Cap 13

A Lilit se le estaba haciendo tarde para acompañar a su madre.

– Lilit cariño, ya tenemos que irnos.

– Ya voy madre.

– Dame un momento.

Lilit y su madre iban de camino a encontrarse con Madame Dane.

Lilit por fin salió de su habitación.

Vestía un hermoso vestido color Rosa pálido de mangas largas decorado con pequeñas flores en la parte de arriba.

Como iban a salir ambas llevaban guantes y un sombrero.

– Estas muy hermosa cariño.

– Tu también madre.

Como ya estaban listas para partir, salieron de la mansión y subieron al carruaje.

– Madame Dane.

– ¿Si que pasa?.

– La gran duquesa y su hija están aquí.

– Déjalas pasar.

– Guíenlas a la sala de las flores.

La sala de las flores solo es ocupada por nobles poderosos.

A la cual solo ingresaban la Familia Imperial y la Familia Ingeel.

– Es un honor tenerla aquí Gran duquesa.

– Por lo visto hoy viene acompañada de su pequeña hija.

– Es un placer conocerla Madame Dane.

Lilit saludo con uno modales perfectos que Madame Dane quedo fascinada con ella.

– Que buenos modales tiene señorita.

– Es un honor tenerla aquí.

– Supongo que vienen por una reservación.

– Así es Madame Dane.

– Quiero reservar el salón diamante.

– Para el mes que sigue el día 9.

– Muy bien Gran duquesa.

– Como va a hacer la decoración.

– La decoración tiene que verse elegante pero a la vez un poco juvenil.

– Ya veo ¿va hacer la señorita una fiesta?.

– Si, va a ser para mi fiesta de cumpleaños donde también celebraremos el de mi hermano.

– Su ¿Hermano?.

Madame Dane miro a la duquesa con una cara de confusión.

– Oh, ¿No se entero?.

– Ahora tengo un hijo.

– Y su cumpleaños ya paso hace meses.

– Entonces lo celebraremos junto con el de mi hija.

– O-Oh ya veo.

– Entonces haré lo mejor que pueda para complacerla.

– Si espero que así sea, Madame Dane.

Después de terminar con los detalles del salón Clara y Lilit salieron.

Subieron al carruaje y partieron hacia la mansión.

Pero en el camino de regreso Clara vio algo que le intereso.

– Paren por favor.

– ¿Qué pasa madre?.

Clara miro a Lilit con unos ojos brillantes y entonces Lilit se dio cuenta.

Su madre había visto una tienda de postres.

– Oh ya veo.

Clara bajo del carruaje y entro a la tienda.

Después de unos minutos Clara salió con dos cajas llenas de deliciosos postres y entro al carruaje nuevamente.

– Madre ¿no compraste demasiado?.

– Oh, claro que no cariño.

– A tu hermano también le gustan los dulces.

– Oh es cierto.

A Nathan le encantaban tanto los dulces como a su madre.

Después de un largo camino de regreso, llegaron a la mansión.

– Madre, Lilit regresaron.

– Si, ya tenemos listos los arreglos para el salón hermano.

– Nathan querido traje algo realmente bueno.

– ¿Qué es lo que trajiste madre?.

– De camino a casa vi una tienda de postres a si que traje algunos para comer cuando tomemos el té.

– Wow, eres increíble madre hay que comerlos ahora.

– Preparen té y llévenlo al jardín esmeralda.

Ordeno Lilit.

– Si princesa en un momento se lo llevamos.

El jardín esmeralda, es un jardín privado al que solo entran miembros de la familia.

Esta prohibido para los visitantes entrar a dicho jardín.

Nathan nunca había ido al jardín esmeralda esta seria si primera vez.

– ¿Jardín esmeralda?.

– Oh cierto, mi hermano no ha ido al jardín esmeralda.

– El jardín esmeralda es muy hermoso es mas parecido a un invernadero ya que incluso la flores florecerían en pleno invierno.

– Pero también es mas grande que un invernadero.

– Oh ya veo.

Cuando llegaron al jardín Nathan quedo asombrado.

El jardín era increíblemente hermoso, no por nada se llamaba así,

El techo que cubría el jardín tenía pequeños trozos de esmeraldas incrustadas que brillaban intensamente con la luz del sol.

– Es muy hermoso.

– Verdad que si hermano.

Así los tres pasaron una tarde agradable charlando y riendo.

– Madre ya tenemos que irnos.

– Oh es verdad, hoy tenemos entrenamiento por la tarde con sir. Liam.

– Si esta bien tengan mucho cuidado.

– No se sobre esfuercen.

– ¡Si madre!.

En cuanto se fueron una sirvienta le informo a Clara que el duque la quería ver.

Así que Clara fue a ver a que era lo que quería Derek.

– ¿Me llamaste querido?.

– Oh si, te tengo que decir algo.

– ¿Es algo malo?.

– No se si sea algo malo pero tampoco creo que sea bueno.

– El Emperador mando una carta, diciendo que la Princesa Anaisha vendrá al banquete de cumpleaños.

– Tan de repente.

– Si, a mi también me parece sospechoso.

– ¿Por qué de repente enviaría a la princesa?.

Entonces Clara supuso que el Emperador quería hacer un compromiso.

– Cariño, no será que el Emperador quiere casar a la Princesa con nuestro hijo.

Derek se sorprendió ya que esa idea no era tan descabellada.

Por fin faltaban 3 días para la tan esperada fiesta.

Derek estuvo buscando una excusa para poder negarse a un compromiso político, pero no encontró ninguna, lo mas viable era que Nathan tomar el puesto de sucesor, pero al hacerlo dejaría desprotegida a Lilit.

Así que no puede declinar a la propuesta de compromiso entre la princesa y su hijo.

A todo esto, ni Lilit ni Nathan estaban enterados de la situación.

– ¡Madre! ¡madre!.

– ¿Qué pasa cariño?.

– Oh no es nada, solo estoy muy emocionada.

– Solo faltan tres días para la fiesta.

– Es verdad ya pronto será la fiesta.

– ¿Ya tienes todo preparado?.

– Si madre, ya esta todo listo.

– ¿Tu vestido ya fue entregado?.

– Ya madre, sabes que Madame Stella es muy competente con su trabajo.

– Hizo un gran trabajo diseñando mi atuendo y el de mi hermano.

– Es verdad el vestuario que hizo Madame Stella con mi vestuario y el de tu padre es hermoso.

– ¿En donde se encuentra tu hermano?.

– Oh el esta con Sir. Liam.

– Pero el entrenamiento acabo hace un rato ya.

– Lo que pasa es que mi hermano quiere entrenar mas para tener el nivel de Sir. Liam.

– Ya le dije que no se presione, ya que es impresionante que este en un nivel tan alto a pesar de que no tiene mucho que empezó a entrenar.

– Todavía no se cumple ni un año desde que empezó, lo que le ayudo mucho fue que entreno con nuestro padre.

– Pero el no me escucha es muy terco.

– ¿Debería hablar yo con el?.

– Podrías intentarlo madre, pero no creo que cambie de opinión.

– Es cierto el es muy obstinado al igual que su padre.

– Jaja, es verdad madre.

– Bueno madre me retiro tengo otras cosas que hacer.

– Por supuesto hija.

– Ve con cuidado.

Lilit asintió con la cabeza y se marcho.

Ya que era tarde se dirijo a su habitación para tomar un baño caliente.

Pero antes quería visitar a su hermano.

Pero en su camino vio algo muy curioso .

Era el Vizconde Marcus, estaba enviando una carta con una paloma.

Pero ¿Por qué lo hacia en un lugar tan escondido?.

Estaba en uno de los caminos menos circulados de la mansión.

Lilit decidió actuar un poco.

– Hola capitán Marcus.

El Vizconde Marcus se sobre salto.

¿Me habrá visto?, no lo creo después de todo es una simple niña.

– ¿Qué la trae por aquí princesa?.

Pregunto con hostilidad.

El Vizconde Marcus estaba en contra de que una mujer heredara el Gran Ducado.

– Esta es mi casa capitán, ¿acaso hay algún lugar al que no pueda ir?.

– La pregunta seria ¿Qué es lo que usted hace aquí?.

– Esta no es su área de trabajo.

– Su trabajo es estar en el campo de entrenamiento ayudando a los jóvenes reclutas.

– Y por casualidad sabe ¿Qué esta es parte de la residencia de mi hermano?.

– Por lo tanto es usted el que no debería estar aquí, si yo se lo digo a mi padre ¿Qué cree que hará?.

Lilit le lanzo una mirada fría y penetrante.

El Vizconde se quedo callado y asustado por la actitud que tenia Lilit que solo tenia 12 años.

Hizo una reverencia y se disculpo.

– Mis disculpas Princesa no sabía que en esta residencia estaba el Joven maestro.

– Prometo que no ocurrirá otra vez.

– Eso espero, ya que si ocurre de nuevo no seré tan considerada.

Después de eso el Vizconde se fue.

– Ahh pero que tonta el no respondió a lo que pregunté.

– En otra ocasión se lo volveré a preguntar.

Mientras Lilit hablaba sola se escucharon ruidos detrás de ella.

– ¿Quién esta ahí?.

Lilit lanzó una piedra.

– Tranquila soy yo Lilit.

La voz de su hermano se escucho y Lilit se tranquilizo.

– Ahh!, hermano me asustaste.

– Casi te lastimó.

– Pero Lilit ¿Qué hacías aquí?.

– Oh jaja, venia a visitarte.

– Pero en el camino encontré algo curioso.

– Y ¿Qué es eso que encontraste?.

– Oh no es la gran cosa creí haber visto a una pequeña rata.

– ¿una rata?.

– No es nada hermano mejor entremos esta haciendo frío.

– Es cierto entremos.

– ¿Qué estabas haciendo afuera hermano?.

– Ah estaba regresando de entrenar con Sir. Liam.

– Apenas terminaste.

– Si, hoy estuve haciendo ejercicios para mejorar mi resistencia.

– ¡HERMANO!, ya te lo dije no es necesario que te esfuerces demasiado.

– Pero yo quiero alca-.

Lilit interrumpió a Nathan.

– El nivel que tengo yo ahora es por que entrene durante dos años.

– Cuando mi hermano llegó a la mansión yo estaba en reposo por lo que no entrenaba.

– Pero desde antes de que llegara mi hermano yo ya entrenaba, empecé desde los diez años.

– Así que mi hermano es increíble apenas lleva medio año entrenando y tiene un nivel muy alto.

Nathan se quedo sin palabras ya que el pensaba que el y Lilit habían empezado al mismo tiempo.

– Ahh, esta bien le haré caso a ni pequeña hermana.

En el palacio imperial.

– Princesa en tres días será el banquete de cumpleaños de la Señorita Ingeel.

– Ya tenemos listo su vestuario para ese día.

Después del incidente la actitud de la princesa cambio.

Antes era mas alegre y carismática ahora se volvió mas como una muñeca que no tiene vida.

Las únicas veces que se ve “feliz” es cuando la visitaba el segundo príncipe.

O su dama de compañía Ivonne.

Ivonne era la que iba a acompañarla el día de la fiesta.

– Si esta bien nana, puedes dejarlo ahí.

– Como ordene princesa.

– ¿Gusta que le cepille su cabello?.

El tiempo no era el suficiente para que le creciera el cabello a Anaisha.

Pero logro crecer un poco.

– No esta bien, estoy bien así.

– Ya puedes retirarte.

– Y pídele a Ivonne que entre.

– Si Princesa.

Su nana salió del sus aposentos y llamo a Ivonne.

– La llama la Princesa.

– Entre rápido.

– Si ya voy.

Ivonne toco la puerta antes de entrar.

– Estoy aquí princesa me llamo.

– Si Ivonne.

– Solo quédate aquí y hazme compañía.

– Como ordené.

Así Ivonne se quedó en la habitación con la princesa.

Ivonne, pensaba que tenia controlada a la princesa, al ser la única persona a su alrededor, Anaisha la trataba muy bien.

Con tal de que Ivonne no se fuera de su lado ya que Anaisha pensaba que nadie la iba a aceptar, al ser “la niña que mato a su madre”.

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Comments

Filomena Ramírez Jiménez

Filomena Ramírez Jiménez

Q triste la vida de esa princesa, hacerle sentir culpa x la muerte de su madre .

2024-04-16

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