Sara era una mujer comprometida con su labor social, por desgracia se involucra con gente peligrosa, termina muriendo, pero cuando vuelve abrir los ojos, ya no es más Sara, ahora es Jade, la protagonista de una novela que ella detestaba. Sin embargo, Sara no quiere ser la protagonista sufrida, esta dispuesta a convertirse en la villana.
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Capítulo 9. Odio mutuo
─¿Qué rayos hace? ─dice molesto Leonardo ─Ya tardo demasiado…
Niccolò y Mara se miran entre sí, sin entender, solo habían pasado un par de minutos, desde que la chica entró a la cabaña con el hombre.
De pronto la puerta se abre y sale Jade, haciendo un gesto con la mano, para que entren al lugar. Los tres quedan asombrados al ver al conde de un modo delirante.
─¿Qué paso? ─preguntó Mara.
─Solo le di a tomar algo ─la chica muestra un frasco pequeño, era lo mismo que usó en el príncipe ─No espere que con el alcohol fuera hacer un efecto más fuerte.
El hombre está riendo y diciendo cosas sin sentido.
─¿Acaso no sabes seguir órdenes? ─interrumpió molesto Leonardo ─Hiciste algo innecesario, ahora no podremos interrogarlo.
─¡MALDITO IMBÉCIL… ¿QUIÉN TE CREES?! ─grito furiosa la chica ─¡¡Ni que hubiera matado al maldito imbécil!! ─refunfuña ─Además esto es mejor… ¡QUE TU MALDITA CONFESIÓN!
La chica le arroja unos papeles a la cara a Leonardo, mientras ambos se miran de manera feroz, con odio, Mara y Niccolò se sintieron abrumados porque, esos dos estaban dejando salir su magia. Mara fue la primera en intervenir alejando a Jade y Niccolò hizo lo mismo con Leonardo.
Mara llevó afuera a la chica, no entendía cómo esa pequeña tenía el valor para hablarle así al jefe.
─No vuelvas hacer eso ─dijo tomándola de los hombros ─Tal vez no estés enterada, porque eres nueva, pero se dice que León es el asistente del príncipe heredero y tiene todo su favor, así que puede matar a alguien y nadie va a decir nada.
Jade se asombra por lo dicho. “Ahora que lo recuerdo, en la novela se menciona quien es el príncipe, aunque solo aparece una vez en toda la novela… aparece cuando su hermano menor es condenado por sus crímenes”, “Que pensándolo bien, entre sus crímenes descubiertos por el Duque Robert, estaba una conspiración en contra del emperador y su hermano…”
─Entiendo… ─dice algo confundida ─Tratare de no discutir con él.
Mara suspira aliviada, pues jade le agrada, como su pequeña hermana. Ambas regresan a la cabaña, donde ya se encuentra los chicos, buscando y revisando entre los documentos, era obvio que aquella cabaña la usaba como escondite, el hombre había sido demasiado tonto en llevar a alguien, pero nunca se imaginó que una chica tan inocente le fuera hacer algo.
Leonardo, seguía molesto, pero no dijo nada.
“Que mujer más irritante, ¿no puede seguir una simple orden?”
Lo que realmente le había molestado al chico era que le desobedece, incluso actuó bajo su propio criterio, era la primera vez que alguien bajo su mando no cumplía con sus órdenes y para colmo le grito e insulto, aunque lo que más le dolió, es que consiguió pruebas físicas, lo desobedece y consiguió mejores pruebas. Eso había sido un gran golpe para su orgullo, el no tener la razón.
Niccolò empezó a guardar los documentos importantes en una esfera mágica, que servía para guardar cualquier cosa.
─Señor ─dijo el castaño ─¿Qué hacemos con el conde?
─Lo llevaremos.
Al amanecer, todo quedó listo y el conde fue llevado al campamento donde ellos estaban, para luego ser llevado a la capital, donde será juzgado por el emperador, pero primero debían encontrar a sus cómplices.
Todos quedaron sorprendidos al verlos llegar tan rápido, esperaban que tardaran unos días más y más cuando vieron que traían consigo al conde, aunque este iba inconsciente, a causa de lo que le dio Jade.
Niccolò se puso a revisar los documentos, mientras que Jade volvió a su entrenamiento junto con Mara y Dori, quien se emocionó cuando Mara le contó sobre la misión, claro omitiendo la parte donde Jade le gritó a León.
Una vez que los documentos estuvieron ordenados Leonardo se marchó junto a un grupo de sus hombres, donde también iba el conde, mientras que Niccolò quedó a cargo de buscar y capturar a los nobles que aparecían en algunos contratos y redacción que encontraron.
─Me dijo el jefe que eras muy buena para infiltrarse en lugares ─dijo el castaño a Jade ─Así que tú me acompañaras, solo te pido que sigas mis órdenes.
─Bien.
─Algo más, antes de seguir con esto, debe tomar otro nombre, esta misión es peligrosa y usar su verdadero nombre es peligroso. Las enviaré a usted y a Dori, para entrar a trabajar en la casa de Marqués Simón, una vez dentro buscarán pruebas en su contra.
Jade se quedó pensando un poco, en la novela no decían nada del Marqués, pero sí de su esposa, quien era la verdadera socia del conde, también menciona algo sobre que la mujer le gustaba violentar y ofrecer a sus sirvientas a sus socios.
“En verdad una mujer despreciable”
─Muy bien, ¿Cuándo partiremos?
─Mañana mismo, en una caravana de comerciantes, si sienten que es peligroso, salgan de inmediato, ¿entendido?
Jade asiente, no estaba muy a gusto de obedecerles, pero solo estaría con ellos por un corto tiempo hasta que pueda irse y recuperar un poco de su vida, tampoco quería depender de su padre, no lo hizo con su verdadero padre, no lo hará con el de Jade.
Al día siguiente, ambas chicas partieron, el marquesado está casi un día entero, por suerte no tuvieron ningún inconveniente para llegar.
Mientras tanto Leonardo también había llegado al palacio, debido a que no quería levantar sospechas, el conde Miller fue llevado en secreto, el chico estaba seguro de que habían cómplices entre los nobles de la capital y no desea alertarlos.
En una sala fue recibido por el secretario del emperador, quien lo lleva hasta la oficina de este, anuncia la presencia de Leonardo y una voz da su consentimiento. Dentro de la habitación se encontraba un hombre de cabello negro, su semblante frío, le daba la apariencia de estar molesto, sus ojos de color violeta que lo miraban con seriedad.
─Saludos Majestad ─dijo Leonardo haciendo una reverencia.
─Leonardo, no es necesario que hagas eso ─dice el hombre en un suspiro, parecía cansado ─Ahora dime ¿Por qué estás aquí?
─Traje al conde Miller, se encontró pruebas en su contra, pero nada de sus cómplices, también se encontraron documentos con el nombre de otros nobles, sin embargo, no son suficientes para atraparlos.
─¡Esas ratas! ─dijo molesto el hombre ─Pero ya sabia que no sería fácil, es por eso que te envíe a ti… mi hijo, un verdadero cazador ─se podía notar el orgullo que el hombre le tenía al chico ─Lástima que tu hermano, no sea igual… ─dijo con pesar ─La culpa la tiene la emperatriz.
Leonardo guardó silencio, a él tampoco le agradaba la emperatriz, era mujer superficial y frívola, que si bien, hacía muy bien su trabajo de emperatriz, eso no le quitaba que era una pésima persona y había llevado a su hijo por el mismo rumbo. Sin mencionar que, lo odia con todo su ser y era bien correspondida.
¡¡ESO FUE LA PEOR INJUSTICIA DE LA VIDA!! MALDITA SEA TÍO, LA FORZARON, REALMENTE ERES IMBÉCIL O TE HACES?!?