Cap 14

Bendición y Maldición.

Cap 14.

Por fin había llegado el día más esperado por Lilit y su madre.

Desde temprano el Gran ducado estuvo echo un caos.

Lilit se levanto desde muy temprano para prepararse.

Primero la bañaron en agua de rosas, para después darle un masaje en todo el cuerpo y dejarla descansar durante una hora.

Al terminar el descanso le pusieron una bata, y comenzaron con su peinado.

Con Nathan hicieron lo mismo pero en cambio para bañarlo ocuparon esencia de lavanda ya que el usualmente ocupaba ese aroma.

Palacio de la princesa:

– Princesa ya tiene que empezar a arreglarse para la fiesta.

Anaisha aun seguía en su cama.

– Ya voy nana.

Los preparativos para bañarla no fueron especiales solo fue su rutina de baño normal.

Solo que esta vez su baño se aromatizo con un aceite nuevo que le habían enviado de el estado de Long.

Una esencia que era de frutos rojos que solo se consiguen en Long.

– Mmm que este aroma huele muy bien.

– Es un nuevo aceite que le enviaron del estado de Long Princesa.

– Ya veo esto realmente me gusta.

– Dile al mayordomo que se encargue de conseguir más.

– Si Princesa.

Regresando al ducado.

– ¡Madre! ¡Madre! Estoy lista.

– Fue un poco agotador, pero quede muy bien.

– Oh Lilit, quedaste muy hermosa.

– Gracias madre.

– Oh madre, que bien estas quedando.

A Clara ya solo le estaban arreglando el vestido.

Llevaba un hermoso vestido color azul, con los hombros descubiertos que combinaba muy bien con el color de sus ojos.

– Gracias Lilit.

– Ya estoy lista, vayamos a ver a tu padre.

– Si.

Las dos fueron a ver al duque para después ir a recoger a Nathan e irse al salón donde iba a ser la fiesta.

Como el duque y la duquesa iban a vestir conjuntos combinados las dos estaban ansiosas sobre como se veía Derek.

Derek llevaba un conjunto en mismo color que Clara a excepción de su camisa que era blanca, también llevaba un pañuelo en color negro al igual que su corbata y zapatos.

– Wow cariño te ves increíble.

– Gracias ustedes dos también se ven muy bien.

– Son muy hermosos su vestidos.

Lilit llevaba un vestido de manga larga color gris con pequeñas flores en color rosa que era corto por la parte de enfrente y lo suficientemente largo en la parte de atrás para llegar al piso.

– Ahora vamos a ver a mi hermano.

Dijo Lilit con una gran sonrisa.

– Siento que estas mas feliz de ver a tu hermano que a tu padre Lily.

– O-oh no es así jaja.

– Sólo que es la primera vez que mi hermano se viste formalmente.

Por fin llegaron a la habitación de Nathan.

Lilit estaba muy emocionada por ver a su hermano.

Toc, toc,

– Adelante.

Contesto Nathan.

– Soy yo hermano.

– Oh Lilit hoy estas muy linda.

– Wow mi hermano se ve genial.

El conjunto de Nathan era negro pero con detallen en color rosa.

– Tienes razón Lilit, tu hermano se ve genial.

– Oh, también están aquí.

– Madre te vez muy hermosa.

– Oh, gracias cariño.

– Tu también te vez bien padre.

– Bueno ya dejen de hablar que vamos a llegar tarde.

– Padre tiene razón, hay que apurarnos.

Subieron todos al carruaje y se marcharon.

Cuando llegaron el salón de fiesta estaba muy animado.

Primero bajo Derek y ayudo a Clara a bajar.

Después bajo Nathan y ayudo a Lilit.

Ya todos estaban el la puerta del salón listos para entrar.

– La familia Ingeel esta entrando.

Todos se quedaron en silencio y voltearon hacia arriba donde estaban Lilit y su familia.

Pero todas las miradas se enfocaban en Nathan, mas que en Lilit que era el personaje principal de la fiesta.

Ya que nadie conocía al dichoso hijo de la pareja Ducal.

– Es mi imaginación oh ¿todos están viendo a mi hermano?.

Pregunto Lilit.

– No es nada cariño, no prestes atención.

– Esta bien madre.

Cuando bajaron al salón todos empezaron a saludar a Derek y a Clara.

Después de eso saludaron a sus dos hijos.

– Hola es un gusto conocerlo, Marqués Garden.

– Le deseo un feliz cumpleaños Princesa.

– Un gusto Marqués.

Saludo Nathan.

– Oh vaya, pero si es el famoso hijo del Gran duque.

– A decir verdad, si te pareces a tu padre.

– Es una pena que la Gran duquesa no sea tu madre.

Dijo maliciosamente.

– Marqués, le pido que cuide sus palabras con mi hermano.

– De lo contrario me veré en la obligación de informarle de esto a mi padre.

– O-oh lo siento no hay que molestar al duque con cosas tan triviales.

– Eso espero.

– Espero que los demás también hayan escuchado esto.

Después de las palabras de Lilit ningún otro noble trato de insultar a Nathan.

– Uff, que cansado Lilit.

– Saludar a tantas personas es agotador.

– Lo se hermano, pero ahora podemos descansar.

– Hay que ir por algo para beber.

Cuando Lilit y su hermano se dirigían asía la mesa de bebidas el escolta que estaba en la puerta de el salón hablo.

–¡Atención! La única estrella de el imperio esta aquí.

– La Princesa imperial Anaisha Koemi de Edolas esta entrando.

– ¿Qué?.

Lilit se quedo en shock cuando vio entrar a la princesa.

La princesa que era muy hermosa vestida un hermoso vestido de color rojo que representa a la realeza.

Ese color le quedaba bastante bien ya que combinaba con el hermoso color naranja de sus ojos.

Todos se inclinaron y saludaron a la Princesa.

Derek se acerco y saludo a la princesa.

– Es un honor que la pequeña estrella del Imperio este aquí.

– El placer es mío, gracias por haberme invitado a la fiesta Gran duque.

Por la impresión Lilit apenas se había dado cuenta que Ivonne estaba allí.

– Saludos a la señorita y al joven maestro Ingeel.

Lilit no se acostumbraba a la presencia de Ivonne.

Entonces decidió ignorarla.

– ¿Estas bien Lilit?.

– Si hermano estoy bien.

– Solo estoy un poco cansada.

– Vamos a descansar te acompaño.

– Gracias hermano.

Ivonne estaba muy molesta ya que Lilit no le devolvió el saludo.

¿Qué hace la princesa aquí? ¿Por qué mi padre no dijo nada sobre eso.

No puede ser, el Emperador esta planeando algo, ¿Qué voy hacer si esto afecta todo lo que ya logre?.

No, no cálmate Lilit hay que esperar, esperemos haber que sucede.

Después de salir del salón de baile Lilit comenzó a sentirse mareada.

¿Qué pasa conmigo? Estaba bien hace un rato.

¿Fue por que vi a Ivonne?.

Pensó Lilit.

– Lilit ¿estas bien?.

– Oh si, si estoy bie-.

Antes de que terminara de hablar Lilit se desmayo.

Ante tal situación Nathan entro en pánico.

– Lilit! Lilit!, despierta.

– Alguien! Ayuda!.

Nathan comenzó a gritar.

Derek estaba con la Princesa pero al escuchar los gritos de Nathan salió apresuradamente.

– ¿Qué paso?, ¿Qué le ocurrió?.

Lilit solo escuchaba entre sueño que alguien la llamaba, pero no podía abrir los ojos, sus parpados pesaban demasiado.

Derek levanto a Lilit y la llevo a una de las habitaciones que había en el salón.

Lilit al ver la silueta de su padre se sintió mas aliviada y cerro sus ojos por completo.

– Gran duque, ¿Qué piensa sobre lo que le estoy ofreciendo?.

Lilit escucho una voz muy familiar.

Era Caydel.

– ¿Cómo me puede asegurar su majestad que lo que dice es cierto?.

¿Qué esta pasando? ¿Por qué estoy en el palacio imperial?.

– ¿Gran duque no confía en mi?.

Derek se quedó en silencio.

– Esta bien entiendo Gran duque.

– Se lo puedo asegurar en el nombre de la diosa Selene.

– Si usted se entrega, no le tocare un solo pelo a Lilit ni a su esposa.

– Las cuidare bien por el resto de su vida.

– Esta bien su majestad ya que lo a jurado en nombre de la diosa.

– Me entregaré como desea.

– Sólo déjeme ver a mi hija una última vez.

– Esta bien Gran duque le concederé eso.

– Un día después de que vea a Lilit, tendrá que entregarse.

Caydel sonrió victorioso.

Aunque el Gran ducado Ingeel era un fuerte apoyo político, también era una gran amenaza a la familia imperial.

Al poseer la habilidades del dragón, superaban el poder que la Familia Imperial había heredado de la diosa.

¿Qué? Mi padre se entregó.

Lilit estaba tan sorprendida de lo que había escuchado.

Ella recordaba con exactitud el día que vio a su padre por última vez.

Fue en el jardín imperial tomaron té y charlaron un poco, pero Lilit no le presto mayor interés.

Solo estaba un poco desconcertada ya que cuando su padre se fue no se despidió como de costumbre.

Si no con un abrazo y unas palabras que nunca olvidara.

– Cuídate mucho mi querida hija, no dejes que nada te pase ni a ti ni a tu madre.

– Tienes que protegerte y protegerla.

– Entonces me retiro su majestad la Emperatriz.

Lilit no pudo contener el llanto al saber que esa vez su padre se esta despidiendo.

Y que ella no pudo hacer nada para salvar a su madre.

¿Pero, por que?, ¿Por qué estoy viendo esto?.

Caydel había engañado a Derek.

Con el fin de que el se entregara como traidor, prometió no hacerle nada a su familia.

Pero después de que anunciaran la traición del Gran ducado y decapitar a Derek de inmediato, Caydel llevo soldados a la mansión del Gran duque y mato a todos los sirvientes dejando solo a la duquesa con vida.

Para después llevársela al palacio imperial y ser decapitada junto a Lilit.

Pero Caydel al hacerle la promesa en nombre de la diosa no sabía lo que le esperaba.

El primer Emperador dejo muy en claro que las promesas que se hacían en el nombre de la diosa debían cumplirse.

De lo contrario la diosa se enojaría y desataría un caos en el imperio.

Como mandar epidemias, secar los campos de cultivo, y contaminar el agua.

Y al hacer eso todos en el imperio sufrirían, por tener tierras estériles y una gran sequía.

Edolas al ser el imperio mas grande no encontraría suministros de otros pequeños reinos.

Pero Caydel no creyó en lo que sus antecesores habían escrito.

Unos meses después de haber exterminado a la familia Ingeel, el imperio empezó a caer en la desesperación.

– Su majestad los aldeanos reportan que los campos de cultivo se han secado.

– ¿Qué? ¿Cómo es eso posible?.

De repente entró otro sirviente.

– Su majestad esto es terrible se a presentado una terrible epidemia a las afueras de la capital.

Entonces Caydel empezó a recordar lo que estaba escrito en los libros.

– Manden a llamar al sumo sacerdote de inmediato.

– Si majestad.

Poco después llego el sumo sacerdote.

– Me llamo su majestad.

– ¿Hubo algún cambió en el templo?.

– Recientemente la diosa expreso su irá.

– Secando los campos de cultivo y ahora una epidemia.

– Según las acciones de la diosa, ¿es posible que su majestad allá prometido algo que no cumplió?.

Caydel se quedo callado y apretó los dientes del enojo que sentía.

– Al ver que no hay respuesta asumo que lo hizo.

– La furia de la diosa no parara, hasta que usted renuncie al trono y alguien mas tome su lugar.

– ¿Qué es lo que está diciendo?.

– Yo no cederé mi derecho a gobernar, solo por unos pequeños problemas.

– Si esa es su decisión, la respetare.

– En cambió la diosa no lo hará, y vendrán desgracias mas grandes.

– Sal ahora mismo de aquí!!!.

– Me retiro su majestad.

Como lo dijo el sacerdote desgracias mas grandes se acercaron.

– ¡Su majestad, la Emperatriz Ivonne esta dando a luz!.

– ¿Cómo?, No es demasiado pronto.

– Si lo es pero la doctora dijo que el bebé ya viene en camino.

Tras varias horas de labor de parto, por fin el bebé había salido.

– Doctora ¿y mi bebé?.

– ¿Qué pasa con el por que no llora?.

– Lo siento tanto Emperatriz, pero su alteza el príncipe murió.

– ¿Que estas diciendo?, es mentira no puede ser.

– Al nacer tan prematuramente, el bebé nació débil y no aguantó.

–NOOO!!.

Desde afuera Caydel escucho el grito de su esposa.

– ¿Qué paso por que gritas?.

– Lo siento su majestad el Emperador, pero el bebé murió.

– ¿Qué?.

– Lo siento mucho.

– Esta bien Ivonne pronto tendremos otro hijo.

– No te preocupes.

Dijo Caydel para consolarla.

–S-su majestad siento informarles esto pero, la Emperatriz después de este parto quedo estéril.

– Es por eso que el bebé nació antes, ya que la matriz de la Emperatriz es muy débil para retener al bebé.

Los sirvientes empezaron a murmurar.

– Esto es culpa del emperador.

– La diosa lo esta castigando.

– Si no fuera por que rompió una promesa, esto no estaría pasando.

Después de lo sucedido Caydel fue cayendo en la locura y finalmente lo destronaron.

– Lilit, me escuchas!.

Poco a poco Lilit abrió los ojos.

Su mamá, su papá y su hermano estaban con ella.

– ¿Te sientes bien?

Pregunto Nathan.

– Estoy bien solo me desmaye, no tienen de que preocuparse.

Dijo Lilit con una sonrisa.

– Yo creo que fue por el cansancio.

– Pero ustedes, ¿no deberían estar en el salón?.

– Cariño, como podríamos dejarte sola.

– Absolutamente no.

– Estoy bien madre con un poco de descanso estaré bien.

– Además la princesa esta aquí deberían acompañarla.

– ¿Estas segura?.

– Si estoy segura, pueden irse yo me quedare aquí y descansare.

– Esta bien, en un rato vendremos a verte.

– Si.

Lilit sonrió y los tres salieron de la habitación.

Lilit todavía seguía desconcertada sobre lo que había visto en sus sueños.

No podía creer que su padre se hubiera sacrificado por ella y su madre.

Pero todavía no sabia el por que había visto eso.

– Ahhh, ¿Qué debería hacer?.

Lilit obtuvo eso recuerdos gracias a la princesa Anaisha.

Ya que ella llevaba consigo una reliquia de la diosa.

Un pequeño broche para el cabello con la forma de la luna.

Que el templo le había dado en su décimo cumpleaños.

Pero esto era un echo que Lilit desconocía.

Que La diosa había sido la que le dio una segunda oportunidad de vivir.

Ya que en su primera vida, por la codicia de uno de sus descendientes le fue arrebatada su vida.

Esta segunda oportunidad era un regalo que le estaba dando a Lilit.

Por otro lado a Caydel le fue arrebatada la bendición de la diosa.

Cosa que aun no sabia el Emperador.

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Comments

Claudia Patricia Cruz Saa

Claudia Patricia Cruz Saa

Autora que Lilit le confiese la verdad a sus padres, que les diga que fue un sueño cómo una premonición, y que también le comenté a su padre lo que vio haciendo al vise capitán y sus sospechas sobre el, para que su padre sepa que hacer

2025-01-15

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