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En La Guerra, En Mi Cabeza

En La Guerra, En Mi Cabeza

Status: En proceso
Genre:Acción / Futuro / Sci-Fi / Supersistema / Apocalipsis / IA
Popularitas:643
Nilai: 5
nombre de autor: Ángel

La historia sigue a un militar sin nombre, en medio de una guerra, al que todos se refieren como Ergo.

El mundo del futuro está en crisis debido a una guerra que ha asolado cada región desde hace años y de la cual parece ser que ningún compañero o militar cercano a Ergo sabe algo.

Un día cualquiera, durante una batalla campal, Ergo es herido y se ve orillado a reparar su extremidad tras acabar la batalla. Luego de su reparación, Ergo descubre a sus altos mandos hablando acerca de él, de su ineficiencia y de como lo eliminarán para traer a otro soldado en su lugar. No obstante y sin poder negarse, es enviado de nuevo en una última misión en los límites del mapa sabiendo que las batallas libradas allí son sinónimo de muerte.

Poco a poco, Ergo irá descubriendo la clase de mundo en el que habita y los secretos que se han ocultado ante el y cualquiera de sus compañeros.

En esta historia el lector se sumerge en un delirio y cuestionamiento filosófico y político acerca de la moralidad.

NovelToon tiene autorización de Ángel para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.

IX

Ergo fue golpeado nuevamente tanto por el ambiente vívido del lugar como por el clima y viento ligeramente fríos. La temperatura le recordaba a la tierra húmeda en la batalla.

Ludwig le había prestado algo de ropa: un par de zapatos negros y lustrosos, un pequeño gorro y una ropa algo formal con la que pasaría gran parte del día fuera.

Ludwig por su parte, iba vestido con menor formalidad y parecía que el frío no le hacía temblar ni un músculo. Cerraron la puerta de la casa y Ergo observo con lujo de detalle cada zona a su alrededor, los sonidos, la arquitectura tan extraña para el y los vehículos. La casa de Ludwig estaba conformada de concreto y desde fuera se veían múltiples zonas por dónde se veían pasar fracciones de luces azuladas. Era blanca, pero ante lo negro de la calle transitoria, hacía un contraste bastante impresionante. También noto que había muy pocas ventanas y las únicas que había eran modestas o demasiado pequeñas como la del baño. No debían ser más de las tres de la tarde. La calle brillaba bajo el cielo azul, irónico considerando la baja temperatura de la zona. Ergo en su desconocimiento se asombraba incluso ante los ordenados postes de luz. Las demás casas conservaban el mismo estilo que la vivienda de Ludwig, a excepción de algunas formas más redondeadas o ventanas más prominentes y en forma ovalada por dónde Ergo podía ver a los dueños. Absolutamente, todos eran hombres; no había rastros de bebés ni mujeres identificables; pero Ergo no sabía que eran mujeres y mucho menos un bebé.

Ludwig y Ergo fueron caminando a paso lento para que los distintos objetos y construcciones se le presentaran en su máxima expresión a Ergo. Noto letras gigantescas en carteles colocados al costado de edificios o mostrados en enormes pantallas de locales de diversos comercios. Ergo se sentía cómodo de que nadie parecía indagar en su presencia. El gorro hacía lo suyo ocultando su cicatriz en la cabeza y su herida causada por la bala no presentaba ningún dolor. Ludwig se dedicó a explicar en parte los lugares y objetos en los que Ergo indagaba, y se sentía a gusto haciéndolo. Hasta un simple par de lentes mostrados en una repisa de un consultorio de algún oculista le parecían tan curiosos.

En alguna parte indeterminada del viaje Ergo noto nuevamente la expresión tan extraña de Ludwig mientras más avanzaban por una calle al girar a la izquierda en la intersección. Ergo aun así, seguía siendo cuál niño pequeño: se asustaba por los estridentes sonidos de los cláxones de los autos, veía fascinado las luces que emitían los locales en sus entradas o de los edificios de hasta 4 pisos. En algún punto, Ergo noto que en la lejanía—aunque con cada paso se acercaban—había un enorme edificio de forma cilíndrica y con una semi esfera en lo alto, de dónde algunas luces neón salían y daban luz a múltiples edificios y hogares alrededor.

—¿Qué es eso?—preguntó Ergo apuntando en dirección a la enorme construcción.

—Es el edificio principal de esta ciudad. Allí suelen reunirse los hombres más ricos y políticos importantes de la ciudad—Ergo finalmente pudo leer una emoción conocida en el rostro de Ludwig: odio.

Ergo quería charlar más, pero Ludwig parecía ensimismado y simplemente siguió avanzando sin indagar en la duda de Ergo hasta que ello se disipó acompañado a una ráfaga de viento y luz que les hizo hundir la barbilla en sus pechos. Finalmente, estaban en la calle larga y principal que se conectaba directamente a aquel edificio. Ergo finalmente pudo leer las letras neón que pasaban a través de una enorme pantalla alrededor de toda la enorme estructura: "Da parte de ti a la máquina. Estaremos agradecidos".

Ludwig jalo a Ergo hacía otro rumbo distinto separándolo de su trance ante la impresión.

—Vamos hijo, iremos hacia la entrada del este y subiremos las escaleras hacia la estación del tren.

Y así fue. Hubo lentitud en el camino como consecuencia del cada vez mayor número de hombres andando por las calles. Ludwig le había dicho a Ergo que eso ocurría cada que la hora pico de actividad terminaba y que ahora en su caso, era simplemente mejor soportar.

—¿¡Ves ese lugar de allí!?—gritó Ludwig ante el bullicio de la gente, señalando un par de escaleras de caracol bastante anchas que se movían de forma automática.

—¡S-sí!

—¡Allí es donde iremos, no te pierdas, y en caso de hacerlo solamente sigue directamente andando hacía ellas!—gritó por última vez Ludwig antes de comenzar a caminar mientras Ergo le seguía por detrás.

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Benja
Mi compa el jugador de Brawl Stars:
Lord vyron: JAJAJA
total 1 replies
Benja
Te olvidaste corregir lo de Carter
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