La Tormenta Perfecta

Dylan contraeria nupcias con Isabelle ya no había vuelta atrás.

Isabelle se despertó cuando algunos rayos de luz se colaron por la habitación, Dylan ya no estaba a su lado, pero había una nota en el lugar que antes ocupó.

Querida Isabelle.

Si estás leyendo está nota es porque probablemente ya no me encuentre a tu lado, tuve una emergencia familiar (no te preocupes nuestro plan sigue en marcha), mamá espera a que yo le ayude con los preparativos de la boda y es por eso que debo ir a verla, en el clóset hay camisas y playeras que probablemente te queden bien, pronto te conseguiré ropa, pero por el momento ponte algo mío, cuando termines de arreglarte, baja a la cocina, te deje el desayuno listo, no salgas del departamento, no tardaré demasiado.

Con amor Dylan.

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Isabelle hizo justamente lo que la nota decía, bajo de la cama y fue directamente al baño, tomo una ducha y salió únicamente con una toalla cubriendo su cuerpo, abrió el clóset y saco una playera blanca que le quedo perfecto, aunque no cubría demasiado no podía quejarse era mejor eso a nada, se puso la misma braga que tuvo la noche anterior y bajo al comedor, disfruto de su desayuno y reviso su correo, y se encontró con miles de solicitudes para empleo, al parecer su padre ya había hablado con sus socios y es por eso que ahora todos querían que ella se uniera a sus empresas, todos incluyendo a su padre.

Justo en ese momento su padre le llamo, Isabelle no quiso responder a la llamada, el teléfono sonó y sonó un par de veces más, después de 10 llamadas perdidas, le devolvió la llamada, ella había terminado de desayunar y de lavar los platos que se habían ensuciado, su padre no respondía así que decidió dejarlo así.

El timbre del departamento sonó e Isabelle decidió revisar para ver quién era.

Una mujer algo mayor estaba paraba frente a la puerta, pensó en que tal vez necesitaba ayuda así que abrió y la mujer se sorprendió cuando se encontró con Isabelle la cual estaba semidesnuda.

—buenos días señorita, me llamo Amanda vine a realizar la limpieza, espero no le importe

Isabelle no tenía el número de Dylan, para informarle, pero la mujer se veía de confianza, la dejo pasar y la mujer empezó a hacer la limpieza. Ella e Isabelle platicaron todo el día, hasta que el sonido de la puerta se escuchó, ella bajo de una de las bancas en donde estaba sentada y fue corriendo hasta la sala.

—¡Dylan!

La mujer se aventó a los brazos de su prometido, Dylan la atrapó en sus brazos, haciendo que las bolsas que traía con él cayeran al piso.

ambos se besaron apasionadamente, cuando una voz sonó a su espalda.

—buenos días, joven Dylan

Dylan bajo inmediatamente a isabelle para saludar a la señora de la limpieza.

—buen día, Amanda, yo olvidé llamarte para cancelar, lamento no haber estado aquí para recibirte.

—no se preocupe joven, la señorita isabelle me recibió y toda la mañana hemos estado platicando y conociendo nos, ella ya sabe cuáles son los días y los horarios en los que vengo.

—gracias Amanda, creo que debo presentarte a esta chica.

—Amanda ella es la señorita Isabelle Storm,mi prometida.—isabelle ella es Amanda viene tres veces a la semana para encargarse de la limpieza y de surtir la despensa.

—hola Amanda, es un placer conocerte, la chica empezó a reír, estaba apenada ya que había olvidado mencionarle a Amanda ese pequeño detalle.

—señorita porque no me dijo antes, le pido disculpas por haberla tuteado, le prometo que no volverá a pasar.

—no se preocupe Amanda, fue un placer tenerla aquí para platicar.

Ambas mujeres se despidieron y Dylan e Isabelle, se quedaron solos en el departamento.

—si sabes que con esa ropa te vez demasiado sexi. —no me hago responsable de lo que pueda hacerte Isabelle.

La cara de isabelle se tiño de rojo carmesí, como no tenía ganas de tener sexo, prefirió cambiar el tema y le pregunto a Dylan sobre las bolsas que había traído.

—bueno esas bolsas tienen un poco de ropa para ti, no sabía tu talla así que no sé cómo te queden, si quieres te puedes cambiar y podemos salir a dar un paseo.—aunque también podría quedarte así y no se podemos quedarnos en la cama todo lo que resta de la tarde.

La tarde se veía excelente para salir a dar un paseo y así conocerse un poco más, así que Isabelle decidió que lo mejor era salir y caminar un poco, no sin antes pedirle a Dylan intercambiar números telefónicos.

—vez todo lo hacemos alreves pequeña, creo que eso debimos hacerlo desde que nos conocimos.

Ambos se rieron y se la pasaron un buen rato jugando por el departamento, Dylan se sentó junto a una ventana, mientras isabelle estaba en el sillón, busco su teléfono y le tomo una fotografía, Dylan era muy guapo, tenía una sonrisa muy linda, ella se quedó observándolo, y hasta que por su mente cruzó que no podría haberse equivocado de decisión él era el indicado.

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mientras tanto en la mansión Tremblay, Demian no podía dejar de pensar en Isabelle, durante la fiesta había platicado con ella, le gustaba lo centrada que era, jamás había probado unos labios como los de esa mujer, ella era única, su mirada tenía un brillo que jamás había visto. Quería probar esos labios nuevamente y que sus brazos se enroscan en esa pequeña cintura que Isabelle tenía.

No podía dejar de pensar en ella, estaba volviéndose loco, por un momento sintió un gran rencor y odio por su hermano, el siempre lo tuvo todo sus padres, siempre le exigieron a el dar lo mejor mientras que a Dylan siempre lo protegieron, él no entendía por qué sus padres preferían más a Dylan que a él.

aventó la copa que traía en la mano haciendo que está se rompiera en mil pedazos, después de analizarlo un momento la pregunta llegó hasta él, ¿celos?, estaba sintiendo celos y deseaba con su alma ser Dylan por un día más y tener a Isabelle solamente para él.

Su plan había fallado, pero en la guerra y en el amor todo se vale, y su hermano por primera vez en la vida no lo tendría todo, isabelle sería solamente para él.

— podrás haber ganado esta ronda, pero, la tercera es la vencida hermanito, isabelle es mía, yo la compré así que ella es mía...