Era otoño las hojas caían conforme iba pasando, la velocidad a la que iba no excedió la velocidad a la que acostumbraba ir en mi moto , sentia una inmensa libertad reconfortante.
Los estudiantes salían de clases directo a sus casas, muchos creyéndose los rudos burlándose de aquellos chicos que un dia en el futuro llegarían hacer importantes con un trabajo estable y una gran familia.
Lo que no alcanzamos a imaginar es que la vida nos tiene tantas sorpresas que los que creemos más débiles terminan siendo los más fuertes y las personas más valiosas en en el mundo.
De pronto una risa tan burbujeante como el champange se escucho en medio de todos los estudiantes alejándome de todos mis pensamientos.
Busque con la mirada aquella persona que logró llamar mi atención tan solo con una risa y la encontré.
La chica reía con sus amigas.
Su cabello estaba recogido en una coleta, tenia sobre sus ojos unas gafas que cubrian la mitad de su rostro, sus manos permanecían entrelazadas, su uniforme y su postura eran correctamente elegantes y al mismo tiempo impecables.
Qué le pasaba a esa chica? Acaso ella no sabia que sonreír tenia un precio?
Acaso nadie le habia enseñado que era sufrir?
Mis manos se apretaron con fuerza y me dio tanta rabia verla sonreír.
Yo seria el primero en enseñarle que para sonreír necesitabas aprender a sufrir.
Mi plan era simple. Primero: me dedicaría enamorarla con palabras bonitas y detalles pequeños que le llegaran al alma.
Segundo: despúes de enamorarla ella haría todo por mí, cambiaria su imágen porque de ninguna manera iba a andar con ella mientras tuviera ese horrendo aspecto y tercero: le arrancaría esa sonrisa de su rostro.
~♥~
Después de aquel día me dediqué a seguirla a los lugar que iba, que en definitiva no eran muchos; la biblioteca, el supermercado, el colegio, la pequeña cafetería y su casa; me era tan satisfactorio el plan que terminé obsesionado.
Ya era hora de que el plan comenzara, estaba fuera del colegio esperando hasta que sus amigas se marcharan en dirección contraria a la que ella se dirigia como todos los dias y minutos despúes eso sucedio, tal cual lo predije.
''Cuando te propones hacer algo no te detengas a pensar en el momento en que lo harás, hazlo al instante''.
Encendí mi moto, con una velocidad reducida y a una distancia prudente la seguí hasta que no vi más personas a su alrededor me acerqué, di un bocinazo haciéndola sobresaltar.
Ella volteo a ver tenia la mano sobre su corazón tratando de calmarlo, nuestras miradas se encontraron, sus ojos tenían un brillo especial que traspasaba ese vidrio grueso que tapaba casi la mitad de su rostro.
Me baje de la moto y me acerque a ella.
-una belleza como tú no debería caminar sola por un lugar tan desolado como éste solté tratando de ser amable pero lastimosamente fallé haciendo que la chica pusiera una expresión de miedo en su rostro y retrocedió unos pasos, la tomé del brazo y la hale con brusquedad haciendo que se chocara en mi pecho.
-no soy tan malo como crees susurre en su oído luego solté su brazo y la tomé de los hombros para ver su rostro, lágrimas caían de sus ojos grises que aún tenían ese brillo especial que se unía junto al miedo que le provocaba.
-te voy a llevar a tu casa, subete ordene señalando la moto.
-puedo ir caminando mi casa queda muy cerca expreso con voz temblorosa mientras se limpiaba las lágrimas con sus manos.
-no recuerdo haberte preguntado nada asegure,
-te dije que te subieras ordene. La chica me miró a los ojos tratando de adivinar lo que pensaba, luego puso una expresión de enojó.
-te dije que puedo irme caminando dijo en tono fuerte. Esa actitud me gustaba pero no era bueno para ella retarme.
-y yo te ordene que te subieras a la moto dije en tono enojado tomandola del brazo y halandola hacia la moto.
-me haces daño se quejó ella. La solté al instante y me subí a la moto, ella se quedo de pie junto a mi con una expresión de enojó.
-te subes o te subo solté.
-no voy a ir a ningún lado contigo, no te conozco replicó.
-ya habrá tiempo para eso aseguré halandola del brazo bruscamente. Ella se subió de mala gana y yo arranque a toda velocidad haciendo que ella me abrazara con fuerza logrando mi objetivo.
Conduje hasta el centro de la ciudad y detuve la moto.
-mi casa no es por aquí reprochó ella.
-necesitó hacer algo primero dije con seriedad.
-puedes soltarme ya pedí con enojó. Ella se dio cuenta de que aún me abrazaba y me soltó al instante como si hubiera sido un germen al que tocaba, se bajo de la moto, imite su acción y la tomé de la muñeca comenzando a halarla detrás de mí
-me duele se quejó cuando ya estábamos cerca al lugar a donde íbamos, la solté y seguí mi camino mientras miraba de reojo como ella frotaba su muñeca yendo atras de mí.
La chica al creer que me habia descuidado intentó salir corriendo pero la alcance, abrazandola con fuerza para que las personas que estaban a nuestro alrededor no armaran un drama de la situación.
-tranquila. Sólo vamos por un helado informé. Vi como fruncio el ceño con confusión.
-qué quieres? Se atrevió a preguntar fingiendo seguridad.
-que aceptes comer un helado conmigo propuse fingiendo una sonrisa sincera.
-un helado? Volvió a preguntar en tono confundido.
-un helado y te llevó a casa aseguré sonriendo de lado.
-está bien acepto empujandome para deshacer el abrazo pero fallando en el intento. Su fuerza era demasiado poca comparada con la mía. Sonreí con burla a lo que ella me miró con fastidio y luego me aparte dándole paso para que fuera adelante de mí. Tenía que vigilar que no tratará de escapar de nuevo.
Llegamos a la heladería, era un lugar bastante cómodo y acogedor.
Tomamos asiento en una de las mesas, mientras la mesera venía a atendernos decidí hacer una conversación para no hacer de esa situación algo incómoda.
-lo siento por traerte de esta forma me disculpe. Ella quien tenía su mirada sobre las manos, la levanto para mirarme con curiosidad.
-si querías venir conmigo a comer un helado. Por qué no pedírmelo de una forma más sutil? Pregunto golpeando la mesa con sus dedos como si fuera un tambor.
-si te lo pedía sutilmente, no ibas aceptar venir conmigo explique.
-de eso se trata. De insistir tantas veces que yo terminé aceptando opinó ella.
-no me gusta las cosas complicadas conté con toda confianza encogiendo mis hombros.
-y tu forma de conseguirlas es a la furza complemento.
-exactamente le di la razón.
Ella sonrió por primera vez desde que nos encontramos. La mesera llegó minutos después, pidió nuestra orden y nos trajo los pedidos.
Esa tarde la pase bien, fue un momento agradable, la conversación se torno placentera y el tiempo se paso volando.
La fui a dejar a su casa casi a las 7:30 de la tarde me fui de su casa con una sonrisa que se desvaneció cuando la perdí de vista, llegue a casa y volví a la realidad.
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Comments
pao😀😀🤪
sin darse cuenta cayo en su propio juego
2022-07-03
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