La prestigiosa clínica San Ángel será el escenario donde el apuesto y talentoso residente de medicina Caleb Rossi, conocido por su mirada crítica y exigente, desprecia el amor que le profesa la encantadora también residente de medicina Juliette Di Marco. Atrapado en lo estereotipos superficiales, Caleb subestima el corazón generoso y la inteligencia brillante de Juliette, simplemente por su figura curvilínea.
A medida que los años pasaron, Juliette no solo supera los desafíos profesionales, sino que también florece en su carrera médica, demostrando que el valor de una persona va más allá de las apariencias. A pesar de los diferentes desafíos y el dolor, Juliette encuentra fuerza en su determinación y apoyo en colegas que valoran su verdadero potencial.
El destino les dara una segunda oportunidad cuando ambos se encuentran trabajando juntos en la misma clínica, Caleb, ahora debería afrontar sus propios arrepentimientos al darse cuenta de la increíble mujer que ha estado frente a él
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Capitulo 10
La sala de cuidados intensivos estaba llena de sonidos monótonos y luces tenues. Caleb pensaba que ya debería estar acostumbrado al zumbido constante de las máquinas y el suave murmullo de las conversaciones entre sus colegas. Pero, la verdad es que mirar Juliette en esa cama, conectada a varios motores y tubos no se lo hacían nada fácil.
Su rostro reflejaba preocupación y cansancio, estaba allí desde que terminó su turno en la sala de emergencias. Las horas habían pasado lentamente.
Se acerca Elizabeth acompañada de Aaron a dónde estaba Caleb parado, mirando por el cristal a Juliette.
- Caleb, debes estar cansado. Ve a descansar, que yo estoy libre mañana y me quedaré a cuidar a Juliette. - Le dijo Elizabeth a Caleb.
- No, no me movere de aquí. - dijo secamente.
- Amigo debes descansar, mañana tienes que trabajar. - Le dijo Aaron colocando su mano en el hombro de Caleb.
- No puedo, entiendan, apenas estaba empezando a enmendar mi error con ella, apenas hoy le robe una sonrisa, que hacía mucho que no sonría por mí, y ahora pasa esto. - dijo tratando de contener esa marea de sentimientos que golpeaban su pecho.
- ¿A qué te refieres? - le pregunto Elizabeth.
- A que me di cuenta de que estoy enamorado de Juliette.
Aaron y Elizabeth pusieron cara de asombro al escuchar a Caleb.
- Queeee, ¿acaso es otra de tus mentiras? - le dijo Elizabeth - ella ha sufrido mucho por ti.
- No, no es mentira. Me di cuenta, cuando se alejó de mí la empecé a extrañar, cuando le sonreía a otro me moría de celos, ahora al sentir que la perdía para siempre yo, yo no podría soportarlo.
- Lizzi, creo que dice la verdad - dijo Aaron.
- Pero ¿Y Brigitte? - le pregunto Elizabeth ansiosa.
- Terminamos ayer. - dijo y bajo la cabeza.
- Entiendo, bueno, hagamos algo. Yo cubrire tu guardia mañana, pero prométeme que mañana en la noche vas a descansar. Un médico agotado no es seguro para los pacientes.
- Si, te lo prometo.
Se despidieron y se fueron.
Él no sé movería de allí, él estaba atento a cualquier señal de mejoría o empeoramiento. Las enfermeras y médicos entraban y salían, realizando sus chequeos rutinarios, ajustando las mediciones y monitoreando de cerca su condición.
Leonardo llegó para saber cómo seguía Juliette, pero Caleb no noto su presencia. Su atención estaba completamente centrada en ella. Tratando de enviarle energía positiva y esperando con ansias el momento en que sus ojos se abran.
- Doctor Rossi - lo llamo Leonardo.
El reaccionó y volteo.
- Jefe - le respondió con algo de asombro.
- Veo que no te has movido de aquí
- No señor.
- Puedo preguntar ¿Por qué?
Caleb lo miro a los ojos, respiro profundo y le dijo
- Porque yo estoy enamorado de ella, y cuando despierte quiero ser lo primero que vea.
- De verdad ¿estás enamorado de Juliette? - le dijo Leonardo con expresión sería.
- Si, y si me va a preguntar por Brigitte, le informo que terminamos ayer. Me di cuenta de que a quien amo es a esa mujer que yace en esa cama.
- Pues, yo también estoy enamorado de ella.
Caleb se sorprendió y al mismo tiempo sintió como se despertaban los celos.
- Ella no está enamorada de usted.
- Eso solo lo sabe ella. Así que cuando desperté y se recupere, ella será la que elija.
Leonardo entró, reviso la historia de Juliette a ver qué decían los médicos. La regreso a su lugar, camino hasta la cama y le tomo la mano. Todo esto lo veía Caleb desde afuera tratando de calamar su rabia.
La miro mientras acariciaba su mano. Estuvo un par de minutos dentro y salió sin siquiera mirar a Caleb y se fue.
- Maldito imbécil - musito Caleb apretando los puños.
A lo largo de la noche, Caleb seguía allí, su mirada fija en ella, la sala se volvía cada vez más silenciosa, pero la angustia persistía. Y así, entre la luz tenue y el constante murmullo de las máquinas, Caleb se aferraba a la esperanza de que Juliette despertara muy pronto.
Mientras Leonardo en su casa, sentado con una copa de vino, pensaba en lo que le había dicho Caleb, en lo que mismo él sentía por Juliette, habían pasado 6 años desde que se había sentido así. Solo ella había podido tumbar las barreras autoimpuestas por él mismo.
Desde que Fiorella se había ido a Estados Unidos, él cerró su corazón para cualquier otra mujer, hasta que llegó Juliette y se perdió en sus ojos el primer día que la conoció.