¿Qué no juzgas a nadie dices?, estás mintiendo. Me juzgas a mí tan solo por esconder mi dolor detrás de una sonrisa, utilizas a las mujeres que llaman tu atención como juguetes, les haces daño, las destruyes y las tiras como basura.
Así como tú, como Daniella, yo también tenía derecho a esconderme. Entonces, ¿por qué me hiciste daño?, ¿por qué jugaste con mis sentimientos?.
Tú jamás tienes relaciones serias y que ahora has cambiado, no te lo creó dijo ella con ira, su mirada era vacía, su rostro no expresaba ningún sentimiento más que ira, enojo hacia mí, me odiaba. Me sentí asustado, quería llevarme lejos a Dangella, quería taparle los oídos y que no escuchará, pero eso era inevitable, el karma siempre te da donde más te duele.
- Sheila, por favor trato de detenerla mi hermano intentando tomarla de la cintura, ella lo evadió y miró a Dangella con pesar.
- ¿Acaso Mikel te pidió que fueras su novia? Pregunto sin despegar su mirada.
Vi a mi chica estremecerse en mis brazos, deshizo un poco mi agarré y voltio su mirada, había duda, temor, indecisión. Sabía que ella intentaría alejarse, yo simplemente me aferre a ella, estrujandola con fuerza, pero sin hacerle daño.
- No te lo pidió, ¿verdad? Pregunto Sheila con ironía haciendo que Dangella la mirara.
-¿Te digo un secreto?, él tiene miedo a las relaciones serias, Bradlly me dijo la razón. Su padre les dijo que tener apegos es la mayor debilidad, si Mikel llega apegarse mucho a alguien, su padre destruirá a esa persona, a veces el dolor te hace más fuerte para enfrentar al enemigo, su mayor miedo es que su padre mate a quien quiere, por esa razón sólo se dedica a jugar, tu eres uno más de sus juguetes comentó llamando no solo su atención, sino también la mía. Mi mirada pasó de estar con miedo a estar enojada.
- ¿Me traicionas? Pregunté dirigiéndome a mi hermano.
- Lo siento susurro bajando la mirada.
- ¿Por una chica? Susurre decepcionado.
- Al igual que tu a mí, yo utilice a tu hermano presumió la chica mirando a Bradlly con asco.
Él retrocedió incrédulo con la información. Sheila soltó una carcajada amarga.
- Eso no es verdad, dijiste que me querías, dijiste que me amabas susurro mi hermano, negando con la cabeza una y otra vez, como si pensará que esto no era real y que era una pesadilla de la que iba a despertar.
Fue entonces cuando por primera vez vi a mi hermano vulnerable, en verdad se había enamorado, en verdad le dolieron sus palabras y aún cuando no era él, vi como su corazón se rompió.
- Las frases te quiero, te amo, son frases que actualmente se dicen a menudo sin ni siquiera saber el significado, sin ni siquiera sentirlas, tu me lod dijiste comentó ella con frialdad.
- ¿Creías que después de ocultarme el juego de tu hermano, después de apoyarlo en todo eso, después de ser su hermano, yo te iba a querer?, ¿o iba sentir algo de afecto por ti? Preguntó ella con repugnancia. Bradlly no respondió, parecía ido de la realidad, al parecer le había afectado demasiado la cruda realidad.
- Lo siento susurre sin emitir sonido, Bradlly leyó mis labios y asintió una y otra vez, cerró los ojos un momento, lo vi respirar profundo, abrió sus ojos y su mirada volvió hacer la misma de hace tiempo, era fría, no había rastro de sentimiento.
- A veces enfrentar tus mayores miedo te permite seguir tu camino, solo es un obstáculo más para llegar a donde tienes que llegar comentó mirándome fijamente, se dio la vuelta y se fue, sin decir nada más, sin ni siquiera despedirse.
Sus palabras quedaron resonando en mi cabeza, una y otra vez como disco rayado, tenía que decir la verdad, tenía que exponer lo que en verdad sentía.
- ¿Estás jugando conmigo? Pregunto Dangella aún sin poder creerlo, - ¿Soy tu nuevo objetivo, tu nuevo juguete?, Me contaste tu plan de buscar el amor, ¿eso era mentira? Pregunto confundida moviéndose bruscamente para deshacer el abrazo.
Sheila soltó una carcajada escalofriante.
- Su hermano sabía de su plan, su amiga Daniella también sabía. El estúpido está tan obsesionado con destruir las sonrisas de los demás, así como su padre destruyó la suya, él no va a cambiar porque alguien más se lo diga informó Sheila con una sonrisa satisfecha al ver que Dangella se había alejado de mí, tanto que la distancia me dolía.
- Dangell susurre dando un paso hacia ella, ella se alejo más de mí.
- Es verdad lo que dijo Sheila, yo no pretendía, ni pretendo cambiar por nadie. Las personas para ser mejores solo fortalecemos nuestras cualidades y reducimos nuestros defectos, somos como somos, nadie cambia por nadie, simplemente hay que entregarlo todo de si por uno mismo. Mi obsesión por las sonrisas de los demás, viene desde mi infancia, no pretendo culpar a nadie por mis errores, me culpo a mí, no pido perdón porque las heridas están hechas.
- Al principio eras mi nuevo juguete. No quería volver a Londres, quería desaparecer, cuando Sergei me mando de vuelta, pensó que seguía su estúpido juego, pero se equivoco, me interesaba el trabajo que me dió por eso le seguí el juego y cuando te vi, te vi como mi salvavidas y mi nuevo juguete, sabía que detrás de esa expresión seria, habia una sonrisa verdadera, simplemente decidí jugar y cuando vi esa sonrisa, esa sonrisa inquebrantable que tanto me fascina y que me hace sonreír perdí, tengo tantos secretos, tantos pecados, tantos miedos, pero contigo a mi lado todo eso se desvanece.
- Eso es mentira grito Sheila interrumpiendo mis palabras. Me asusté cuando Dangella camino unos pasos más lejos de mí.
- Por favor susurre con miedo 😨 dando un paso hacia ella. - Sabes muy bien que nunca digo la palabra te quiero, o te amo. Sabes que nunca he tenido una relación seria no solamente porque tenga temor a perder a quien quiero, sino porque no me gustan las cursilerías, ni me gusta tomar tiempo para hacer una declaración. Pero contigo es diferente, siento haber jugado contigo al principio, pero no siento haber empezado este juego porque ahora tú eres mi mayor debilidad, te quiero, te amo y tu eres mi novia y aunque jamas te lo pregunté, así lo siento solté. Cerré los ojos, no quería verla partir, no quería que se alejará de mí.
Respire profundo y solté el aire que tenía acumulado cuando sentí sus brazos alrededor de mí, abrí los ojos lentamente, encontrando su sonrisa, esa sonrisa sincera que me hizo sonreír, la abrace con fuerza. Me había dado otra oportunidad, era demasiado afortunado.
- Eres una estúpida reclamó Sheila, golpeando el suelo con su zapato, como niña pequeña haciendo un berrinche. Dangella la ignoro besando mi mejilla. Vi como Sheila rodó sus ojos con fastidio y enojó, se dio la vuelta y se marcho.
- Me enamoré de ti y luego aprendí amarte poco a poco, por eso Daniella se sorprendio tanto al verme sonreír y reír tan jovial comenté besando su sien.
- No tienes que convencerme, te creo, sé que tus sentimientos son verdaderos. Todos tenemos secretos y espero que cuando mi secreto se destape tú también estés dispuesto aceptarme susurro. Entonces no entendí sus palabras, y como estaba tan feliz las ignore por completo, lo que no sabía es que tan pronto que nada, la realidad me golpeó en la cabeza dejándome en shock.
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