Es la historia de un amor Asexual, un tributo al romance, Helen y Davis tendrán una relación fuera de lo común, dónde el sexo no se hace necesario para expresar los sentimientos ni el deseo mutuo.
NovelToon tiene autorización de Oswaldo Sánchez Arreaza para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.
CAPÍTULO IX: UN SENTIMIENTO INCONTENIBLE
Llegue a la casa de mi tía Gina, era madre soltera con dos hijos de 12 y 15 años, ahora me tocaba compartir mi habitación con mi primo Michael, al principio nada me gustaba, me sentía enojado por dentro, no les perdonaba a mis padres alejarme de Helen, en mis momentos de soledad lloraba de impotencia por no poder estar con el amor de mi vida, mi corazón no entendía que no podía amar a mi hermana.
Los días fueron pasando y el recuerdo de todo ese tiempo que pasamos como si fuéramos novios, me daba fuerza para salir adelante, pensé en huir con ella y vivir nuestro amor sin reservas.
Mi consuelo era que, gracias a la tecnología, cuando mamá no estaba en casa, Helen me llamaba y en ocasiones chateábamos por horas en las redes sociales, me quede sin teléfono, como forma de castigo, papá me lo quito, tuve que pedirle a Michael que me prestara el suyo, así mantuve la comunicación con ella.
Michael y yo nos hicimos muy buenos amigos, también le gustaban los vídeos juegos y el anime, un día ya en confianza hablamos, Insinuó Michael:
—Dime la verdad, lo hiciste con Helen, por eso te enviaron aquí
—Cómo, qué hice qué.
—Ay no te hagas, le hiciste el amor.
—No te pases, estás loco es mi hermana.
—Pero el día de su cumpleaños te vi besándola en la boca.
—Solo nos besamos.
—Pero si te la cogerías.
—Cuidado con tus palabras, es tu prima también—Le exigí
—Lo siento, ¿pero tú estás enamorado de ella?
—Si con toda mi alma.
—Ok, no te culpo Helen es una belleza.
—Sí es una princesa.
—Y ahora ¿Qué vas a hacer?
—No lo sé, mis padres no quieren que esté con ella
—Que mal hermano, una historia de amor sin final feliz.
Llego la navidad y la familia se reunió para noche buena, mamá y mi papá me recibieron con afecto otra vez en casa solo por la ocasión, al ver a Helen me contuve de abrazarla, solo un "Hola hermana" salió de mi boca.
Los adultos reían y comían, mientras yo le ensañaba mi colección de juegos de consola original esa Michael, no té que mamá estaba distraída con las anécdotas de la infancia de papá que le contaba mi tía Gina, entonces ideé un plan, le dije a Michael ¨Dile por favor a Helen que venga para acá¨.
—Pero sabes que no puedes estar a solas con ella.
—Si lo sé, pero tú vas a estar aquí, cuando lleguemos nos iremos a hablar al Baño y tú nos avisas si viene alguien por favor.
—Estás loco de verdad—Pronuncio Michael en tono de burla.
—Ayúdame y te regalo mi colección de manga.
—Está bien.
Pusimos el plan en marcha y Helen acepta venir un momento, estando en la habitación sin vacilar la tomé de la mano y le dije "Vamos a hablar" y nos encerramos en el baño mientras Michael cuidaba la puerta.
Estando en privado la abracé y le di un beso en el cachete y en el Frente y le dije ¨Te extrañe mucho, añore este momento por mucho tiempo¨, Insinúe darle un beso en la boca, pero voltio su rostro asía el otro costado.
—Yo también te extrañé, pero tienes que entender que somos hermanos— Alego Helen
—De que hablas, nunca hemos dejado de ser hermanos, eres mi Amada hermana y siempre lo serás.
—Los hermanos no se besan en la boca, no está bien lo que hicimos—Expresa Helen con gesto de disgusto
—Te equivocas, no cometimos ningún crimen ni le hicimos daño a nadie.
—Nunca entiendes.
—Piensa en tu felicidad por favor.
—No puedes pensar en ti todo el tiempo, tienes que ver como tus acciones afectan a los demás—Reclamo Helen
—Dime una cosa, ¿olvidas de todo lo que vivimos juntos?
—Contigo no se puede razonar.
— ¿Por qué te cuesta tanto aceptar tus sentimientos?
—Ya no quiero hablar más, vine aquí por mi primo Michael—Expresa Helen
—Una última cosa, y no te hablo más nunca del tema, déjame darte un último beso por favor.
—Está bien—Acepto Helen
Sostuve con mis dos manos su rostro, la quedé viendo fijamente unos segundos y la besé, ella me correspondió el beso y nos quedamos pegados una al otro como si tuviéramos pegamento en los labios, ninguno de los dos quería parar de besarse, pero Michael con un pequeño sonido nos avisó que alguien venía.
—Y quedaron bien, supongo—Pregunto con una sonrisa Michael.
—Al parecer sí, pero con Helen nunca se sabe.
—Pero la besaste.
—Si un rato largo.
—Porque pasaron más de una hora en el baño.
—Guao, no me pareció tanto tiempo.
Luego de noche buena, el 27 de diciembre de ese año, Papá insistió a mí ti a Gina que se quedara en casa para recibir el año nuevo, todos salimos para el centro comercial, mamá aprovecho para comprar algunas cosas, entre ellas ropa nueva, me regalo unos tenis nuevos y un suéter nuevo, porque en Chicago hace mucho frío, le dije a Michael que le pidiera dinero a su madre, porque a mí me daba pena pedirle a la mía, después de todo lo que paso, aún recordaba aquella bofetada en el estudio de papá, entonces le pedí ayuda nuevamente a mi primo: ¨Vamos para el cine con Helen, estando allí te haces como si quieres ir al baño y luego vuelves, pero te sientas muy detrás de nosotros
Mi primo y en ese momento de mi vida era mi mejor amigo, siguió el plan, se trataba de una película de terror, cuando se fue Michael de nuestro lado, no dijo una sola palabra, se quedó mirando fijamente en dirección a la pantalla gigantesca del cine, pero algo la asusto, tomo mi mano, no sabía que decirle, pero la conocía, ella tenía algo de miedo, así que recosté su cabeza en mi hombro, se veía tan frágil y sin pensarlo le di un beso y en medio de la sala, nuestro amor se volvió a desatar.
—Y dónde está Michael, ya debía de haber regresado— Pregunto Helen
—Él está sentado atrás, él sabe todo lo nuestro, el día de tu Cumpleaños nos vio.
—Ay no, viste que es imposible mantener un secreto así.
—Cuando tengas 18 nos iremos a vivir a Nueva York—Le pide con entusiasmo
—No lo sé, papá quiere que estudie medicina, la verdad si me gustaría ser Doctora.
—Recuerda que es tu vida, no tienes que sacrificar tu felicidad por complacer a otros.
Pasamos todo el tiempo que duro la película entre besos y caricias, salimos los tres del cine, nuestros padres no se enteraron que otra vez había vuelto a probar los dulces labios de Helen.