Roisin

Se volvió un buen amigo durante estos meses. contado la vida de mierda que ha tenido en Chicago, cuando Declan lo encontró en las calles, golpeado y con signos de desnutrición. Solo es dos años mayor que yo pero parece de más edad. ¡Es malditamente enorme! Y así grandote como lo vemos, es... Tierno a su manera.

-Te asustas por nada. Cuando nazca mi hijo te quiero a kilómetros de aquí.

-Llevo meses soportándote, lo mínimo que merezco es ver a ese niño el día de su nacimiento. Debo rescatarlo de una odiosa y mandona como tú. De seguro a prenderá a caminar a los pocos meses para huir de ti. Necesitará de un hombre para salvarlo, no lo dudes y ahí estaré para escapar juntos.

-Ni lo sueñes. No quiero un hijo salvaje, solo le enseñaras malos ejemplos.

Su sonrisa se ensancha, creo que le he atinado a sus intenciones con Aiden.

-¿Sabes lo que quiere decir Aiden?- niego con la cabeza.- Significa fuego pequeño, o pequeña llama. Tú le has dado un nombre que ya le da poder a tu bebé y eso, preciosa, no será mi culpa. Por eso, cuando tú y yo tengamos a una niña la llamare Fiadh.

No deja de lanzarse cada que tiene oportunidad, claro que no es en serio. Creo.

-Tienes mucha confianza eh. ¿Te gusta soñar en grande? Sigue así campeón, quizá en la otra vida te de una chance.

Le tiendo la mano para que me ayude a levantarme. Ya se me fueron las ganas de pintar. Cuando estoy de pie tira suavemente de mi y me rodea con sus brazos.

-El día que olvides a ese imbécil no perderé la oportunidad de tenerte para mí. No será en otra vida, ya que no quiero vivir en este infierno otra vez, asique será en esta y será más pronto de lo que te imaginas pequeña rosa.

Cada que dice esa palabra, es como una caricia. Ya no soy Bárbara Caparano, soy Roisin Prescott, la hija de Declan Prescott. La hija del dueño de Irlanda del norte.

-Si no te conociera, creería que lo dices en serio.

Le sonrió y correspondo al abrazo que me da, se siente bien. Más de lo que me gustaría admitir.

Se separa de mí un poco, levanto la cabeza debido a la altura de Peter. Deja un mechón de cabello suelto detrás de mí oreja y... Me besa. Un beso muy corto, apenas una caricia de sus labios para los míos y... no sé cómo reaccionar.

-Definitivamente no me conoces. Porque te hablo muy en serio.

...

Los últimos días solo me dedique a alimentarme y dormir. No me siento bien por las mañanas y la acidez en mi estómago me está matando. Las pocas veces que salgo de la habitación son gracias a los controles a los que mi padre o Peter me llevan. Deje para después la tarea de terminar de pintar la habitación de Aiden ya que me siento pasada y agoto con mucha rapidez mi energía y no hago mas que pensar en el pequeño beso que me dio Peter.

-Hoy es un día importante pequeña, habrá una reunión aquí y quiero presentarte a personas importantes. No puedes pasártela encerrada durmiendo o lamentarte por problemas sin solución. Es hora de dar vuelta la página y continuar con tu vida, no es una sugerencia, es una orden de tu padre. Eres una Prescott, saca esa irlandesa de una vez o terminaras siendo una amargada para siempre. Te amo hija, pero ya no tolero verte así y me cansé de esto.

Papá entra sin golpear, como siempre, abre las cortinas y deja que el sol entre para iluminarla.

-La próxima vez que entres así te puedes llevar una sorpresa desagradable al verme desnuda.

Alza una ceja y niega con la cabeza.

-No será la primera ni la última vez que vea a una mujer desnuda, además eres mi hija, jamás te veré como una realmente. Ahora levántate porque si no lo haces yo mismo te sacare de ahí. -Señala la cama donde estoy cómoda, hecha bolita y calentita.

Sonrió al ver su rostro. Tiene el cabello desordenado, la barba demasiado larga y viste informal. Mi padre es el hombre más apuesto que he visto en mi vida y la edad que tiene es una burla, ya que no aparenta tener los cuarenta y cinco años que tiene.

-Tú no veras más cuerpos femeninos desnudos, ahora eres padre y pronto serás abuelo. No te doy permiso para que salgas con ninguna mujer, tú, ahora eres de mi propiedad. Saco los pies de la cama y me siento en la orilla sonriéndole.

Declan suelta una carcajada y me ayuda a ponerme las pantuflas.

-Cariño, tu padre aún tiene mucho amor para dar. Sería un crimen negarle este cuerpito a la población femenina.

Y vaya que sí. Lo he pescado varias veces cuando regresa a casa con cara de recién follado. No sé quiénes serán sus víctimas y pensándolo mejor, no me gustaría saber a quién le mete la... Sacudo la cabeza quitándome esa imagen de la mente. ¡Qué horror!

-Lo digo enserio Declan, no quiero enterarme de que te estás viendo con ninguna mujer, tu rostro te delata cuando vienes de follar.

No es cierto, solo bromeo. Mi padre aun es joven y tiene todo el derecho del mundo a divertirse. El alza ambas cejas rojizas y me observa, serio, y asombrado. Mi tono de voz es autoritario aunque por dentro, me esté muriendo de la risa.

-¿Lo dices en serio, Roisin? No sabía que te darías cuenta de mis... Indiscreciones. Pero tratare de que no lo notes, Lo prometo.

-No. -Me cruzo de brazos.- No quiero que disimules tu cara de recién follado. No quiero que folles con nadie, te estoy diciendo que no quiero que estés con ninguna mujer o enviare a Peter a matar a cada mujer que se atreva a tocarte.

Me pongo de pie y me dirijo al baño, pero antes de que entre toma mi mano y me sonríe.