MATRIMONIO ARREGLADO.

'Sam'

Ella no quiso volver a casa conmigo, pesé a que él doctor le allá sugerido hacerlo por su propio bien.. ella optó por volver a su antiguo apartamento.

*Suspiro*

¿Como puedo hacer para que me escuche y me de su perdón? Pienso una y mil ideas para poder conquistarla pero no hay nada, todo lo que he intentado ha fracasado desde un principio.

Lleva un mes sin siquiera hablarme, sin siquiera voltear a verme cuando tenemos una reunión o nos cruzamos en el ascensor. ¿Que se supone que debo hacer?

Dos golpes en la puerta me sacan de mis pensamientos y doy el pase viendo a mi secretaria Susy entrar con el ramo de flores que mande para Diana.

- Señor, ella rechazó su obsequio.- dijo la mujer con disgusto.- Y la verdad no se para que sigue intentándolo, solo provoca que esa engreída se crea más de lo que es.- añadió y frunci mi seño para luego golpear mi escritorio y ponerme de pie.

- Cuando precise tus malditos comentarios te aviso, por el momento reservaré todo ese veneno que tienes atorado o mejor aun.. tragatelo antes de que yo haga que te lo tragues. - contesté y vi la cara de horror que la mujer puso.- ¡Ahora, más te vale que tu y todos los otros empleados de esta empresa sepan cual es su lugar y respeten a Diana, porque no solo es mi mujer, sino que también es la mujer con el mayor derecho aquí dentro para despedir a cada uno de ustedes, no consentire más que se crean con el maldito derecho de hablar de ella! - Finalice para luego señalarle la puerta.

Ella se disculpa y gira nuevamente caminando a la puerta, cuando la abre mi sorpresa es aún más grande al ver a Diana parada allí con su mano elevada apunto de tocar.

- Pasa.- Dije dulcemente y la veo asentir para luego entrar y ver a Susy para luego verme. - ¿*Aun sigues aquí?

- Me retiro, con su permiso*.- dijo la mujer para luego irse y cerrar la puerta detrás de ella.

- *Me alegra que estés aquí, ella dijo que rechazaste mi..

- Aquí están las carpetas que necesitas firmar, todas están separadas en el orden correcto*.- Me interrumpió y la vi con tristeza, aún no me ha perdonado.

- *Diana..

- Si puede firmarlas lo ante posible se lo agradecería ya que tengo que enviar las respuestas cuanto antes*.- Añadió ignorandome.- Están todas controladas pero si tiene dudas puede hacerlo usted mismo, con su permiso me retiro.- giró y camino a la puerta por lo que me puse de pie golpeando mi escritorio y provocando con ello que de un salto y se detenga.

- Si no quieres hablarme, ni escucharme, ni perdonarme bien, lo puedo entender pero deberás de regresar a casa Diana.- Dije con firmeza.

- ¿Porque debería de volver a su casa? ¿para permitirle cumplir con su apuesta? - preguntó sin girarse y frunci mi seño.

- ¡QUE FUE UNA MALDITA CONFUSIÓN, MALDICIÓN!- Grité aventando mi laptop y la taza de café que había sobre mi escritorio. - ¡*NI SIQUIERA ME DISTE LA OPORTUNIDAD DE EXPLICARTELO!

- ¿¡EXPLICARME QUE*!? - Gritó girandose a verme y sorprendiéndome. Es la primera vez en 8 meses que la oigo responderme de esa manera.- ¿¡QUE HE SUPUESTO SENTIR ALGO POR UN HOMBRE QUE ES CAPAZ DE APOSTAR POR UNA MUJER!? ¿¡QUE CAÍ ESTÚPIDAMENTE ANTE ÉL Y LE PERMITÍ BESARME!? ¿¡ARREBATANDOME MI PRIMER BESO!? - preguntó una y otra ves.- Anda, si me dices que jamás lo hiciste te perdonaré, si me dices que ellos hablaron mentiras.. volveré contigo. - solo me mantuve en silencio viéndola y ella río falsamente. - *Lo suponía.

- Volveras de todos modos, tenemos un contrato con el cual estas incumpliendo*.- *respondí desviando mi mirada de ella. *Me sentía avergonzado, pues pese a que quisiera decirle que jamás lo he hecho.. si lo hice*.*

-Ya decía yo que algo lo obligaba a recordar que era su esposa, un maldito contrato con el cual deseo terminar cuanto antes. - dicho eso, salio de mi oficina aventando la puerta detrás.

- ¡Maldita sea! - Dije molesto mientras pateaba la silla y veía todo lo que tiré completamente destruido.

Luego de suspirar, tome aquellas carpetas y salí de la oficina ordenando a mi secretaria que limpiara el desastre de mi oficina y camine por los pasillos de la empresa notando los murmuros de todos.

- ¿¡Alguien tiene algo para decirme!? - pregunté cabreado mientras lo veía bajar sus miradas.- Si vuelvo a oírlos murmurar algo a mis espaldas o escucharlos faltarle el respeto a mi esposa.. todos quedarán despedidos.-Finalice para luego salir de una ves.

Al subir a mi carro deshice el nudo de mi corbata y golpee una y otra ves el volante para luego dejar que mi cabeza descanse en el por un momento.

Ya no se que más hacer, todo lo que mi padre me ha dicho lo hice, trate de llevarme bien con ella esté mes, de darle su espacio para que acomodara sus ideas y se tome su tiempo pero.. la verdad es que esto ya estaba cansandome.

Suspire para luego ver el estacionamiento y sonreír ante mí patético acto, pues jamás sufrí tanto por conquistar una mujer, jamás he sido quien tuviera que seguirlas, ellas siempre venían a mi pero ahora.. esta mujer ha puesto mi mundo de cabeza en solo 8 meses.

¿Y si mejor me embriago y desisto de todo esto? No creo que me venga para nada mal una noche de alcohol.

Enciendo mi carro haciendo a un lado esa estúpida idea y doy marcha atrás para poder ir a casa y relajarme con un buen baño. Cuando intento avanzar la puerta del acompañante se abre y veo a Diana subir y abrochar su cinturón para luego cerrar la puerta.

- Necesito ir a mi apartamento por mis cosas para poder trasladarlas nuevamente a la casa.- habló y cuando intente decir algo ella prosiguió. - *No te he perdonado ni nada de eso, solo quiero que nuestro contrato se cumpla, soy una mujer de palabra. Luego de un año de matrimonio ya no tendré que seguir con esto.

- En realidad sería un año y un mes, ya que te pasaste un mes fuera de casa lo correcto sería que apremiaras el mes que no estuviste alli*.- respondí y ella volteo a verme con cara de pocos amigos.

- No me he divorciado de ti en ese mes, por lo tanto eso no cuenta.- contestó para luego volver su mirada a el camino. - *Anda, te indicaré donde es.

- No es necesario, se donde queda*.- respondí poniendo en marcha el carro y sintiendo su mirada sobre mi.- No puedes culparme por preocuparme por ti. - Añadí y la escuché bufar.

- A eso se le llama invasión de la privacidad y es un delito.- contestó y reí.

- No lo es, por que jamás entre a tu apartamento, solo observé desde afuera y por ello.. no cuenta como delito.- respondí y no agregó nada más.

Bien, quizás y no me ha perdonado pero se que en estos 4 meses que quedan podre conseguir su perdón o al menos.. eso quiero creer.