lo lamento tanto! --apega a estar en el suelo

- O-oye... l-levántate (¿Que esta pasando?)

- Me gustaría ser tu amiga Fhederica

Mire atentamente como ella se arrodilló hasta poner su cabeza al suelo, me hizo acordarme cuando una época viaje a un país asiático...

Por saludo, por respeto, y para disculparse ellos se inclinaban, hasta por pedir◻ clemencia y piedad.◼

Una parte de mi entendía que es lo que debía de hacer.

Me pare de la cama y arrodillé hasta donde estaba ella, tocando su cabeza levanté su mirada a mi gesto-- Sabes... --respira hondo y le sonreí-- Que interesante forma de disculpa fue esa jajaja --rei y su cara parecía estar iluminada, lo parecía, y también río conmigo aliviada.

Rie nomás...

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...¡No Frederica! ¡No!...

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