Cap 19

Cap 19

Después de que se fue Ivonne, Lilit le presto un vestido a Beisha para que se cambiara, puesto a que el atuendo que traía estaba todos mojado.

– Señorita.

– Ya esta lista la Princesa Beisha.

Marie le había ayudado a cambiarse, y también la guio hacia el jardín

– Muchas gracias Marie.

– No es nada señorita.

– Gracias por prestarme uní de sus vestidos señorita Ingeel.

– Aunque debo decir que su vestimenta es demasiado ligera.

– Oh, jaja lo escucho a menudo.

– Ya que yo entreno con la espada, usualmente siempre llevo pantalones, y se me dificulta andar con los vestidos que están muy decorados.

– Oh, entiendo.

– Pero con el clima del Imperio, son bastante prácticos.

Dijo Beisha.

– Oh, es muy lindo el vestido que llevas hermana.

Dijo Beibei.

– Pero Princesa Anaisha, su doncella debe recibir un castigo acorde a lo que hizo.

– Tiene razón, Ivonne tiene que recibir un castigo por haber cometido un error como ese.

Contesto Anaisha.

– Cuando la reunión termine yo misma le daré un castigo.

– Estoy de acuerdo.

Dijo Beibei.

– Yo recomendaría que la echara del palacio lo antes posible.

Dijo Beisha.

Por otro lado Léa se quedo callada ya que consideraba a Ivonne su amiga.

– Bueno señorita yo me retiro.

Marie hizo una reverencia y se marcho.

– Ya que terminamos de mirar el al rededor ¿Qué les parece si ya sirven el té?.

Sugirió Lilit.

– Me parece bien.

– Si a nosotras también nos gustaría empezar a beber el te que preparo para nosotras.

Dijeron las gemelas.

Ahora que presto atención, no vino la princesa Bumei.

Pensó Lilit.

– Por favor díganles que ya empiecen a servir el té, y a traer los bocadillos.

Ordeno Lilit.

– Princesa Beisha, puedo preguntarle algo.

– Claro dígame.

– ¿Por qué la princesa Bumei no asistió a la reunión?.

– ¿Hay otra princesa?.

Pregunto Léa.

– Así es pero el día de hoy no vino, por eso pregunto.

– Él día de hoy no asistió ya que le informo a mi padre que no se sentía bien.

– Oh ya veo.

– Espero verla en el banquete de año nuevo.

– Cierto el banquete se celebrara el día de mañana.

– ¿Ustedes ya tienen su atuendo listo para el banquete?.

Pregunto Beibei.

– Yo ya lo tengo, mi madre y yo nos apresuramos a hacer el pedido con anticipación.

Dijo Lilit.

– Mi atuendo también ya esta preparado mi niñera se encargó de eso.

Dijo Anaisha.

– El de nosotras también llevaremos vestidos a juego.

Dijo Beibei entusiasmada.

– Mi vestido también ya esta preparado.

Dijo Léa.

– Hablando de eso ¿Quiénes serán sus escoltas?.

Pregunto Léa curiosa.

– Como ya saben estoy comprometida con el hermano de la señorita Lilit, así que el sera el que me escolte.

– A nosotras nos escoltara nuestro hermano.

– Y a Bumei la escoltara el hermano Yong.

– Y ¿a usted señorita Ingeel quien la escoltara?.

Preguntó Beisha.

– Eso no lo se, creo que entrare junto a mis padres.

– ¿Qué?.

Todas se sorprendieron.

– ¿No tiene a nadie que la acompañe?.

– Estoy segura de que le habrán llovido cientos de propuestas para escoltarla.

Dijo Léa.

– Si esta en lo correcto, pero no me agrada ninguno de los candidatos.

– Todos los candidatos que solicitaron ser mi escolta, cada uno apoya a diferentes príncipes.

– Y no quiero comprometer a mi familia, ya que somos neutrales.

– No aceptare a ninguno.

El primero que envió una carta para solicitar ser ni escolta fue el odioso de Caydel.

Definitivamente rechace su petición.

No la había mandado solo por que quería se mi escolta si no para hacer creer que somos cercanos y así los otros nobles lo vean.

El segundo fue el Príncipe Khalil.

No se por que razón lo hacía.

Así que no eh rechazado su petición pero tampoco la eh aceptado.

El tercero era el hijo del Duque Osmond.

Jacob Osmond.

El es mayor que mi hermano tiene 16 años al igual que sir. Liam.

El duque Osmond es alguien que apoya fuertemente a Caydel, así que tampoco lo acepte.

Y por ultimo el hijo del Marqués Jensen

Hernan Blair Jensen.

El tiene 14 años.

El Marqués Jensen es uno de los aristócratas que apoyan a Khalil.

Después de todo la señorita Ingeel es la única que se da el lujo de rechazar al príncipe heredero.

Pensó Léa.

– ¿Qué hay de usted señorita Léa?.

Preguntó Lilit.

– ¿Quién la escoltara?.

– Mi hermano, el va a escoltarme.

Dijo con una amplia sonrisa.

– ¿El hermano de la señorita?.

– ¿No estaba el Joven maestro Richard estudiando fuera del Imperio?.

– Así era pero, ayer recibí la noticia de mi primo Liam que mi hermano regresa hoy.

Ahora tendré el honor de conocer al mejor investigador del Imperio.

En mi vida pasada Richard fue muy conocido por haber encontrado piedras mana, en una mina dentro del territorio Ingeel.

El Emperador lo reconoció, ya que había aportado un gran logro al Imperio.

Dado a que las piedras de mana eran muy valiosas, se vendían en un alto precio en el mercado.

Solo un poco después de que Léa salió de la residencia del Marqués Bonner, llego su hermano.

Como su familia no sabía exactamente a que hora llegaría, no lo estaban esperando.

– ¡Marqués! ¡Marquesa!.

Entro apurado su mayordomo a la habitación donde se encontraban.

– ¿Qué pasa Fhilip?.

– ¡El joven maestro esta de regreso!.

– Richard regreso.

La Marquesa se apresuro a salir de la habitación.

Cuando estaba a punto de bajar las escaleras, cuando lo vio de espaldas.

– ¡Richard!.

Con una voz temblorosa grito la Marquesa.

Richard se apresuro a dar la vuelta cuando escucho la voz de su madre.

– ¡Madre! Estoy de regreso.

Dijo con una sonrisa cálida en su rostro.

La Marquesa bajo rápido y se le abalanzó encima a Richard.

– Oh mi pequeño hijo. ¿Cuánto has crecido?.

– Ya no eres ese pequeño niño tierno que no quería irse de mi lado.

Cuando el Marqués Bonner dio la orden de que Richard se fuera a estudiar fuera del Imperio, Richar tenia solo 7 años.

– Has crecido maravillosamente.

– Lo se madre, eh crecido bastante.

– Veo que has vuelto.

Dijo el Marqués Bonner con una voz firme.

– Si padre, ah pasado un tiempo.

Richard se inclino y saludo a su padre.

– Espero que hayas aprendido apropiadamente todo lo que te enseñaron.

La familia del Marqués no se enfocaba en enseñar a sus sucesores el arte de la espada, ya que ellos se destacaban mejor en conocimiento .

Pero el padre de Richard se destacaba en ambos aspectos.

Por ello el Marqués es el que se encarga de realizar las estrategias junto al padre de Lilit, cuando van a la guerra.

– Claro eh aprendido muy bien.

– Eso espero.

Después de esa corta conversación el Marqués se retiro.

– Por cierto, ¿en donde se encuentra Léa?.

– Ella fue invitada a una reunión por la hija del Gran duque.

– Ella ya debería de haber llegado a la residencia Ingeel.

– Primo, tanto tiempo sin verte.

Dijo Liam.

– Lo mismo digo Liam, tanto tiempo.

Cuando Liam llego al Marquesado, solo convivo unos pocos meses con Richard, ya que los dos se separaron cuando fueron a estudiar fuera.

– Saludos Marquesa.

Liam saludo a su Tía.

– Hola Liam.

– Al parecer te hasta vuelto muy bueno con la espada.

Hizo un comentario Richard.

– No es para tanto.

– Hay alguien que me supera en esto.

– ¿Quién podría hacerle frente a un genio que aprendió solo viendo?.

– Se trata de la hija del Grande Duque Ingeel.

Richard se sorprendió.

– Pero la hija del Gran Duque no practica con la espada.

– Además ¿ella no tiene la misma edad que Léa?.

– Si, tienes razón.

– Pero después de todo es un descendiente de la familia Ingeel.

– Eso es cierto.

– Ah, te tengo un recado de parte de Léa.

– Dijo que si llegabas antes que ella la fueras a recoger.

– Oh ya veo, gracias por decírmelo.

– No es nada.

– Me retiro.

– Con su permiso, que tenga un agradable día Marquesa.

– Entonces madre voy a tomar un baño, comeré algo y después iré por Léa.

– Me parece bien hijo.

Regresando con Lilit.

– Ah vaya, entonces me alegro por el regreso de su hermano.

– Muchas gracias señorita Ingeel.

– No es nada.

Los sirvientes llegaron con todo para que empezaran a disfrutar del té.

– Que color mas peculiar tiene este té.

Dijo Beisha.

Era un color rojo intenso que se parecía a la sangre.

– Es cierto.

Dijo Anaisha.

– ¿Qué tipo de té es este?.

Dijo Léa.

– Es un té que se consume mucho en el este del Imperio.

– Es un té frutal echo a base de puros frutos rojos.

– Por eso tiene ese peculiar color.

– Ya veo.

Contestaron.

– Por favor prueben.

Todas procedieron a probar el té.

– Wow, esto es realmente delicioso.

Dijo Beibei.

– Es un sabor que jamás había probado.

Dijo Beisha.

– También se puede sentir el aroma frutal.

Añadió Léa.

– Y, ¿a usted princesa Anaisha?.

– ¿Qué le pareció este té?.

– Como las otras señoritas dijeron, este té es demasiado bueno.

– Me alegro de que allá sido del agrado de todas.

Así estaban pasando el tiempo comiendo, bebiendo, y platicando.

Cuando el mayordomo se acerco a Lilit.

– Señorita.

– Si dime ¿Qué pasa Daryon?.

– Al parecer tenemos un invitado no invitado.

– ¿Qué quieres decir?.

Cuestiono Lilit.

– ¿Pasa algo señorita Lilit?.

Dijo Anaisha.

– Oh no es nada, no se preocupe.

– ¿De quién se trata?.

– El es el Joven del Marquesado Bonner.

Ah ya veo probablemente sea el hermano de Léa.

Pensó Lilit.

– Esta bien, déjelo pasar y tráigalo hasta aquí.

– Si entiendo.

Entonces Daryon se marcho.

– Señorita Léa parece que tiene visita.

– ¿Qué de que habla?.

Fue cuando vio a su hermano entrando con el mayordomo, que se dio cuenta a lo que Lilit se refería.

– ¡Léa!.

Grito desde donde estaba.

¿Qué hace el aquí, acaso esta loco?.

¿Planea hacerme quedar en ridículo?.

Esos fueron los pensamientos de Léa.

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