Era una noche lluviosa en la ciudad, los padres de Julia habian salido a una cena de negocios asi que ella y su tia habian cenado solas, a pesar de ser su unica familia ademas de sus padres Julia siempre creyo ver algo mal en su tia, nunca se habia casado y apesar de ser joven parecia jamas sonrreir, a menos claro que le hablaran de negocios, Darla habia querido aprender sobre el negocio de su cuñado y a pesar de su escasa educacion obtubo un puesto importante, Darla demostro ser muy habil para los negocios.
Julia estaba sorprendida dada que la cena era de negocios que solo sus padres habian asistido, su cena entre ellas fue tranquila y en silencio, desde niña su tía le había hecho comprender que ante ella tenía que guardar silencio o ganarse una mirada que podría aquietar a cualquiera y en algunas veces un castigo físico disfrazado de accidente, ella había aprendido que su tia no soportaba la alegría de nadie y menos la de ella, frente a sus madre era dulce y cariñosa pero en privado era otra historia.
Julia se preguntaba la razon de la amargura de su tia pero un dia dejo de preguntar cuando comprendió que de ella no recibiría nada. Hace años hacer esa pregunta le había costado una caída en bicicleta provocada por su tía. Nunca le dijo nada a su madre pero su tía la había empujado deliberadamente, años de accidentes pero ella nunca dijo nada.
De un momento a otro su tia se levanto de la mesa sacándola de sus malos recuerdos, Julia nunca escucho la puerta pero en cuanto vio las luces rojas y azules en la entrada de su casa sabia que algo andaba mal.
Recibio la noticia de la muerte de sus padres pero parecia que ella habia salido de su cuerpo y veia la escena desde afuera, no podia mas que sentir un dolor muy agudo en el pecho.
No parecia real, sus padres se habian salido del camino y caido en un peñasco, todo parecia ocurrir de manera automatica, su tia se habia encargado de todo el funeral y ella solo podia asentir a los pesames de otros conocidos de sus padres sin obtener ningun consuelo, hasta que una mujer se acerco a darle el pesame, no la ubiera notado como al resto pero sus manos estaban muy frías, tanto que al soltarla froto sus manos incomoda mientras la mujer ofrecía sus palabras de consuelo.
A simple vista seria una mujer como cualquier otra, vestida de negro, en un funeral pasaria despaercibida pero Julia se detubo a mirarla un momento esperando reconocerla. La mujer tenia el calle negro, una tez blanca muy palida y unos ojos grises que parecian muy grandes para su pequeño rostro pero no parecia fragil a pesar de su apariencia. Julia solo pudo leer sus labios cuando dijo -siento mucho tu perdida, deberías descanzar- primero escucho un murmuyo de voces y luego nada solo obscuridad.
Cuando finalmente desperto al dia siguiente se levanto de la cama y miro su reflejo en el espejo, no podia creer lo que habia pasado y de como no mas de 24 horas su mundo se habia desvanecido pero son esos momentos donde creia que no habia nada peor, bueno por lo menos hasta ese momento.
Darla entro a su cuarto sin previo aviso solo para informarle que tenia que abandonar la casa por que en su ultimo negocio su padre lo habia perdido todo y habian quedado en la ruina, Julia no sabia que hacer ni como responder a fin de cuentas lo mas valioso que tenia ya lo habia perdido y el dinero habia pasado a segundo plano, nada importaba.
Julia tenia ahorros pero no bastaban para seguir viviendo en la ciudad asi que decidio mudarse a la provincia de donde venia su madre, pero su tia no quiso irse con ella por que decia tener otros planes, ni siquiera tendria a su tia para hacerle compañia, no es que sirviera de mucho pero ahora sabia que estaba definitivamente sola.
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