Como en toda historia de colonización hay esclavitud y prostitución. Pero veremos cómo Gerrit, gigante holandés, se enamora de una nativa que trabaja haciendo la limpieza y como Ismaël , el militar francés, pierde el juicio por una prostituta. Dos historias de dos hombres enamorados de mujeres con culturas muy diferentes alas suyas.
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Adaptación
A Gerrit le cuesta un poco adaptarse a la cultura maorí, Pounamu le enseña con paciencia su idioma y que hacer, como hacer las cosas. Los padres de Pounamu no ven con buenos ojos al hombre blanco.
- Pounamu, ya quiero comprar la casa. Tus padres no me pueden ver.
- Ellos no se esperaban que yo tuviera compañía de alguien como tú.
- Pero yo te amo.
- Muchos blancos se han burlado de muchas mujeres maoríes, las han dejado en abandono con sus hijos, hombre blanco no reconoce a sus hijos, se van y no vuelven.
- Pero yo soy diferente. Tenemos planes.
- Por ser blanco ya no confíamos. Estás haciendo bien las cosas, el idioma lo estás aprendiendo bien.
- No sé por cuanto tiempo voy a poder con esto. Me molesta que no haya confianza.
- Cariño, vamos al río, estás tenso.
- Solo faltaría que nos sigan para vigilar de cerca lo que hago contigo.
- No creo que eso vaya a pasar.
- Está bien, vamos al río.
Gerrit y Pounamu se van al río tomados de la mano, alguien los ve irse y los sigue con mucha prudencia. Ese espía es el hermano mayor de Pounamu.
Una vez que la pareja llega a la ribera del río, Gerrit se asegura de que ellos dos son los únicos que están en el área, por lo que el espía tuvo que esconderse. El capitán dio un suspiro pesado y trató de relajarse. Pounamu le acaricia la cara, él pasa sus manos por la espalda de su querida Pounamu, las muestras de afecto se intensifican y se van besando.
El espía está atento a cada movimiento que el hombre blanco hace y está muy paciente a qué se manifieste algún cambio, sigue esperando y observando. Ve como a su hermana le desaparece la ropa, lo mismo que al hombre blanco, ambos están calentando. Ya no puede ver más, tuvo suficiente, contemplar la desnudez de su hermana es un deshonor, por lo tanto, con sumo cuidado tiene que irse para no ser visto.
El espía llega a la aldea y le hace referencia con lujos de detalles a su padre. Al padre no le gusta que su hija entregue su honor al hombre blanco, teme que su pequeña hija quede sola, teme que el hombre blanco la deje embarazada, ella sería una más del montón, quiere separar su hija del hombre blanco antes de que sea demasiado tarde. Lo que el padre no sabe es que Pounamu se ha unido a Gerrit muchas veces, hoy es solo una unión más.
Pero una asamblea con el jefe de la aldea, éste impide al padre cumplir con su deber de defender y proteger a su hija. Al anochecer, los enamorados volvieron a la aldea muy sonrientes y muy cariñosos, eso no pasa desapercibido ante los agudos ojos del jefe de la aldea. Él piensa en que Pounamu debe casarse con ese hombre blanco, y para ello debe pasar la prueba de valor. Esa prueba determina si él es fuerte y valiente suficiente para ser esposo y poder cuidar y proteger de Pounamu y asegurarse también si tiene la capacidad de mantener y ayudar a criar los hijos que vendrán después del matrimonio.
Al día siguiente, el jefe manda a llamar al padre de Pounamu y sostener una conversación.
- Anoche vi a tu hija con el hombre blanco, los dos se veían felices de pasar tiempo juntos.
- Yo no quiero que mi hija esté con él. Es mi deber como padre buscar esposo para mi hija.
- Pounamu está en el corazón del hombre blanco. Él, hasta ahora, no se ha portado mal. Está aprendiendo el idioma, trabaja, intenta adaptarse a nuestras costumbres.
- Lo quiero lejos de mi hija.
- Si él debe estar lejos de tu hija, los dioses se hubieran manifestado, pero nunca hubo una señal de desaprobación.
- Voy a buscar esposo para mi hija, ella debe obedecer mis órdenes.
- Evocaremos a los espíritus para que nos digan que hacer. No hagas las cosas por tu propia voluntad, son los dioses que deciden con quiénes se casan nuestras hijas.
- Voy por los implementos para el ritual.
- Si hombre blanco es aceptado por los dioses, tienes que tratarlo bien, y en una semana haremos la prueba de valor para calificar que tan buen esposo puede ser para Pounamu.
- No creo que pase la prueba de valor.
- Tengo que hablar con tu hija. Necesito saber más cosas del hombre blanco para realizar las pruebas de valor.
- Está bien, le diré a mi hija que la estás buscando.
Pounamu se presentó ante el jefe de la aldea tan pronto como el padre le refirió el motivo. Ella está nerviosa, no sabe el tipo de preguntas que le va a plantear el jefe, ¿Qué tanto interés tendrá en conocer a Gerrit? ¿Qué pruebas de valor le harán? Su preocupación es que, si Gerrit no supera la prueba, su padre saldrá con la suya de buscarle un esposo ideal. Pounamu está triste, está enamorada de un hombre alto, pálido, ojos claros, cabellos castaño claro, detallista, cariñoso, dueño de su cuerpo en varias ocasiones, no se imagina llevar una vida lejos de Gerrit.
Ahora, Pounamu está en casa del jefe, acompañada de su padre, luego del saludo formal el jefe de la aldea conversa con Pounamu.
- Muy bien hija, ya que estás acompañada de un hombre blanco y de buena apariencia, quiero que entiendas sobre nuestra preocupación, él no domina el idioma, no conoce nuestras costumbres. Dime ¿Cómo es él contigo?
- Siempre es atento, me cuida bien. – Pounamu no tiene facilidad de palabras, tiene miedo.
- ¿De qué manera el hombre blanco te cuida bien?
- Una tarde, un hombre muy malo y que olía a mal me estaba molestando, yo tenía mucho miedo por qué Gerrit tuvo que viajar, pero él estuvo allí para salvarme, en su mano tenía un objeto de metal por qué brillaba y salió fuego, el hombre que me molestó cayó al suelo, se le salía la sangre y nunca más volvió a levantarse.
- ¿Estás diciendo que el hombre blanco mató al hombre que te molestó?
- Sí. Él me abrazo mucho, me cuidó y desde su país me trajo un regalo para arreglar y decorar mi cabello, siempre lo tengo puesto, me gusta mucho el regalo que me dio.
- ¡Te trajo regalos! – eso no se lo esperaba el jefe, está asombrado.
Los varones nativos de Aotearoa hacían regalos a las mujeres que pretendían tomar por esposa, si la mujer aceptaba el regalo era indicativo que aceptaba ser la esposa, por lo tanto, el hombre tenía que dejar una dote matrimonial frente a la puerta de la casa de la novia. El padre que recoge la dote acepta al hombre como yerno, pero si la dote permanece en la puerta pese de haberlo visto significa que él no acepta al yerno, en pocas palabras su hija no está dada en matrimonio. Ese gesto se respetaba, eso era ley.
- ¿Qué hacemos? – preguntó preocupado el padre de Pounamu – ese hombre quiere llevarse a mi hija.
- ¡No interrumpas! – ordena el jefe con seriedad – Aún no he terminado de hablar con tu hija. – Vuelve a dirigir la mirada a Pounamu - ¿Tu que sientes por él?
- Me siento segura, me siento protegida, lo quiero mucho. – deja caer una lágrima.
- ¿Por qué lloras, Pounamu? – al jefe no le gusta ese gesto de tristeza en la cara de Pounamu.
- No le hagan daño, él me quiere – las lágrimas le salen poco a poco – estamos juntando dinero para comprar una casa.
- Yo te puedo dar una casa. – Su padre interviene.
- Gerrit me dijo de escoger una que está en construcción y aceptó. Pero para ahorrar más dinero, le sugerí venir aquí.
- ¿Están juntos? Dime la verdad, porque tengo un testigo que te ha visto con el hombre blanco estando juntos, muy juntos. – el jefe no la va a dejar ir fácilmente.
- Sí. – dijo timidez casi con vergüenza y con la cabeza agachada.
- ¿Se están uniendo sin casarse? – el tono de voz era severo, eso molestó al jefe.
Pounamu quedó callada, solo le quedaba llorar, había hecho cosas malas ante los ojos de los dioses, estuvo haciendo cosas que solo le es otorgado a los casados.
- Vas a buscar al brujo y que te haga una limpieza. – ordena el jefe.
- Mi hija merece ser castigada. – el padre la señala frente al jefe.
- Hombre blanco asume castigo, él ya se llevó a tu hija, él ya la hizo su esposa sin permiso a los dioses. Ella ya tiene dueño, el dueño asume la culpa. Mujer que es esposa ya no se puede tocar, pero si se puede castigar en caso de engaño. Tu hija no engañó a nadie, ella fue robada por el hombre blanco y hombre blanco será castigado por robar mujer para hacerla esposa.
El jefe hizo un concejo con los ancianos y sabios de la aldea para evaluar las evidencias de la conducta de Gerrit y la confesión de Pounamu. Después de las evaluaciones determinarán que castigo dar a Gerrit por robar y hacer esposa una mujer.
Por su parte, Pounamu fue obediente al ir a la casa del brujo para hacerse una limpieza, el brujo hace su ritual con humo y una danza primitiva delante de un altar, luego le pidió a Pounamu que haga un baño de florecimiento como parte final del ritual y quedar totalmente limpia.