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Una Mujer En La Mafia #2 -

Una Mujer En La Mafia #2 -

Status: Terminada
Genre:Romance / Completas / Mafia / Reencuentro
Popularitas:9.1k
Nilai: 5
nombre de autor: Ashly Rijo

Segundo libro de- UNA MUJER EN LA MAFIA. Aclarando solo dudas del primer libro. No es que es una historia larga. Solo hice esta breve historia para aclarar algunas dudas.

NovelToon tiene autorización de Ashly Rijo para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.

Una mujer en la mafia

**Hola lectores. Hoy solamente soy de ustedes jajajajaja\, tengo el día entero libre y los voy a matar leyendo como les gusta. Los quiero. DELEN LIKE Y COMENTEN JAJAJAJA\, ME SIENTO SOLITA. **

El coche se detuvo frente a una imponente apartamento, de esas que gritan riqueza y poder. El aire parecía más denso ahora, y mi respiración se aceleró sin que pudiera evitarlo. No estaba lista para lo que iba a enfrentar, pero sabía que no había vuelta atrás.

James se bajó del coche primero, y Amelia me siguió. Mi estómago estaba retorcido, la ansiedad se me metía en los huesos. Pero, antes de que pudiera reaccionar más, James se acercó a mí, con una mano extendida como si fuera a tranquilizarme.

No me hizo falta. Sabía que me estaba mirando de esa manera para darme consuelo, pero no lo quería.

—Ni se te ocurra.

Su expresión se detuvo un instante, como si estuviera a punto de decir algo, pero al final, solo asintió con la cabeza. Sabía que no podía obligarme a aceptar su ayuda. Al final, respetó mi espacio, algo que en cierto modo me sorprendió, pero también me agradeció.

Nos dirigimos hacia el ascensor, y la tensión aumentó con cada segundo que pasaba. James estaba en silencio, observándome de reojo, y Amelia no decía una palabra. El ascensor subía lentamente, el sonido de las campanas que anunciaban el avance de los pisos casi ensordecedor. Cuando finalmente llegó al último piso, el que habíamos esperado, las puertas se abrieron y un aire gélido nos recibió.

La primera cosa que noté fue el silencio. Un silencio tenso. El tipo de silencio que precede a algo peligroso. Amelia sacó una llave, la insertó en la puerta y la abrió con una facilidad que me hizo preguntarme cuántas veces había estado allí.

Al entrar, la escena que nos recibió no fue lo que esperaba. Lo primero que vi fue a dos hombres. Uno estaba en el suelo, arrastrándose, suplicando por su vida, y el otro… el otro estaba de pie, disfrutando del sufrimiento, con una sonrisa arrogante, apuntando su pistola a la pierna del hombre caído. El disparo fue seco, un sonido que me hizo dar un paso atrás sin darme cuenta. El hombre en el suelo gritó, pero antes de que pudiera decir algo más, el otro levantó la pistola y le disparó en la cabeza, sin remordimiento.

El aire se volvió denso, pesado. Yo no podía moverme, ni hablar. Estaba atrapada en una especie de trance, observando esa escena de violencia como si fuera parte de una película. Pero algo me decía que no era una película. Esto era real, tan real como el miedo que empezaba a crecer dentro de mí.

Entonces, la persona que había disparado bajó la pistola lentamente, giró la cabeza y me miró. Sus ojos se fijaron en mí con una intensidad que me hizo sentir como si fuera el único objetivo en su campo de visión. Fue como si en ese instante todo lo demás hubiera desaparecido, y solo existiéramos nosotros dos en esa habitación.

—No puede ser... —dijo, con una risa burlona que hizo que el aire se volviera aún más pesado. —Mi hermana, Miller. Qué te jodan —Su voz estaba llena de sarcasmo y desprecio. No podía creer lo que veía. Me miró como si realmente no pudiera creer que yo estuviera ahí, que después de todo este tiempo, yo fuera la persona que estaba frente a él.

Sin quitarme la mirada, apuntó nuevamente a la cabeza del hombre que acababa de disparar, y sin dudarlo, le dio otro tiro en la cabeza. La habitación se llenó con el sonido del disparo, y luego, todo quedó en un silencio mortal, roto solo por su risa que retumbaba en las paredes.

—Pensé que estabas muerta, mujer. —Dijo, con una sonrisa arrogante y un tono burlón.

—¿Este es mi hermano? —Pregunte, la mente tratando de procesar la situación. Sin embargo, no pude hacer más que quedarme en silencio, observando a esa figura que parecía tan familiar y, al mismo tiempo, tan ajena.

—Él es un amor.— Dijo Amelia con una gran sonrisa.

No pude evitar soltar una pequeña risa, pero más por el asombro que me causaba la indiferencia con la que lo decía. No podía dejar de mirar a mi hermano, quien ahora se acercaba a mí mientras tiraba la pistola con desprecio sobre el suelo. Su sonrisa era casi burlona, como si todo esto fuera un juego para él.

—Déjame ver si recuerdo tu nombre... Mmmm, ya sé... Adeliya... —dijo, arrastrando un poco las palabras, como si me estuviera probando. —No, espera, Adeline. Eso es, ¿no?

Lo miré con una expresión chistosa, apenas levantando una ceja, pero no podía evitar sentir un escalofrío recorrer mi espalda ante su cercanía. ¿Este era mi hermano? ¿Enserio tenia una familia aun? Y ahora, me lo encontraba aquí, frente a mí. Y ni siquiera ya sentía miedo ni nerviosismo.

—Sí, Adeline —respondí.

Entonces, sin que esperara respuesta, le pregunté lo que realmente me estaba carcomiendo por dentro.

—¿Y tu nombre es?.

—Scott —respondió.

En ese momento, Amelia intervino, su voz cortando el aire como un cuchillo afilado.

—James, déjalos a solas —dijo, dirigiéndose a él con una mirada que parecía estar más allá de cualquier discusión.

Antes de que pudiera procesar lo que estaba pasando, Amelia se acercó a mi hermano y, con una caricia rápida, le dio un beso en la mejilla, como si fuera un gesto normal. Me sentí un poco fuera de lugar, observando esta interacción tan íntima entre ellos, pero rápidamente centré mi atención en James, que no parecía nada contento con la situación.

—No te preocupes, no me voy —dijo James, sin moverse de su sitio, casi desafiante. Miraba a Amelia, que ya estaba a punto de salir de la habitación, y luego sus ojos se posaron en mí.

—No creo que mi hermano me mate, ¿o sí? —Mi tono fue casi desafiante.

James, al escuchar mi respuesta, pareció molesto. Su mirada se endureció y se acercó a mí, casi de manera protectora, como si intentara que entendiera lo grave de la situación.

—Créeme, Adeline, él podría intentarlo —dijo, ahora con un tono de advertencia. —Ni siquiera lo conoces. Y ya te tomas la confianza. Ni siquiera conmigo fuiste tan... desinhibida.

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Estella Mazo Medina
gracias por tú tiempo ☺️ y felicitaciones estuvo muy bonito todo fue algo diferente y también impactante Dios te bendiga siempre 😊
Ashly Rijo: Muchas gracias cariño. No sabes lo feliz que me hace ver tu comentario. Espero verte en mis próximas novelas .❤️❤️❤️❤️
total 1 replies
Nereida Hernández montes
Malo
Rosalia Gonzalez
Bueno
Ylsi Alvarez
Excelente
Joscarina Figueroa
Actualización
actualización
actualización
actualización
actualización
Joscarina Figueroa
Autora actualiza rápido por favor
Ashly Rijo: Chicas despacio. Es que trabajo y llego super cansada a casa. Pero os quiero por estar tan pendientes cada día. Me esforzaré un poco más.
total 1 replies
Joscarina Figueroa
Autora soy nueva lectora por favor actualiza rápido
Ashly Rijo: Ok jjjj.
total 1 replies
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