Cap 20
– ¡Léa!.
¿Por qué no esta contenta?.
Ella fue la que dijo que viniera.
Léa se paro rápidamente de su asiento, y se aproximo hacia donde estaba su hermano.
– Gracias señorita Ingeel, por permitir que mi hermano ingresara a la mansión sin ser invitado.
Léa estaba realmente avergonzada.
– No se preocupe, después de todo se como es tener un hermano.
Contestó Lilit con una sonrisa.
Léa hizo una reverencia y se alejó del lugar para hablar con Richard.
– ¿Qué haces aquí?.
Pregunto Léa.
– Fue Liam quien me dijo que viniera a buscarte.
– Si lo se, yo se lo dije.
– Pero no tendrías que haber venido de inmediato.
– Aparte aquí se encuentran las princesas.
– Es una falta de respeto, ¡ni siquiera saludaste!.
– Ah, es cierto.
Contestó Richard tranquilamente.
– ¿Debería ir, y saludarlas como corresponde?.
Lilit y las princesas miraban desde sus asientos lo que estaban haciendo.
– El hermano de la señorita no es muy educado.
Dijo Beibei.
– Es cierto, no saludo a pesar de que su Alteza la princesa Anaisha se encontraba aquí.
Añadió Beisha.
– Creo que entiendo al joven maestro Richard.
– Ah estado separado de su hermana por bastante tiempo.
– Es normal que se alegre de verla.
Dijo Anaisha.
– A decir verdad, creo que el hermano de la señorita Lilit haría lo mismo en dicha situación.
– Pero princesa Anaisha, cabe recalcar que eso seria distinto ya que ellos tienen un mayor rango.
– Pero ellos solo son Marqueses es inaceptable que hagan eso.
Dijo Beisha.
Tan pronto como vieron que Léa y su hermano se acercaban dejaron de hablar del tema.
– Me disculpo por mi falta de respeto.
– Es un honor conocer a las Princesas del Estado de Long.
– También es gratificante ver a su Alteza La princesa Anaisha.
– Aunque es algo tarde la felicito por su compromiso Princesa.
– Muchas gracias Joven maestro Richard.
– Bueno como mi hermano vino por mi me retiro.
– No quiero causar molestias.
– No se preocupe señorita Léa.
– Que tenga un viaje seguro.
– Muchas gracias por su preocupación.
– Entonces me retiro.
Léa hizo reverencia y se retiro del lugar.
Las princesas y Lilit todavía se quedaron a pasar el rato en el jardín.
Hasta que se hizo tarde y ya tenían que regresar.
– Muchas gracias por habernos invitado a mi hermana y a mi.
Dijo Beisha.
– El honor es mío por haber tenido a las princesas aquí.
– Muchas gracias Señorita Lilit espero que en el futuro pueda seguir invitándome a sus reuniones.
– Así lo haré princesa Anaisha.
– Y me disculpo por mi hermano, ya que no vino a saludarla sabiendo que es su prometida.
– No se preocupe debe de haber alguna razón por la cual no vino.
– Eso no es excusa para no saludarla.
Las princesas subieron a su carruaje y partieron hacia el palacio.
Entonces Lilit entro a la residencia de nuevo.
– ¿Alguien sabe en donde estuvo mi hermano todo este tiempo?.
Lilit pregunto a los sirvientes.
– N-no señorita, no sabemos donde esta el Joven maestro.
– Ya veo.
– Entonces iré a su habitación, haber si se encuentra ahí.
– Como desee señorita.
Lilit camino lo mas rápido que pudo pero sin correr, ya que si lo hacia su madre la regañaría.
Hasta que llegó a su habitación.
– ¡Hermano!.
– Lilit.
Nathan estaba acostado en su cama.
Ya que no se sentía bien.
– ¿Qué te ocurre hermano?.
Dijo Lilit preocupada.
– No es nada creo que eh entrenado demasiado desde que llegamos a la capital.
– El cambió de clima debió afectarme.
– Para mañana estaré bien.
– Ya que mañana seré el compañero de su alteza la princesa.
– Lilit tu, ¿ya conseguiste un compañero?.
– Pues si eh recibido propuestas pero, creo que haré la entrada con nuestros padres.
– No habrá problema, ya que aun no eh debutado.
– Bueno me retiro hermano.
– Espero que te recuperes.
– Bien adiós.
En el palacio imperial.
Las princesas llegaron a salvo, cuando Anaisha bajo del carruaje Ivonne la estaba esperando.
Ivonne ya estaba demasiado ansiosa y molesta, ya que pensó que la princesa la defendería pero no fue así.
Cuando llegaron a la habitación de Anaisha le pidió a sus sirvientes que la dejaran sola con Ivonne.
A los sirvientes y a la niñera les pareció bastante normal ya que Anaisha lo hacia a menudo.
– Bien Ivonne ¿sabes por que estas aquí verdad?.
A simple vista Anaisha parecía no estar molesta ya que le estaba hablando amablemente.
– S-si.
– Entonces ¿reconoces tu error?.
De un momento a otro lado expresión de Anaisha cambió.
De tener una mirada amable, ahora tenia una mirada que daba miedo.
– Se muy bien que lo que hiciste, fue a propósito.
– Y me imagino que la señorita Ingeel también lo sabe.
– Pero al ver que no dijo nada yo también lo pase por alto.
– Y-yo Princesa se lo puedo explicar.
– Bien entonces hazlo.
Ivonne no sabia que decirle.
– B-bueno y-yo.
– No lo hice propósito se lo juro fue solo un accidente.
– ¿Como podría yo hacerle algo así a la Princesa?.
– Todavía tienes el descaro para mentirme.
– Bien como no reconoces lo que has hecho, te pondré un castigo.
– ¿Sabes cual es el castigo por tocar a alguien de la familia real?.
– No, bueno te lo diré.
– A esas personas que se atreven a hacerlo les toca la pena de muerte.
¿Qué?.
Ivonne se quedo helada al escuchar lo que Anaisha había dicho.
No lo podía creer.
La Princesa que ella conocía ni siquiera podía dar ordenes.
Todo en su palacio era controlado por su niñera.
– Le pido que me perdone, no sabia lo que estaba haciendo.
– Solo fue un desliz, no volverá a suceder, se lo prometo.
– Oh Ivonne, no te preocupes que ese no era tu castigo, solo te recordé por si se te ocurría algo de nuevamente.
– El castigo que te daré será este.
– Estarás encerrada en prisión por tres días, después de que salgas ya no serás mas mi dama de compañía.
– Solo serás una sirvienta en mi palacio, y si no estas de acuerdo puedes irte y regresar a la casa del Barón.
No, no puedo regresar.
Si regreso… otra vez será lo mismo, la esposa de mi padre me trataría como su sirvienta.
Mi padre me golpearía si algo le molesta.
Y a mi hermano no le intereso solo hace oídos sordos cuando me golpean.
Es mejor quedarme en el palacio.
– Le agradezco su misericordia Princesa.
– No tendrá quejas de mi así que me quedare y le seré de ayuda.
– Bien.
– ¡Niñera!.
– Dígame princesa.
– Encierra a Ivonne en prisión por tres días.
– Después de su salida dale un uniforme como a las demás y ponla a trabajar.
– S-si, así lo haré princesa.
Vaya esta no es la princesa de siempre.
Me alegro de que poco a poco vaya cambiando, ya que si no lo hace estar en esta familia seria un infierno.
Todos en el Imperio tanto plebeyos como aristócratas se están preparando para la celebración de año nuevo.
Desde muy temprano el palacio Imperial estuvo muy alborotado, al igual que la residencia del Gran Duque.
– Rápido traigan las cosas que faltan.
– Faltan mas pétalos de rosas.
– ¿El vestido ya esta listo?.
La habitación de Lilit estaba echa un caos.
No pensé que esto sería tan agotador.
Es tan difícil asistir a un banquete Imperial.
Pensó Lilit.
Por otro lado la habitación de su hermano era mas tranquila.
La de sus padres era igual de caótica pero era por la madre de Lilit.
Ya que su padre estaba listo hace rato.
– ¿Por qué se tardan tanto en arreglar?.
– Oh querido nunca lo entenderías.
– El arreglarnos para nosotras es como un arma.
– Así demostramos quien es la que tiene mayor control sobre las otras mujeres.
– Se podría decir que antes de mi esta la madre del segundo príncipe.
La madre del segundo príncipe.
Ambar Noiret Montiel.
Hija del Duque Montiel.
Al ser su única hija su padre la obligo a entrar al palacio como concubina.
Ya que no le servía de nada que se quedara en el ducado.
Puesto a que su hermano heredaría el titulo de duque.
Y siempre la presionaba al decirle que debía dar a luz un Príncipe pronto.
Ella entró al palacio con solo 18 años y dio a luz a Khalil poco después de cumplir 19 años.
– Después de ella yo soy la que esta en la cima del mundo social.
– Así que debo estar muy presentable.
Dijo con una sonrisa.
Así estuvo su residencia hasta que Lilit y su madre estuvieron listas para salir.
Lilit llevaba un hermoso vestido color lila con detalles en blanco.
Su madre llevaba un esplendido vestido que se apegaba a la forma de su cuerpo en color azul marino decorado con pequeños diamantes que simulaban un cielo estrellado.
Su padre y su hermano llevaban un traje blanco y el emblema de la familia.
Que era un escudo, que a los lados tenia unas alas de dragón y en medio dos espadas atravesadas.
– Las dos se ven increíbles.
Dijo Nathan.
– Si estoy de acuerdo las dos se ven esplendidas.
– Muchas gracias a los dos ustedes también se ven muy bien.
Dijo Clara.
– ¿No lo crees Lilit?.
– Si madre los dos son realmente apuestos.
Así todos se marcharon rumbo al a palacio.
En el palacio.
Como Anaisha había ordenado su niñera encerró a Ivonne en prisión.
Debido a eso no asistiría al banquete aunque era parte de la nobleza.
– Oh princesa, usted de verdad luce muy hermosa.
– Gracias niñera.
Anaisha como parte de la familia imperial al asistir al banquete debía vestir con color rojo.
Así que su vestido fue rojo con pequeños detalles en color dorado, y pequeña tiara.
– Voy a bajar, la familia de la señorita Lilit no debe tardar en llegar.
– Vaya con mucho cuidado, y diviértase en el banquete.
Anaisha bajo y en cuanto salió de su palacio vio llegar el carruaje de Lilit.
Los primeros en bajar fueron su padre y su hermano.
Después ayudaron a la duquesa y a Lilit a bajar.
– Saludos a la única estrella del Imperio.
Saludo Derek.
– Es bueno verlo Gran duque.
– Me alegro de verla princesa, se ve muy hermosa.
Dijo Lilit.
– Usted también se ve muy hermosa señorita Lilit.
– Al parecer usted va a entrar con sus padres ya que no trae acompañante.
– Así es princesa.
– Bueno hay que apresurarnos, El Emperador ya casi hará su entrada junto con los Príncipes.
Todos caminaron hacia el salón donde sería el banquete.
Cuando llegaron el Emperador aun no llegaba.
Entonces entraron.
– El Gran duque Ingeel esta entrando.
– La princesa Anaisha y su prometido el Príncipe Ingeel están entrando.
Cuando ingreso Anaisha todos hicieron una reverencia y la saludaron.
Seguido de ellos llego el emperador.
– Su Majestad El Emperador Ronald Wilmer de Edolas, Los Príncipes.
– Y la Concubina Ambar Noiret están entrando.
– Saludos y bendiciones al gran sol del imperio.
Todos saludaron.
– La Familia Real De Long Esta aquí.
– Es un gusto verle de nuevo Rey Quiang.
– Lo mismo digo Emperador Ronald.
Zhao no se veía muy contento de ver a Lilit, pero no podía hacer una escena otra vez.
Al igual que la Reina se veía molesta.
– Princesa Bumei, es bueno verla ya que no asistió a la reunión que realice.
– De verdad lo siento pero no me encontraba muy bien de salud.
– ¿Pero ahora ya esta mejor?.
Preguntó Lilit.
– Si solo fue un pequeño percance.
– Señorita Lilit es bueno verla de nuevo.
Dijo Beisha.
– También me alegro de verlas Princesas.
– Sus vestidos son hermosos.
– Muchas gracias.
– Al parecer su hermano no se encuentra muy emocionado de estar aquí.
– Oh eso es por que la ultima vez nuestro padre lo reprendió muy seriamente.
– Oh ya veo.
– El príncipe Yong también se encuentra muy serio.
– El siempre es así casi nunca habla, solo se le ve feliz cuando se encuentra con su madre.
– La madre del hermano Yong es realmente hermosa y amable.
Dijo Beibei.
– Beibei guarda silencio, si madre te escucha serás regañada.
– Escuche que mañana por la mañana regresaran a su Reino.
– Así es, mi padre ya no puede quedarse mas tiempo aquí.
– Espero que puedan volver a visitarnos pronto .
– Yo también duele bueno estar con usted Princesa Lilit.
– Mañana no podre estar ahí cuando se vayan ya que nosotros también partiremos por la tarde y estaré ocupada.
– No se preocupe entendemos.
– Y la princesa Anaisha ¿Dónde esta?.
– Esta saludando a varias personas junto a mi hermano.
– Ya veo.
– Nosotras nos vamos nuestra madre nos esta llamando.
– Oh esta bien vayan.
– Señorita Lilit es bueno verla.
– Oh señorita Léa.
– Sir. Liam.
– Es bueno verla otra vez princesa Lilit.
– Si hace tiempo que no lo veo.
– ¿No era su hermano quien la iba a acompañar esta noche?.
– Si así era, hasta que en algún punto quedó rodeado de señoritas.
– Oh, veo que es muy popular.
– Atención su Majestad El Emperador dirá unas palabras.
– Este fue otro año prospero para el imperio gracias al Gran duque Ingeel que nos protege de las amenazas que llegan.
– Eso es de gran apoyo para nosotros.
– Sin nada mas que decir espero que todo disfruten de este banquete.
Después de eso el emperador se fue a sentar junto con los príncipes.
Así fue toda la noche las personas hablaban hubo un momento para que las parejas bailaran.
No hubo nada fuera de lo común.
Hasta que llego a el momento de que todos se estaban retirando del banquete.
– Nosotros ya nos retiramos Su Majestad.
– Oh, si vayan con mucho cuidado Gran Duque Ingeel.
Así la familia de Lilit salió del palacio y regresaron a su residencia.
– Ufff, eso fue realmente agotador madre.
– Tienes razón, por un tiempo ya no asistiremos a este tipo de eventos no te preocupes.
– Eso es bueno, ya quiero regresar a no nuestro territorio este clima no me gusta.
– Tienes razón nuestro clima esta mucho mejor.
– Aunque en invierno será mas favorable pasarlo en la capital hace menos frío.
Llegaron y lo primero que hizo Lilit fue darse un baño y dormir ya que se había levantado muy temprano.
Al día siguiente Lilit preparaba las cosas que tenia que llevar de regreso a su casa.
Cuando ella despertó la Familia Real de Long ya estaba regresando a su Reino.
El único que fue a despedirse fue su padre ya que era un noble Importante.
– Por fin regresare a casa.
Regresando aclararemos el asunto del Vizconde Marcus.
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