Sebastián Spencer, exitoso arquitecto y empresario de la construcción, encuentra su vida entrelazada con el carismático empresario de juegos, Luciano Reyes. La trama se complica aún más cuando Sebastián descubre que Melisa, la esposa de Luciano, despierta en él sentimientos inesperados. Entre el diseño de estructuras y el riesgoso mundo de las apuestas, los protagonistas se ven atrapados en un triángulo amoroso que desafía las fronteras entre la arquitectura de sus vidas y los juegos de la pasión, desencadenando una historia llena de secretos, decisiones difíciles y una búsqueda inesperada de la verdadera construcción del amor.
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Capítulo 9
Después de una cena y sobremesa llena de conversación y camaradería, en la cual Olivia sugirió algunas de sus ideas para ciertos espacios del hotel, Sebastián y Nicolás se despidieron de su anfitriona con respeto y gratitud.
-Olivia, ha sido un placer conocerte- dijo Sebastián- y será un placer trabajar contigo en este proyecto. Estoy emocionado por lo que podremos lograr juntos.
-Sí, gracias por todo, Olivia- acotó Nicolás- Realmente apreciamos tu contribución y entusiasmo.
Olivia respondió con una sonrisa sincera y palabras de agradecimiento.
-El placer ha sido mío. Estoy ansiosa por comenzar a trabajar en el diseño de interiores del hotel- dijo la muchacha con una expresión de felicidad en su rostro difícil de dejar pasar por alto.
Luciano acompañó a sus socios hasta la puerta, despidiéndose con calidez antes de que ambos jóvenes se marcharan.
-Hasta pronto, Sebastián, Nicolás- les dijo- Nos vemos pronto. Estoy seguro de que lograremos grandes cosas juntos.
Después de cerrar la puerta, Luciano regresó con Olivia, quien lo miraba con gratitud en los ojos.
-Luciano, quiero agradecerte por esta oportunidad- le dijo con la mirada rebosante de gratitud- Nunca antes había podido ejercer mi profesión, y poder poner en práctica todo lo que aprendí es un sueño hecho realidad para mí.
Luciano la abrazó con cariño, sintiéndose feliz de poder brindarle a su esposa la oportunidad de realizar su pasión.
-Te lo mereces, amor. Estoy orgulloso de ti y emocionado por lo que vendrá. Juntos, construiremos algo increíble- replicó él dejando un beso sobre la coronilla de su cabeza.
Con una sonrisa en sus rostros, Luciano y Olivia se abrazaron, sabiendo que estaban comenzando un nuevo capítulo de la vida del empresario en el cual estarían más juntos, el cual estaría lleno de posibilidades y éxito.
Mientras tanto, Sebastián y Nicolás quienes ya iban de regreso a sus hogares en el automóvil de Sebastián, se enfrascaron en una charla en la cual comentaban sobre la cena que acababan de tener. Nicolás, conocido por su atracción hacia las mujeres, no pudo evitar hacer algunos comentarios sobre la esposa de su nuevo socio.
-¿Qué te pareció?- preguntó Nicolás a su amigo, quien lo miró sin comprender a qué se refería-¿Linda la muchachita, verdad?- indagó el muchacho.
-Mucho- respondió Sebastián con seguridad- pero recuerda es la esposa de nuestro socio. No vayas a intentar nada allí- le advirtió. Nicolás hizo una mueca de desconcierto ante la advertencia.
-¡Ya sé, ya sé!- exclamó- pero que sea la esposa no quiere decir que debemos dejar de mirarla. Es muy joven y ese vestido le quedaba precioso- acotó, su amigo negó con un movimiento de cabeza guardando en su interior la esperanza de que el joven abogado no pusiera los ojos donde no debía. Ya que Luciano además de ser un empresario muy importante tenía fama de ser cruel y vengativo con quienes se ponían en su contra.
-¿De verdad estás de acuerdo con que la esposa de Luciano se haga cargo del diseño de interiores en los hoteles que vamos a construir? Es una mujer hermosa, pero ¿realmente tendrá la experiencia necesaria para eso?- preguntó Nicolás cambiando de tema.
- Bueno, nunca subestimes a alguien por su apariencia, Nico. Olivia podría sorprendernos a todos con su talento y habilidades.
Nicolás, sin embargo, no pudo evitar ir directo al punto que realmente quería abordar. Olvidando la reciente advertencia.
-Sí, sí, claro, Sebastián. Pero hablemos en serio, ¿no es Olivia simplemente impresionante? Imagina todas las cosas que podrías hacer con una mujer así- dijo con picardía.
Sebastián se sintió incómodo con la dirección de la conversación y advirtió a Nicolás.
-Amigo mío, te sugiero que no cometas ninguna imprudencia. Cómo ya te dije antes, Olivia es la esposa de nuestro socio, y debemos mostrarle el respeto que se merece.
Nicolas se defendió rápidamente, alegando que solo estaba admirando la belleza femenina.
-Tranquilo, Sebas. Soy un hombre que simplemente aprecia la belleza femenina. No haría nada que pudiera poner en peligro nuestra relación con Luciano o hacerle daño a Olivia. Pero no puedo evitar notar lo atractiva que es. ¿O me vas a negar que no te gustaría tener a tu lado una mujer así?- agregó desconcertando a su amigo nuevamente.
Y como Sebastián sabía que la única manera en que esa charla tuviera un fin, era responder con exactitud ante las preguntas de su amigo no dudó en contestar.
-Por supuesto que me encantaría tener a mi lado a una mujer tan bella como ella, y más aún si demuestra ser inteligente
-¿Pero... te diste cuenta de que ella es mucho más joven que él, incluso más que nosotros?- comentó de repente el joven, su amigo ladeó la cabeza.
-Y bueno, habrá de tener lo suyo nuestro socio- respondió Sebastián y en el preciso instante en que Nicolás iba a continuar con su diatriba, el joven arquitecto detuvo su automóvil
-¡Llegamos a tu casa!- le dijo sonriendo- te sugiero amigo que te duches y luego te vayas a la cama a descansar. El lunes nos espera un día de mucho trabajo.
-Si tú lo dices- dijo con fastidio el abogado, mientras descendía del vehículo.
Una vez que hubo cerrado la puerta del coche, Nicolás se asomó por la ventanilla del copiloto, miró a su amigo unos minutos y luego dejó que las palabras simplemente fluyeran.
-¿Sabes algo? - Sebastián lo miró como preguntando¿qué?- Esa mujer sería ideal para ti- respondió- bella, dulce, inteligente y sabrá Dios cuantos atributos más tendrá aparte de los que pudimos apreciar- agregó haciendo referencia al cuerpo de la muchacha.
Sebastián rodó los ojos, negando una vez más con la cabeza.
-Mejor vete a dormir, Nico- le dijo- Disfruta tu fin de semana. Nos vemos el lunes.
Y sin dejarle decir nada más, cambió la marcha del automóvil y se marchó, dejando a su amigo con una sonrisa de lado llena de picardía.