En un mundo donde la magia y la mitología se entrelazan, "Círculos de Fuego: La Llama Eterna" narra la épica historia de un joven guardián, Elian, que descubre su destino en una antigua profecía. Su vida da un giro inesperado cuando encuentra un artefacto perdido que despierta una llama mística con un poder inimaginable. Esta llama, conocida como la Llama Eterna, tiene la capacidad de cambiar el destino del mundo, pero también atrae a fuerzas oscuras que desean controlarla.
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CAPITULO 10: El poder de la Profecia
Elian, Lyra y el campeón recién llegado se encontraban reunidos en el santuario de Eldoria, rodeados por los líderes de los clanes y los sabios más ancianos de la ciudad. El ambiente estaba cargado de anticipación y tensión mientras discutían sobre la profecía antigua que había guiado sus pasos hasta este momento crucial.
"La profecía habla de tiempos de oscuridad y de un héroe destinado a surgir cuando el mal esté en su apogeo", comenzó Lyra, su voz resonando con la sabiduría acumulada de generaciones de guardianes. "Se dice que este héroe será marcado por un símbolo ancestral, un fuego que no puede ser extinguido.
"El campeón asintió solemnemente, reconociendo la gravedad de su papel en la lucha por el destino de Azuria. "He venido aquí con un propósito", declaró con determinación, sus ojos fijos en el horizonte lejano donde las sombras del oscuro señor se alzaban amenazantes.
Elian observaba al campeón con admiración y gratitud, sabiendo que la profecía había unido sus destinos en un momento crucial para Eldoria y todo lo que amaban. "Debemos prepararnos para lo que está por venir", dijo con voz firme, recordando las palabras de Malakar sobre las maquinaciones del oscuro señor.
Los líderes de los clanes estaban de acuerdo, conscientes de que el poder de la profecía y la presencia del campeón no garantizaban la victoria. Debían entrenar a sus guerreros, reforzar las defensas de la ciudad y buscar aliados en otras tierras que pudieran unirse a su causa en la batalla por venir.
En los días siguientes, Eldoria se convirtió en un hervidero de actividad mientras se preparaban para el desafío de los titanes que se avecinaba. Kael entrenaba a los soldados más jóvenes, enseñándoles tácticas de combate y estrategias de defensa que habían resistido la prueba del tiempo. "La fuerza y la disciplina serán nuestras mejores armas", les recordaba con voz firme mientras forjaban sus habilidades en el campo de entrenamiento.
Lyra, por su parte, se sumergió en los textos antiguos y rituales olvidados en busca de cualquier ventaja que pudiera ayudarles en su enfrentamiento con el oscuro señor. Encontró artefactos místicos y encantamientos perdidos que podrían inclinar la balanza a su favor en la batalla por el destino de Azuria.
Mientras tanto, Elian y el campeón exploraron los límites de Azuria en busca de aliados dispuestos a unirse a su causa. Encontraron reinos y tribus que habían sufrido bajo el yugo del oscuro señor y estaban dispuestos a luchar por la libertad y la paz que Eldoria representaba.
Una noche, bajo el manto estrellado de Azuria, Elian y el campeón se encontraron con un enigmático líder de un reino lejano. "Hemos oído hablar de vuestra lucha y estamos dispuestos a ofrecer nuestra ayuda", anunció con solemnidad, su voz resonando con el eco de la historia y la determinación de su pueblo.
De vuelta en Eldoria, con aliados reunidos y preparativos completados, los líderes de los clanes se reunieron una vez más en el santuario. Sabían que el desafío de los titanes se acercaba rápidamente y que cada decisión que tomaran podría decidir el destino de Azuria y sus habitantes.
Con el poder de la profecía guiándolos y el espíritu de unidad y determinación llenando sus corazones, Eldoria se preparaba para enfrentar su prueba más grande hasta ahora. La batalla por el futuro de Azuria estaba por comenzar, y el campeón y sus compañeros estaban listos para enfrentar cualquier adversidad que el oscuro señor pudiera lanzar contra ellos.