Amor, traición, asesinato, misterio que se irán descubriendo poco a poco sobre todo quien es la que se oculta tras los sucesos misteriosos que ocurren tras la guerra de poderes para obtener el dominio absoluto de las empresas Santibáñez.
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Capitulo 10 La Calma antes de la tormenta
La Reunión en el estudio de la mansión de Alessandro D'Batista había sido intensa. Durante tres horas, Chloe, Alessandro y la persona que Chloe había traído a la ecuación habían discutido cada detalle del plan. La venganza contra Claudia, Isabel y Esteban requería precisión, paciencia y sangre fría, y aunque los tres compartían la misma determinación, no podían negar que lo que tramaban no solo requería astucia, sino también fuerza emocional.
Al finalizar la Reunión, Chloe salió del estudio con una expresión de agotamiento. Su postura altiva y decidida se mantenía, pero Alessandro podía ver el peso que cargaba en sus hombros. Observó cómo la persona clave se despedía de Chloe con un fuerte abrazo antes de marcharse a poner en marcha la primera fase del plan. Alessandro sabía que era el momento perfecto para actuar.
Mientras Chloe se dirigía a la terraza para tomar un poco de aire fresco, Alessandro tomó su teléfono y llamó a Gustavo y a Camila por video llamada grupal.
—Tengo una idea —les dijo con entusiasmo.
Explicó su plan: llevar a Chloe a su pequeña villa en Verona. Una escapada de fin de semana donde pudieran encontrar algo de calma y y tranquilidad en medio de todo el caos que se avecinaba.
—Es perfecta —respondió Camila del otro lado del teléfono—. Chloe necesita esto más de lo que crees.
Gustavo, siempre dispuesto a seguir el plan de Alessandro, confirmó su asistencia.
—Estare listos en una hora. - dijo Gustavo.
- Yo también - respondió Camila
Satisfecho, Alessandro se dirigió a la terraza. Chloe estaba allí, apoyada en la barandilla, con la mirada perdida en los jardines. La brisa acariciaba su cabello, pero ni siquiera la belleza del paisaje parecía tranquilizarla. Alessandro se acercó con suavidad y le puso una mano en el hombro.
—Chloe —le dijo con una voz calmada pero firme—. Hoy no iré a trabajar.
Ella giró la cabeza para mirarlo, sorprendida.
—¿Qué? ¿Por qué no?
—Porque tú y yo necesitamos una pausa. He organizado algo especial.
Chloe lo miró con curiosidad. Aunque Alessandro podía leer el cansancio en su rostro, también pudo notar un leve destello de interés.
—¿Qué tienes en mente, Señor D' Batista? —preguntó, intentando sonar indiferente, pero fallando.
—Verona —dijo simplemente.
—¿Verona?
—Sí. Mi villa. Vamos a pasar el fin de semana allí. Camila y Gustavo ya están invitados. Quiero que te desconectes, aunque sea por unos días.
Chloe frunció el ceño, claramente tentada, pero todavía dudosa.
—No creo que...
—Confía en mí —la interrumpió Alessandro—. Necesitas esto, Chloe. Todos lo necesitamos.
Suspiró y finalmente asintió.
—Está bien.
Dos horas después, estaban a bordo del jet privado de Alessandro, con destino a Verona. Chloe, ahora más relajada, no pudo evitar mirar por la ventanilla mientras el avión despegaba, dejando atrás la opresiva sensación que tenía en el pecho desde el día que descubrió el engaño. Alessandro, sentado a su lado, sonrió al verla tan absorta.
—Gracias —murmuró ella, sin apartar la vista del cielo.
—No tienes que agradecerme. Solo prométeme que, por este fin de semana, vas a intentar disfrutar.
Chloe lo miró y esbozó una pequeña sonrisa.
—Lo intentaré.
Y así comenzó un fin de semana que prometía ser un respiro antes de enfrentar la tormenta que ellos mismos estaban a punto de desatar.