-Y eso es todo... - la reunión que le tenía que dar a su equipo de trabajo había concluido - Mañana temprano - ordeno y bajo del podio, sus trabajadores abandonaron el salón de junta - Isabella, tenemos que hablar.
-Sera imposible señor, me tengo que preparar para mañana, con permiso.
Alexander suspiro, la relación con Isabella había durado solo un mísero día, y es que todo iría mejor si no hubiera aparecido Emilia... no, la culpa era solo de él porque no había terminado lo que tenía con ella desde un principio. Había dejado de ignorarla a ver si eso le hacía entender que todo había terminado... pero al parecer no, no entendió.
Vio como Isabella cogía sus cosas y se marchaba, ni siquiera le había dejado explicarse y decirle que entre la joven azabache no había nada ya, pero no, Isabella había tomado una decisión sin escucharlo.
Cada palabra que había escuchado era cierta, cada silaba, cada oración, todo era cierto. Pero, él estaba completamente seguro que Isabella le encantaba, él ya estaba enamorado, eso era cierto ¿Pero cómo hacerle creer aquello a Isabella?
Isabella lo conocía a la perfección, cada defecto, cada temor...cada virtud. Ella lo conocía y sabía cómo era su comportamiento antes las mujeres entonces ¿Cómo hacer ver a la azabache que buscaba algo serio con ella?
Suspiro y siguió el recorrido que sus empleados que ya se habían retirado de la empresa. Iría a su gran casa y simplemente solo se recostaría en su cama a pensar y reflexionar... Su equipaje que Isabella le había preparado días antes ya estaba listo por lo que no tenía nada que hacer.
En su mente se le había cruzado ir al departamento de su secretaria y hacer que ella lo escuchase... pero no, Isabella no era ninguna mujer sumisa, ella era brava, agresiva. Ella lo sacaría de un patada de la puerta de su departamento así que no, descartaría aquello y sería un hombre paciente como lo era y esperaría a encontrarla mañana.
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El silencio en el interior de la trafic con los pocos trabajadores del piso de Alexander se hizo eterno e incómodo. El chofer iba en silencio, Daniel de copiloto. Sus demás empleados ocupaban las tres primeras fila de asiento de la trafic, y en la última se encontraba Alexander cruzado de brazos junto con Isabella a su lado pegando su cuerpo a la ventanilla, manteniendo la distancia.
Nadie se atrevía a abrir la boca y formular y palabra alguna, temían decir algo incorrecto frente a su jefe. Por otro lado, Isabella simplemente no quería hablarle y solo mantenía su mirada fija en la ventanilla.
-¿Isabella, qué se supone que tengo que hacer? - le murmuro Alexander a su secretaria.
-Se supone que es una convivencia. Conviva - respondió sin míralo y Alexander suspiro, su táctica no había funcionado para que lo mirase.
-¿Qué...Cómo se llaman? - pregunto alto para todos sus empleados a bordo. Isabella quiso soltar una carcajada, pero se contuvo.
-Yo, yo soy Alonso señor Arnault - dijo un hombre medio petiso, un poco regordete y con su pelo naranja rojizo, sus pecas en su mejilla le causaba gracia.
-Hugo a su servicio señor Arnault.
-Daniel Wolf señor Arnault - al parecer sus empleados hombres a excepción de Daniel eran petizos y un poco regordetes.
-Soy Laura, la nueva secretaria en práctica señor Arnault - a ella si la recordaba. Era unas de las tres chicas que habían sido entrevistadas para reemplazar a Isabella, a opinión suya era una de las "No zorras".
-Su chofer, Carlos señor - a su chofer si lo conocía, llevaba el mismo tiempo trabajando para él al igual que Isabella.
-Bien, que bueno saber sus nombres - asintió y entonces todo volvió a sumirse en un tenso silencio.
-Bien, mejor leeré el cronograma de actividades, es preferible a esto a que estar en este silencio inquietante - exclamo Isabella mientras sacaba de su mochila una carpeta con papeles cubiertos de plásticos - Al llegar, cada uno elegirá su cama, se tomara el tiempo de desempacar y acomodarse. Luego se preparara el almuerzo con las colaboraciones de todos, incluido el jefe de la empresa - enmarco las últimas palabras echándole una mirada de reojo a su jefe - Con la ayuda de un guía recorremos el bosque, montañas para después llegar en el horario de la cena, la cual los hombres se encargaran de prepararla. Bueno, este es el cronograma del día de hoy, mañana leeré el de ese día.
-Parece muy entretenido el día de hoy señorita Isabella - comentó Laura volteando para mirarla.
-Espero y así sea Laura - le sonrió y la camioneta se detuvo en el instante en el que Alexander abriría su boca - Llegamos - anunció Isabella agarrando su mochila lista para bajarse, hacía tiempo que no tomaba unas pequeñas vacaciones en medio de la naturaleza y eso la tenía emocionada.
-¿Es aquí? - escucho el murmuro casi audible de su jefe, sabía que la miraba con reproche pero ella lo ignoraba simplemente. Alexander le había dicho hospedaje en un hostal o hotel, la cosa era que él quería tener su propio espacio ¡No compartir! Y lo que ahora mismo estaba viendo por la ventanillas eran unas cabañas con seguramente varias camas una al lado de la otra.
-Llegamos señor, empleados del señor anunció Carlos abriendo la puerta corrediza de la camioneta. Todos sonrieron y cogieron sus cosas para bajarse como niños en un día de excursión.
-Carlos, has subir a todos, no es aquí - ordeno Alexander sentado en su lugar con los brazos cruzados en su pecho.
-Señor... la señorita Isabella me ha dado esta ubicación...
-Se debió de haber...
-Es cierto... señor. Yo le di la dirección y este es el lugar correcto, así que baje por favor - con una mirada de reojo fulminante respondió, paso por sobre sus piernas y bajo de la camioneta uniéndose a sus compañeros de trabajo.
-Señor, si desea lo puedo llevar de nuevo a la ciudad - propuso Carlos.
-No, no. Me quedare- por esa mujer nada más- pensó - Descansa Carlos - su chofer asintió y empezó a saltar de la alegría de sentirse en libertad.
-Lamentamos comunicarles, que una cabaña se encuentra deteriorada y ya está en arreglo, por lo que le agregamos dos camas más a la cabaña más grande y una a la pequeña, decidan ustedes como se repartirán - les dijo el dueño del lugar entregándoles las llaves y demás cosas.
-Está bien, gracias. Y no se crea que porque soluciono esto de esta manera le pagaremos lo mismo, le pedí en Mayúsculas COMODIDAD y eso es justo lo que no estamos teniendo. Al finalizar nuestra estadía... quiero un descuento ¿Entendido? - hablo amenazante.
-Entendido señorita - temeroso respondió para después alejarse. Isabella se volvió a unir a sus compañeros de trabajo y su jefe. Abanico las llaves en sus manos mientras se acercaba.
...----------------...
-Una noticia sorpresiva - anuncio - Una cabaña se encuentra en arreglos, por lo que a la cabaña más grande le agregaron dos camas más y a la pequeña una cama - las expresiones de todos era la misma - Ya sé, ya sé. Pero tengamos en cuenta que no pasaremos el tiempo en la cama ¡Estaremos de excursiones y puras actividades!
-¿Cómo nos repartiremos? - pregunto Daniel levantando la mano como un niño.
-Laura y yo, por supuesto en la misma cabaña con uno de ustedes y en la otra los cuatros restantes.
-Seré yo, el que este contigo... ustedes - dijo Alexander como una orden.
-¿Porque usted señor? - lo reto con la mirada Isabella. Y esta era la primera vez en el día que se miraban fijamente.
-Está bien, decidan ustedes con quien - se encogió de hombros Alexander señalando al resto de los hombres.
Isabella los miro, Alonso y Hugo se veían como unos viejos pervertidos, tal vez era la imagen de la portada... pero así se veían. Carlos, por lo que sabía muy bien, roncaba como si estuviera alguien gritando y... era sonámbulo. Y Daniel, se veía normal... pero escucho rumores de que era coqueto. Y su jefe... él era coqueto, en algunas ocasiones pervertido, hablaba dormido pocas veces pero, ella lo conocía y sabía у que se comportaba si ella estaba presente. Además...su jefe tenía un trauma con los lugares cerrados y oscuros, cosa que le preocupo, a pesar de no estar en buenos términos con él, aun se preocupaba.
-Está bien, usted - le señalo desganada - Por favor tómense su tiempo para instalarse.
Y seguida de Laura se dirigió a la camioneta sacando de la cajuela su pequeño bolso. Laura saco una maleta un poco grande, Alonso, Hugo, Daniel y Carlos una mochila poco más pequeña que el bolso de Isabella y Alexander el bolso preparado por su secretaria casi del mismo tamaño que el de ella.
Las cabañas eran las típicas, de madera, triangulares y con un hermoso pórtico. Los arboles lo rodeaban en un círculo casi hecho a la medida. El interior era impecable, tenía un área de descanso con sofás, baño incluído y una pequeña cocina, las camas pese de estar amontonadas se las veía cómodas, las ventanas cubiertas con cortinas y para entretenimiento tenía un pequeño librero con revistas y algunos libros.
Laura fue rápida y escogió la primera cama, Isabella tomo la de en medio y Alexander la que quedaba, que era la que se encontraba cerca del baño, suerte pensó. A comparación de ellos, en la otra cabaña dejaron la civilización atrás y peleaban por elegirse la cama más grande, cómoda y sobre todo, la que no esté cerca de Carlos, el chofer le había confesado su pequeño problemita al dormir.
-Señorita Isabella, iré afuera a explorar - aviso Laura después de dejar su maleta sobre su cama y ponerse un sobrero floreado. Isabella asintió y ella se marchó.
En la cabaña solo quedaron Alexander y Isabella. Isabella recostada en la cama con su celular sostenido sobre su rostro mientras jugaba una sopa de letras, un método absurdo para ignorar y no dialogar con su jefe. Alexander no dejaba de mirarla mientras estaba de pie y de brazos cruzados, negó con su cabeza. Abrió su maleta y saco un conjunto de ropa y se encerró en el baño para cambiarse y entonces Isabella soltó todo el aire retenido.
¿Cuándo se podría marchar de la empresa? No soportaría tanto tiempo así.
Ella hizo lo mismo, saco un conjunto de ropa y se empezó a descambiar allí mismo, se puso un pantalón corto deportivo azul, las mismas zapatillas deportivas, se retiró la camisa que tenía quedando en sujetador y escucho la puerta del baño abrirse, por manía se volteó y se encontró con su jefe de pie, estático debajo del marco de la puerta sin despegar la mirada de ella.
-Deje de mirar - soltó y le dio la espalda con sus mejillas sonrojadas, tomo una camiseta blanca y se la puso - Ni que nunca hubiera visto a una mujer así - soltó en tono despectivo.
-¿Seguirás ignorándome?
-¿Lo hago? - oh, ella sabía claramente que lo hacía.
-Isabella...
-Señor...
-Enserio. ¿Dejarás que te explique lo que paso? - harto de la indiferencia de su secretaria avanzó a ella, quedando de frente, elevo la cabeza de ella hacía arriba con su mano en una mejilla.
-Señor...- Isabella suspiro al sentir el calor de su mano en su piel - ¿Qué dirá? - le enarco una ceja.
-Todo, lo que paso en ese día con ella fue un malentendido. Le aclaré, le dije que lo que paso, terminó. Que estoy enamorado de ti - Isabella relajo su expresión - Pasaron muchos minutos en mi oficina, pero bueno... es lo que lleva decirle todo eso con tranquilidad a alguien prácticamente adolescente - se encogió de hombros.
-Está bien, lo explicó – Alexander sonrió – Pero eso no cambia nada. Señor, no sé si usted está listo para algo serio y no quiero ser una prueba de ello.
-No serás una prueba de nada Isabella. Estoy seguro que quiero estar contigo.
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Updated 40 Episodes
Comments
Carolina Mendez
👍😘
2022-07-30
5
Hilda Aguilar
el tiene la culpa de que ella no le crea
2022-07-12
1
Milena Johana Fuentes Zamora
Muchas felicidades a la escritora excelente novela me encanta
2022-07-11
2