mientras crecía me di cuenta de que mi familia era muy restrictiva y que yo estaba perdiendo de muchas cosas y aunque era triste tenía que soportarlo sin embargo cuando cumple la mayoría de edad me fui y comencé a disfrutar de los placeres de la vida el único problema es que me excedí y en medio cometí un gran error del licor.
luego de una gran borrachera amanecí en un hotel en una gran cama junto a un hombre ambos estábamos desnudos, en mi dedo anular tenía una sortija, yo no sabía qué rayos había pasado.
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Otra esposa?
Pasó rápidamente una semana y yo ya me estaba empezando acostumbrar a la vida en el infierno y puede que suene extraño, pero no era tan mala al menos para mí porque para las pobres almas condenadas creo que era lo peor, Lucifer me enseñó muchas cosas acerca del trabajo él hacía toda la parte directiva y el papeleo rara vez se encargaba de hacer los castigos, puesto que eso se lo delegaba a sus demonios, lo que fue más fácil para él enseñarme todo lo que pudo me llevaba a todos lados y no me dejaba solo ni un solo segundo me explicó todo lo que se hacía en el infierno y me mostró cada una de las zonas donde se torturaban a las almas.
A mi parecer Lucifer era un ser bastante único frente a mí era amable cariñoso y muy respetuoso, pero cuando se trataba de guiar a sus demonios y de torturar a una que otra alma se volvía implacable era como otra persona la verdad a veces me atemorizaba un poco, puesto que su cara demoníaca era algo difícil de procesar ya entendía por qué muchos le temían, sin embargo, cuando me hablaba era diferente y ese miedo que sentía desaparecía por completo cosa que me comenzó a desconcertar, puesto que desde el inicio yo no quería estar con él, ya que jamás fue mi idea estar con un hombre y mucho menos con el demonio, pero así resultaron las cosas y yo acepté mi destino.
El octavo día luego de mi llegada al infierno Lucifer me mostró la jerarquía entre los demonios la cual era un poco confusa así que él me dijo de manera muy tierna mientras acariciaba mi cabeza:
- No te preocupes si no entiendes a decir verdad los rangos de mis demonios no son muy importantes, puesto que el único demonio al que le tienes que poner atención es a mí.
Lo único que hice fue reír e ir a la oficina, Lucifer se quedó allí con sus demonios mientras iba de camino allí me di cuenta de que al Escuchar lo que me había dicho no me había sentido enojado al contrario me había causado gracia y ternura, en ese momento me di cuenta de que no era algo normal para mi, puesto que jamás había sentido ternura por una frase dicha por él, me di cuenta de que ahora ya no le tenía resentimiento ni temor, mis emociones estaban locas que en un momento me sentía feliz luego triste luego enojado y todo era a causa de Lucifer, además mi cerebro no colaboraba, puesto que cada vez que pensaba en él comenzaba a divagar y otras tantas veces era bastante racional, yo no sabía que era lo que estaba sucediendo, ya que jamás en mi vida me había pasado algo así, al principio intenté justificar eso que sentía y pensaba con un efecto secundario de la muerte,, pero luego de hablar con uno que otro demonio entendí que los humanos en el infierno siguen teniendo sentimientos como modo de castigo, puesto que estos son los que más lastiman, así que no podía usar esa excusa, seguí pensando pero nada me llevaba a una conclusión, por lo que decidí esperar mejor a que yo estuviese un poco más cuerdo.
por andar pensando no me fijé y pasé del arco yéndome hasta el fondo del pasillo en cuanto me di cuenta intenté devolverme pero algo brilló al interior de la habitación que estaba al final del pasillo y me llamó mucho la atención así que fui hacia la habitación golpeé la puerta para ver si alguien estaba adentro pero no hubo respuesta, luego volví a tocar la puerta pero no hubo respuesta así que me fui pero cuando había dado apenas siete pasos escuché una voz femenina que decía:
- Ayúdame estoy atrapada.
yo me acerqué a la puerta y luego dije:
- Por qué estás allí?
-Lucifer me encerró.
- eres alguna de las almas que está aquí para ser torturada?
- no o bueno sí pero Lucifer no me trajo aquí fue su padre quien me desterró y me envió acá.
- Qué hiciste para que él te desterrara?
- fui una de sus creaciones y no hice lo que él quería así que me castigó.
- Así que eres un ángel desterrado tal y como lo es Lucifer?
- no soy un ángel ni tampoco lo fui jamás fui más como un ser humano creado por dios que rompió las reglas y fue condenada por no hacer lo que dios había designado para mí.
- por qué Lucifer te encerró acá en la mansión y no en otro lugar?
- él quiere que yo esté cerca de puesto que soy su esposa.
- Cómo?
- luego de que dios me desterrara tuve un pequeño desliz con Lucifer y juntos creamos a los demonios.
- Así que te embarazaste viste a luz a los demonios?
-en realidad no fue un embarazo sino más una creación; sin embargo; convivimos como una pareja casada durante un buen tiempo hasta que quise hacer algo que a él no le gustó y actuó igual que su padre.
- Cuál es tu nombre.
-Lilith.
- por qué quieres salir de la habitación?
- Pues porque quiero ser libre acaso no es obvio?
- perdón, no puedo sacarte ya que yo aquí solo soy un sirviente más.
luego de decir eso me fui enojado y triste la verdad no sabía por qué mi corazón dolía tanto pero aún así el sentimiento persistía mientras iba caminando perdido nuevamente mis pensamientos me tropecé con alguien en cuanto levante la mirada vi que era Lucifer y un sentimiento de odio recorrió mi cuerpo, miré enojado y luego solté la bomba...