Jimena una joven de un pueblo de España vieja a los Estados Unidos en busca de un sueño y una vida próspera, allí luego de estudiar comienza a trabajar para Gabriel, un hombre con un oscuro pasado que logra captar su atención, acompañemos a Jimena para ver qué le depara el destino en esta ocasión
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Capítulo 10
Llegó el día de mi viaje a Corea con mi jefe, estaré una semana con él a solas en un lugar extraño y distante, esa idea hizo que me excitara un poco al momento, mi jefe me atraía mucho y no podía controlar lo que sentía por el, tal vez gracias a su poco interés hacia mí, era lo que hacía que en mi subconsciente lo deseara y de alguna manera eso despertara el deseo por él, no sé, tal vez era mi culpa por estar tanto tiempo sola, sin la compañía de un hombre, pero antes de él, no sentía ese deseo por nadie, yo era más que suficiente, solo espero que todo salga bien en este viaje laboralmente hablando, ya lo otro es más fantasía mía que realidad. Es más probable que vea un dragón real en Corea a que ocurra algo romántico entre nosotros.
Término de vestirme, como de costumbre optó por un juego de saya y chaqueta, está vez de color blanco, zapatos y carteras a juego, me veo como las secretarias que ponen en portadas de revistas. Voy por mi equipaje y decido salir mucho antes de la hora pactada, ya que voy en bus y no quiero llegar tarde, aún no he cobrado mi salario y no cuento con mucho dinero extra para un taxi, estoy con lo que tenía reservado para una emergencia, de cuando trabajaba en las labores domésticas.
Llegó a la parada y ya venía mi transporte, corro y subo en él, está casi vacío como de costumbre, llegó bastante rápido a mi destino contando con bastante tiempo a mi favor, aún falta media hora para las nueve así que decido ir a comer algo, ya que en casa no desayuné, debo adaptarme hacerme el desayuno, Claudia me mal acostumbró con sus desayunos maravillosos.
Llegó a la cafetería del aereopuerto, pido un café y unas tostadas con mantequilla, una vez que terminó todo pago la cuenta, aún falta para mi vuelo,me tomó una selfie y se la envío a mis padres y a Claudia. Mientras lo hago veo que mi jefe viene hacia mí, está tan guapo, va todo de traje, causalmente blanco como yo, sonrió sutilmente ya que mi mente me jugó una mala pasada pensando lo combinado que íbamos, esto hace que me ponga algo nerviosa pero trato de disimular, tampoco se iba a dar cuenta de mi nerviosismo ya que ni me prestó atención.
- Buenos días, te invito a un café. Me dice él de forma muy correcta, aún no me mira mucho y mantiene la distancia entre ambos.
- Gracias pero acabo de tomar uno.
Le digo sin más.
Ordena un café y toma asiento a mi lado, parece que también espera la hora de abordar, fueron varios minutos de pura tensión, nadie dijo nada, cuando fueron las nueve, fuimos hacia el control para abordar, así sin más, como unos robots, el viaje no pintaba nada de entretenido de momento, supongo que era todo un profesional. Serían más de veinte cuatro horas de viaje, también tendríamos que hacer escala.
Abordamos y como era de esperar nos tocó ir juntos, sería un viaje de mucha meditación ya que él no decía mucho y yo no sabía que decirle, la primera etapa fue como esperaba silenciosa, suerte que traje un libro para entretenerme, luego de la escala nada fue a mejor, seguía todo muy distante entre los dos, imaginaba que era su forma de ser, su coraza para mantener distancias entre sus empleados, sin vínculos afectivos, esa actitud de él sólo me atraía más, claro yo no iba a crear nada, ni provocarlo por más que deseara su atención, nunca me rebajaría a tanto y estaba más que claro que el pasaba de mi.
Cada vez estaba más aburrida y cansada, mis párpados pesaban mucho, intentaba no dormirme, a veces roncaba y no quería que mi jefe me viera en esa faceta, pero cedí, era mayor el cansancio que tenía que el miedo al ridículo, fue luego de un tiempo, no sabría decir cuánto que sentí mi brazo dormido al despertar me encontraba con la cabeza apoyada en el hombro de mi jefe y este tenía la suya apoyada a la mía, también tenía su enorme brazos sobre el mío de ahí que sintiera esa sensación.
Me encantó verme así con él, parecíamos una pareja de novios, pero volví a la realidad rápidamente, que pensaría mi jefe si se hubiera despertado primero, me alejé rápidamente sin hacer mucho ruido, retiré mi brazo que estaba bajo el suyo y me acomodé en mi asiento tomando distancia de él, no quería que se enfadara , aún comenzaba la semana y había mucho por delante. Me acomodé dándole la espalda en mi asiento y volví a dormirme, ya al despertar habíamos llegado a nuestro destino.