Al principio, tu presencia en mi vida era solo un pasatiempo, un mero entretenimiento que llenaba mis horas vacías. No te veía más que como un juguete, sin profundidad ni importancia; eras solo una distracción temporal. Sin embargo, a pesar de los esfuerzos por liberarte de mis garras, siempre te sentías atrapado, como un pájaro que añora el cielo abierto y el vuelo libre. Esa lucha constante por tu libertad reflejaba un anhelo profundo en tu ser. A medida que pasaba el tiempo, comencé a darme cuenta de que tu valor iba más allá de mi entretenimiento, y que había una complejidad en ti que merecía ser explorada y entendida.
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Cuerpo y Mente, una lucha total
Al día siguiente me levanté tardísimo, ya casi era mediodía, por lo que la idea de un gran desayuno estaba totalmente en el olvido y mi cabeza dolía un poco, había tomado, no tanto como Nika, pero el licor estaba generando sus efectos secundarios.
Me di un baño, tomé un par de analgésicos y bajé a almorzar.
Cuando llegué al comedor él estaba allí y su cara no era de buenos amigos, estaba más serio que de costumbre, mientras que Nika tenía una cara terrible, no sabia si era por la resaca o había algo más, aun así, me senté a su lado, saludé a los presentes e intenté pasar desapercibida.
-Nika se que eres una adulta, pero sabes que me preocupo por tu seguridad, no es posible que no supiera donde estabas, nadie en esta casa sabia de ti – la voz de Víctor retumbaba en las paredes
-¿Por qué no me llamaste?, te habría dicho donde estaba, no pienso vivir con alguien cuidando mis espaldas todo el tiempo – la voz de Nika sonaba lastimera
-Solo te pedí una cosa cuando volviste a casa, que avisaras a donde estarías, no es para controlarte, es por tu seguridad – había una mezcla de rabia y preocupación en tu voz
-Llegaron en un taxi, ¿y si hubiera sido un secuestrador?, ¿y si te hubiera sucedido algo? – siguió diciendo
-¿No te parece que estas exagerando? – pregunté y pude ver su mirada asesina dirigiéndose a mi
-No, no estoy exagerando, soy una persona muy importante en esta ciudad y por ahí hay personas a las que le he quitado contratos, les he arrebatados contratos multimillonarios y quieren hacerme daño, ¿contra quién crees que pueden ir para lograrlo?, ¿contra ti?, no eres nadie para mí, pero mi hermana lo es todo – escucharlo hablar así me hizo sentir terrible
-No le hables así a Reny, ella no tiene la culpa de mis decisiones y solo intenta defenderme – le puse una mano en el hombro a Nika
-Gracias por recordarme mi posición, se me acaba de quitar el apetito – me levanté y me fui, solo escuché a Nika discutir con su hermano por cómo me había tratado
Tomé mi auto y salí de la casa, pude ver la indecisión del guardia en dejarme salir, pero de igual manera me abrió el portón, fui directo al centro a visitar a mi abuela, pasaría la tarde allí, necesitaba pensar en otra cosa, sentía que mi vida daba vueltas en el hecho de que no tenia una familia y que estaba sola.
Hoy Mark tenia el día libre, para mejorar mi buena suerte, la única persona que podía escucharme y darme una palabra positiva, no estaba.
Le envié un mensaje para vernos después de la visita a mi abuela, pero me dijo que estaba ocupado, tal vez estaba en una cita y no quería decirme nada.
Mi estado de animo no era el mejor y Nika no dejaba de enviarme mensajes disculpándose por lo de su hermano, diciéndome que había hablado con él y que no volvería a tratarme de esa manera, recordándome lo especial que era para ella e invitándome a cenar.
En ese momento recordé que no había comido, mi estomago gruñó fuertemente y no tenia ni siquiera una galleta en el bolso para apaciguar mi hambre, así que decidí irme antes y comer algo antes de volver a casa.
Así lo hice, le di un beso de despedida a mi abuela y fui a comer algo ligero, le escribí a Nika que en un rato volvería a casa y mientras comía veía a la gente pasar frente al local, sentía cierta envidia por las personas que iban en familia o con amigos.
Respiré profundo terminé de comer y alejé esos pensamientos negativos de mi mente, no podía dejar que alguien a quien casi no conocía derrumbara mi mundo con unas simples palabras.
Al llegar a casa noté que todo estaba en silencio, supuse que no había nadie y aproveché la ocasión para recorrer la mansión, era muy distinto pasear por ese lugar mientras había alguien pasando por tu lado, me sentía vigilada y hoy al no haber nadie podía examinar cada detalle a fondo.
De pronto estaba frente a la puerta de la oficina de Víctor, uno de los lugares prohibidos, vi a todos lados y no había nadie, por debajo de la puerta noté que la luz estaba apagada, así que entré y encendí la luz.
La habitación estaba decorada muy diferente al resto de la casa, era bastante moderna y muy masculina, tenía toques de metal, creando un ambiente de elegancia y profesionalismo, no le envidiaba nada a una oficina de cualquier empresa.
El gris oscuro cubría las paredes principales mientras que otra estaba pintada en azul marino y el escritorio estaba elaborado con una combinación de vidrio templado y estructura de hierro negro, acompañado de una mesa de reuniones minimalista en madera oscura con sillas de diseño en cuero negro.
Los grandes ventanales que tenía aportaban luz natural, originando que quedara con la boca abierta, no se porque, pero no era lo que esperaba, al ver la decoración de toda la casa pensé en un lugar sumamente distinto, con muchos estantes y libros.
Estaba tan embobada viendo todo esto que no me di cuenta de que alguien había llegado, sino hasta que me habló casi al oído.
-Creí haberle dicho a Nika que no quería verte aquí – me sobresalté e intenté salir de allí, pero el me tomó entre sus brazos y cuando me di cuenta mi espalda estaba contra la pared
-¿Nadie te enseñó a no entrar a donde no te han llamado? – pude ver una sonrisa malvada en su rostro
-Yo… no… - pude ver sus ojos fijos en mis labios y las palabras no salían de mi boca
Luego su mano derecho subió a mi mejilla y la acarició suavemente hasta llegar a mus labios, los cuales acarició con su pulgar y levantó su mirada para cruzarla con la mía
Se acerca nuevamente y me preparo para el beso que va a llegar cuando de pronto se detiene.
-Pareces un corderito asustado, creo que lo mejor es que te deje ir – hay una sonrisa extraña en sus labios, pero mis piernas no se mueven
Me quedó exactamente en el mismo sitio sin poder moverme un centímetro, mi mente dice que me vaya de ahí, que salga corriendo siente el peligro, pero mi cuerpo quiere un poco más de él.
a de respecto