capítulo 11

Acabo de aterrizar en Italia después de más de cuatro horas de vuelo desde el Cairo, la semana pasada conocí a un posible socio en Japón y me invitó a la fiesta de compromiso de su hijo, normalmente evito este tipo de fiestas pero había algo que me hizo venir esta noche, solo en una de las reuniones me había topado con el hijo pero sentía que ya lo había visto en alguna parte pero no lograba recordar en dónde , mi vena más masoquista igual quería ver si me encontraba a Isabella, le digo al chófer que de vuelta a la calle que lleva a la Fontana di Trevi al llegar le pido que detenga el auto y bajó de él, me acerco a la plaza y escaneó con la mirada los cafés que hay alrededor, recuerdo nuestra vaga plática donde me contó que le encantaba venir a los cafés de la plaza y en dónde le prometí que un día vendría conmigo, sin embargo no he podido dar con ella, hasta me atreví a pedirle los vídeos de vigilancia al señor D'amico el padre de Lía, aunque esté me los nego por todas las personas influyentes que fueron invitados a la fiesta y no quería faltar a su palabra de confidencialidad.

Después de que regrese, cómo le prometí no la encontré y ella tampoco fue por la tarjeta en la recepción, ya ha pasado poco más de un mes y todavía no he podido olvidar esa gloriosa noche que pase a su lado.

Después de unos minutos regreso al coche y nos dirigimos a la fiesta de compromiso.

Cuando entro a sala el hijo de mi socio esta besando a la que supongo es su prometida, cuando interrumpen el beso ella mira al frente a la multitud, nuestras miradas se cruzan y siento cómo se cierran mis manos en puños, Joder nunca pensé encontrarla en su propia fiesta de compromiso.

Recuerdos de esa noche pasan por mi mente, ahora ya se por que se me hacía conocido el hijo de mi socio, era el tipo que nos interrumpió la primera vez que hable con ella.

Los demás invitados levantan sus copas felicitando a la feliz pareja por su compromiso.

Tomo una copa de un camarero que pasa y me dirijo hacia ellos.

El está aquí, siento como brinca mi corazón de emoción por verlo otra vez, la mirada que me dedica hace que pierda un poco de esa felicidad, el beso que me da Mariano en la mejilla hace que salga del trance en el que me tenía su mirada, lo volteo a ver

-Carino los señores Gabana nos están felicitando- me dice Mariano.

Dirijo la mirada a la pareja que está frente a nosotros y les sonrió de agradecimiento. Por los nervios que siento tomo de un trago toda la copa, trato de localizar a Kristo entre los invitados pero no lo veo.

Pasamos un buen rato recibiendo las felicitaciones de los invitados cuando una voz a nuestras espaldas me sobresalta y nos giramos para ver al dueño de esa voz

-Felicidades por su compromiso señor Borguetti, que bella prometida tiene- le dice Kristo sin quitarme los ojos de encima.

- Gracias, y que placer que haya podido asistir en un momento tan importante para mí y mi bella Isabella- suelta Mariano, acercándome más a él.

El señor Borguetti se acerca a nosotros y saluda a Kristo, yo aprovecho para alejarme un poco de Mariano.

Visualizo a Lía y a mi Hermano y camino en dirección a ellos pero un calambre en mi abdomen hace que detenga mis pasos, creo que me bajo mi periodo ya que siento un poco más de dolor en mi abdomen .

Mi madre y la señora Borguetti se acercan a mi y me dirijo a mi madre.

-Voy al tocador, si me busca Mariano no tardó,-

Paseo la mirada en busca de lía pero no la encuentro desisto y sigo mi camino hacia los servicios.

Cuando salgo del cubículo me encuentro con Kristo, con los brazos cruzados pegado a la pared de la entrada.

camino hasta los lavabos y pongo bajo el agua mis manos, ninguno dice nada solo nos miramos atreves del espejo, me tiemblan las manos por su atenta mirada, me seco las mano y camino hacia la salida, ya que no quiero que alguien entre y nos encuentre aquí a los dos, paso junto a él y me toma del brazo, mi corazón palpita por la electricidad que corre por mi cuerpo por sus simple toque, baja la cabeza para besarme, lo debería de detener pero no puedo quiero sentir sus labios sobre los míos por última vez.

El beso que me da es dominante, incluso rudo que siento que le hace daño a mis labios pero me gusta esa posesividad que siento , me guía hasta que mi espalda choca con la pared de azulejos del baño, lo agarro de la nuca con fuerza no quiero que despegue sus labios de los míos, el me alza una de mis piernas y la enrolla en su cintura, el movimiento hace que mi vestido suba más todavía por mi muslos y el los caricia, siento como nuestras respiraciones se hacen trabajosa y pesada, siento cómo despierta mi deseo por el.

un gemido sale de mi boca por las atenciones que le está dando a mi cuerpo , entierro mi cara en su cuello para callar mi grito al llegar al éxtasis, con manos torpes dirijo mis dedos a la cremallera de su pantalón, pero el se aleja de mi.

con amargura en su voz pregunta

- Cuando nos conocimos esa noche, ¿ya estabas comprometida con él?- la fría mirada que me da hace que se me erice el cuerpo- contesta con la verdad Isabella no te atrevas a mentirme.

un nudo se me forma en la garganta, incapaz de contestar, solo asiento confirmando sus palabras

-Cuantos hombres han caído en tu mentira después de mi, ¿Cuando estabas conmigo era en el en quien pensabas? tú prometido no te satisface lo suficiente que vas en la vida de cama en cama como una mujerzuela- siento como caen mis lágrimas por sus duras palabras, sin pensarlo le doy una bofetada.

Acto seguido siento como me toma de las muñecas y me las apriciona contra la pared por encima de la cabeza, sus labios chocan con los míos que siento el sabor de la sangre en la boca, sus manos lastiman mis muñecas pero no relaja su agarre ni su asalto a mis labios, suelta un gruñido antes de soltarme, caigo de rodillas en el piso del baño, siento un dolor en mi vientre que ignoro.

-Me pregunto que dirá tú prometido, cuando se entere que clase de mujer eres, que deja que cualquier desconocido se meta entre sus piernas.

Sus palabras son como puñales que atraviesan mi corazón.

-No le puedes decir nada- le suplico, si mi padre y Mariano se llegan enterar me matan- Por favor, solo vete de aquí, no le digas nada a Mariano.

-Que tan hipócrita eres tanto lo amas que no quieres que le diga la verdad, o es mucha tu ambición ya que pronto será el sucesor de su padre en la empresa.

-Cree lo quieras, pero no son así las cosas, si solo venías a insultarme, por favor vete.

se inclina hasta la posición en la estoy y me toma por la barbilla, me desgarra por completo mi ya herido corazón con sus últimas palabras.

- Maldigo el día que te conocí y creí que eras diferente a cualquier mujer, ahora me das asco- se levanta y camina hacia la salida del baño, mis lágrimas ahora caen que se me dificulta ver, me quiero levantar del suelo pero un dolor insoportable en mi vientre hace que me doble del dolor que hasta la respiración quita, cómo puedo me arrastró hasta el lavabo y me impulso para levantarme pero el dolor en tan intenso que siento como se me nubla la vista, golpeó mi cabeza en el mostrador del baño, y todo se vuelve oscuro....

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