Guardianes Poderosos En El Mundo Sobrenatural

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Advertencia: Este capítulo contiene escenas explícitas, por favor leer con discreción....

Arlet camina seguido por Elián hacia el Estudio que tiene un escritorio, una silla y varios muebles para que se sienten los invitados. Además de una puerta robusta y fuerte que lleva a la habitación de Arlet.

--Dime Elián en que se basan para hacer este Castillo.

--Bueno, sabemos que tienes cierta debilidad por las construcciones orientales, pero hemos hecho cambios como las puertas a tu habitación que no son corredizas, por cuestiones de seguridad. Por lo que básicamente solo la fachada tiene apariencia oriental; lo demás es similar al antiguo Castillo porque no tenemos la costumbre de sentarnos en el piso.

--Pero no intentes distraerme del punto más importante; porque me has ocultado sobre las armas y aún no me dices que sucedió todo ese tiempo en el que permaneciste encerrado.

Arlet movió la silla de su escritorio y la colocó frente a otra donde se sentó Elián, aun de pie situó un hechizo en la puerta para que nadie pudiese oír o entrar aunque tuviese la llave.

-Todo lo que escucharás hoy será impactante y pesado para tí, pero no has parado de preguntar por el pasado.

-Elián no he dejado de tener sueños, durante mi encierro era peor porque mi mente tenía más tiempo para divagar, aun cuando hablaba contigo para dar órdenes y saber que sucedía en el momento.

Para mi desgracia el refugiarme en esos recuerdos de otras vidas me permitía sobrellevar el dolor que sentía mi cuerpo luego de las visitas de mis carceleros.

Algo que incluso los guardianes desconocían en su mayoría es que los arcanos de nuestra especie recuerdan todo y cuando digo todo es que he recordado que mi pareja de arcano en ese momento su nombre era Asem y yo era una mujer de nombre Xaria.

Elían interrumpe a Arlet y dice:

-Hermoso nombre Regalo de amor.

Arlet continuó luego de cerrar los ojos y encorvar su cuerpo hacia adelante, apoyando sus manos en las rodillas y su barbilla en sus manos.

-Eso dijo él cuando lo conocí, nuestras almas cargan con lo que hoy llamas “arca de genes” por eso también recordamos todo, pero en esa época germinó una enfermedad que no perdonaba a ningún ser, incluso los paranormales como nosotros y solo los guardianes podíamos curar a los enfermos, el defecto es que siempre hemos sido pocos, miles morían por día, por lo que uso la plegaría de Gaia, pero su petición fue tan grande que solo quede con fragmentos de su alma en mis manos.

-Arlet, cuál fue su petición.

-Elián, es el árbol de cristal del reino de Caregiver, en ese entonces tomábamos un cristal y grabamos la magia curativa, para que la magia dentro, pudiese ser activada por cualquier criatura y conforme pasó el tiempo la enfermedad mengua y solo se convirtió en placas para grabar eventos de la historia en ellas.

-Solo pude continuar viviendo unos años después de su muerte porque teníamos hijos pequeños, cuando crecieron estalló una guerra entre todos, por el anhelo del poder que lograrían al tomar el árbol, por lo que use la plegaría para consumir mi vida y crear defensas mágicas alrededor del árbol, así como los anillos de prueba para los jóvenes guardianes de ese modo solo enferman en la prueba del elemento y no mueren.

-Las defensas del árbol aún están de pie, las personas lo han categorizado como sagrado porque no puedes acercarte con malas intenciones y por eso no han atacado en está guerra más reciente a las defensas del árbol con esas malditas armas, no estoy seguro de si la magia dada por la plegaria puede resistir esas armas.

Arlet se endereza y apoya todo su cuerpo en el respaldo de la silla como signo de cansancio.

-Volviendo atrás un poco la Diosa menor Tyche tenía poco de haber nacido, no obstante tenía suficiente poder para tomar los fragmentos que tenía de su alma para las almas de mis nuevos compañeros y decidió que fuesen dos, para que tuviesen el poder suficiente garantizar mi vida, porque siempre he sido la pareja que ha podido concebir.

Arlet se sienta derecho y mira fijamente a Elián.

-Luego recuerdo cuando nos conocimos en la academía en el último año cuando teníamos prácticas juntos y ahora sé porque tu rostro me evocaba tantas emociones, eras tan parecido a él.

Arlet se acercó a Elián y tomó su rostro entre sus manos, pasando la punta de los dedos como alguien que toca la más fina porcelana.

-Eras y sigues siendo tan guapo la única disparidad entre él y tú son sus ojos, eran el más hermoso color esmeralda que alguna vez existió y cuando sonreía un poco, eso era suficiente para que tuviese toda mi atención.

La mano de Arlet se dirige hacia los labios de Elián y lo beso, los besos fueron escalando, Elián empezó a llevar a Arlet a la pequeña recámara junto al estudio, entre besos y empujones para quitarse la ropa, ambos cayeron en la cama, Elián trazo con sus dedos cada una de las cicatrices en el cuerpo de Arlet y cuando llegó a su cadera debajo de su pene había una pequeña hendidura que todavía no estaba lo suficientemente lubricada, al levantar la cabeza en busca de algún aceite, vío como Arlet sacó uno de la mesita cerca de la cama y le tiró una pequeña botella de aceite de lavanda que uso para verter en sus dedos antes de empezar a dilatar su apertura con un dedo, para luego aumentar a dos, hasta que logró colocar bien tres dedos.

Luego Elián se incorporó, dirigió la mirada al rostros de Arlet y con una mano en sus abdominales le preguntó.

-¿Estás seguro de esto?

-Si, ya hemos llegado tan lejos como para detenernos.

Elián buscó la botella de aceite de lavanda, para esparcir en su pene y frotarlo de manera uniforme y mientras sostenía su pene en la apertura entre las piernas de Arlet empujo un poco, se detuvo para posicionar los antebrazos a ambos lados de la cabeza de Arlet y besarlo durante su lenta penetración y de está manera se tragaba los gemidos de Arlet en su boca, luego hicieron el amor cual olas que golpean la arena, hasta que alcanzaron el clímax fue tan maravilloso que al cerrar los ojos el blanco cubrió los ojos, para luego ser invadido por un caleidoscopio de colores.

Elián apoyó su frente en la de Arlet y continuaron abrazados por unos minutos antes de que Elián se desplazará a la par de Arlet y tomó la mano de este y se la llevó a la boca para dejar un beso en el dorso de su mano antes de bajarla y ambos se durmieron en la euforia del momento.

Diario de Arlet

Grato momento en la tormenta de la vida

Adornado con tu tierno amor de familia

Incertidumbre de la permanencia de está dulce paz

Luchar con firmeza para prolongar este efecto

Sea amor, pasión o cariño.

Ten por seguro que en mi corazón yace una parte para guardar

Cual tesoro las memorias que compartimos

Aún en mi alma mora el dolor de la pérdida

Pero los momentos contigo siguen esclareciendo el camino

en medio de la penumbra.