El abuelo contaba minuto a minuto mientras la pregrina dormia, el aire poco a poco se fue haciendo mas frio, el reloj marco las nueve y media cuando de pronto se escucharon los gritos de Sebastian, estaba muy angustiado no sabia si la joven que llebaba en sus barazos viviria.
Antonia comenzo a gritar el nombre de Juanita cuando miro a Sebastian entrar a la casa con una mujer en sus brazos, su corazon brico pensando que seria un milagro, el abuelo por un momento tambien lo penso pero pronto se dieron cuenta que era una joven muy diferente.
Desperto un poco pero solo repetia que estaba sola cuando volvio a perder el sentido. Sebastian insistia que habia que calentarla, la pobre estaba muy fria y mojada, podia ser peligroso mantenerla asi y en la casa solo habia un lugar donde acostarla, Antonia se negaba, el cuarto de su hija permanecia cerrado, intacto pero efectivamente la muchacha neceitaba un lugar para descanzar, se veia tan indefenza y fragil, ella no podia negarle eso, que hiba a saber ella si tenia quien la cuidara si sebastian la habia encontrado sola y en esas condiciones, el cielo se la habia mandado no podia negarse, asi que mando a la criada a cambiar las sabanas y abril el cuarto de Janita.
-.-
La peregrina se desperto y se veia confundida ante la escena, se habia quedado dormida, los niños tenian la culpa la habian contagiado con su vida por un momento y le habian hecho soñar que tenia un corazon caliente. Pero los tiempos cambian pero el resultado simpre sera el mismo, nadie puede evitarla y en un año estaria de regreso.
El abuelo la vio mirar detenidamente a Sebastian, ahora sabia cual era su objetivo, mala noche para ella se le habian escapado un hombre y una mujer, la peregrina insistia que solo lo esperaba a el y que talvez la mujer seria salvada por alguien mas o por ella misma, aun no era su tiempo, no hasta dentro de un año. La peregrina tambien estaba confundida, alguien estaba tratando de anticipar las cosas que debian pasar pero lo escrito en sus libros no podia cambiar, no estaba entendiendo muy bien pero sabia que regresaria y en sus pensamiento veia a un hombre y a una mujer con una corona de rosas en su cabello ahogada en el rio y por supuesto esta casa pero no en este momento. El abuelo supuso que estaba confundida por el sueño asi que se acerco a ella y le pidio que porfavor se marchara, que en esa casa ya habia hecho demaciado, que dejara en paz a la muchacha, estaba sola y haria mucho bien en esa casa llenando el vacio que dejo la otra, pero la peregrina sabia que a la vida y a ella siempre les pasaba los mismo, llegaban a donde tenian que estar, ella sabia de lo injusto de su misma existencia, el abuelo la consideraba traicionera por entrar a la casa disfrazada como si necesitara entrar, solo estar lo suficientemente cerca, como los humanos le temian pero renegaban tanto de la vida, como si fuera tan diferentes, una no podia existir sin la otra. El miedo que tenian era por que no sabian lo que habia del otro lado, la misma razon por la que los bebes lloraban al nacer. La peregrina tenia nombre de mujer y si les hacia algun daño no era por que ella quisiera. Hace mas de 50 años vio al hombre con los ojos verdes mas hermosos que habia visto y un dia no resistio la tentacion de besarle los ojos. El abuelo lo conocia como Alberto el viejo invidente que pedia limosna a cambio de algunas canciones en las afueras del pueblo y que jamas pudo regresar a su casa por que tampoco lo recordaba y por primera vez desde que la conocio sintio enojo, y una vez mas le pidio que se marchara y que dejara de envolverlo.
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