El Azul De Tus Ojos

Liora

La actitud dominante de Viktor me hacía pensar en muchas cosas. Era muy guapo, y con toda franqueza, me encantaba esa parte de él. Sin embargo, al mismo tiempo, me producía un cosquilleo de nervios pensar en él de esa manera.

Cuando confirmaron que me iría con ellos, pasaron dos días antes de iniciar el trámite del pasaporte. Fue un proceso un poco largo, la verdad. Mientras esperábamos que estuviera listo, nos dedicamos a organizar todo lo relacionado con el dinero que me darían.

—El dinero lo pueden dar de aquí a dos meses, yo me encargaré que sea lo suficiente rápido para que apenas tengas el pasaporte, podamos comprar los primeros tiquetes e irnos.

—¿No necesitas ir a Italia rápido? —Le pregunté a Viktor mientras nos comíamos una pizza, Dimitri le había dicho al hospital que iba a trabajar un mes más, entonces estaba en el turno de noche y con miedo a dejarme sola, estaba con el Drago mayor.

—No, puedo adelantar unas cosas, la mayoría de las veces uno se tiene que reunir con las personas por temas de seguridad —Lo miro confundida, él se ríe uno segundos y continúa su discurso —Enana, muchas veces grabar las conversaciones, se puede dejar mucha evidencia, en cambio, si lo haces todo de manera presencial, no habrá nada en contra de las personas.

—Ah, ya entendí —Le digo mientras me rio y termino otro pedazo de pizza, Viktor se ríe.

—¿Tienes miedo? —Lo miro, por esa mirada puedo ver a que quiere llegar, pero me distraigo unos segundos en sus lindos ojos color azules, esos mismos azules que siempre me han encantado tanto.

—Sí, pero espero poder manejarlo —Le respondo con una sonrisa, él acerca su mano a mi mejilla, me la toca lento y quiero que dure para siempre, sin embargo, la aleja de una y asiente para volver su vista al televisor gigante que tenía en el hotel.

No sé qué había sucedido con la situación de que casi me voy al otro mundo. No sé qué había hecho la policía, por un momento mi mente se llenó que lo iban a echar del país, pero no sucedió y él no quiso hablar del tema, dijo que lo mejor era cortar y saber que iba a estar bien.

No sabía nada de mi mamá, porque había cortado del todo con ella, lo había hecho. De verdad lo había hecho, porque yo no quería una persona así en mi vida, creo que aún lloraba en las noches, a veces soñaba que esa mujer me quería.

Yo quería una mamá, una de esas mamás que lloraba contigo, que te apoyaba y te daba fuerzas cuando tú no las tenías, pero yo había tenido una mamá que me había exigido toda la vida perfección, cuando vio que no daba la talla, me quiso poner a trabajar para darle todo ese dinero a ella.

Cuando vio que no iba a servir para nada, quiso lograr el dinero, porque el dinero le importaba más que yo. ¿Todas las mamás eran así?, ¿nunca daban amor? No quería pensar en eso, porque simplemente me iba a deprimir, por eso me había vuelto la "secretaria" de Viktor en el día.

—¿No te da miedo los casos feos? —El italiano me mira y sonríe de lado, tengo que controlar fuertemente ese sonido de mi corazón y esas mariposas en mi estómago, ¡Dios! Es tan guapo.

—Sí, pero a veces entiendo que el mundo es mucho más de lo que siento. Tengo más miedo de lo que es capaz el ser humano para lograr algo, pero no le tengo miedo a los casos.

—Que triste ver algunas cosas.

—Lo sé, tranquila, que no te haré ver todos los casos, solo me vas a ayudar a acomodar unas cosas de mi horario y ya.

—Muchas gracias por tener confianza en mí.

—Bueno, pusiste tu vida en mis manos, creo que también debería dar las gracias —Ambos nos sonreímos.

No sé cuanto tiempo paso, pero un día por fin me llamaron para ir por mi pasaporte. Ese día fue demasiado agitado, porque los hermanos se emocionaron y llamaron a sus padres para decirles que iban a llegar con una invitada especial.

Correr para estrenar mi pasaporte, mientras preparaba lo poco que tenía, sin esperar que el mundo es tan pequeño que ese mismo día me iba a encontrar con personas que no eran de mi agrado.

—Estás viva —Puedo sentir un cosquilleo, ¿dónde estaba Viktor? Sí, estaba buscando el carro para pasar por mí.

Inhalo para darle la espalda, para hacer de cuenta que ella no me está hablando. Rezaba, pero no sé a quién, solo estaba rezando para que mágicamente mi madre desapareciera, para calmar ese estrés tan agudo que tenía en este momento.

Respiro profundo, mientras tiemblo. Mi mente se llena de información que es basura, mucha basura que me hace temblar el doble. Viktor, por favor, por favor llega.

—Te estoy hablando —Me jala fuertemente del brazo para mirarla, pero sigo haciéndome la tonta, podía correr si llegaba el carro.

Me agarro más fuerte mientras me sacudía, preguntándome un montón de cosas que mi cerebro no procesaba, quería llorar, mi mente solo recordaba lo que me había dicho "Dale las gracias a tu mamá" Mi madre me odiaba, mi madre no me quería viva, ¿hace cuánto había sentido eso?

No sé cuando llega, solo sé que él me agarra de la cintura y me jala a su pecho. Su toque me calmaba, me dejaba totalmente tranquila y lo miro, esos ojos azules que me dejaban loca, su barba que me encanta demasiado. Viktor, me gustaba.

—Creo que no te advirtieron lo que haría si te dejaban acercarte a ella —Escucho su voz, pero no proceso del todo sus palabras, hasta que ya estoy en el carro a unas buenas cuadras del lugar.

—¿Qué querías decir con eso?

—Le avisé a la policía, le dije que si ella estaba un poco cerca de ti, haría mucho más que denunciar —Me mira de reojo, un semáforo en rojo y no me mira del todo.

—¿Por qué me cuidas tanto? —Esta vez me mira, pero su vista vuelve al frente.

—No sé.

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